sábado, 30 de abril de 2011

Manuscritos de 1844: Marx estrena su crítica de la economía política

30-04-2011
Manuscritos de 1844: Marx estrena su crítica de la economía política

Rebelión


La ciencia económica y nosotros mismos en nuestra cotidianidad, aceptamos la propiedad privada: la damos por sentado en nuestro pensamiento y acciones, cuando cerramos la puerta de la casa, cuando planeamos nuestra trayectoria de vida, --educación, compañeros, hijos-- o cuando hacemos cálculos en la bodega.
Justamente esta suposición es la que Karl Marx se propuso cuestionar en su primer trabajo sistemático de crítica a la economía política. Escritos en 1844, Los Manuscritos Económicos y Filosóficos vieron la luz pública tan sólo en 1932, revolucionando la imagen de Marx, haciendo pedazos la idea de que éste era un pensador especializado o cerrado. En el texto Marx esboza la estrategia de la revolución comunista a partir de una exposición completa, organizada y creativa en una obra que ha sido insuficientemente estudiada hasta la fecha.
Marx señala que la ciencia económica “parte del hecho de la propiedad privada pero no lo explica.” En verdad la explicación de la propiedad privada --que se oculta como premisa inconsciente tras el sentido común y la ciencia económica-- pasa por un secreto: el trabajo enajenado. Este es el trabajo que enajena al trabajador de su producto, de su actividad productiva, de su misma socialidad como ser humano. El trabajo se convierte en algo que nos separa, nos enferma, nos entristece.
Parece bastante negativo y lo es. Sin embargo, sería un gran error confundir el proceso de trabajo mismo (en su sentido transhistórico) con su forma capitalista y enajenada, que afortunadamente nunca logra erradicar por entero el aspecto positivo y afirmativo del trabajo. En verdad el trabajo sigue siendo una expresión positiva de las capacidades humanas, desarrollando las fuerzas productivas de la sociedad, aunque en el capitalismo lo hace empobreciendo y desvalorizando al trabajador.
Considerado en su sentido más profundo, el trabajo es la forma más básica de la praxis humana: una actividad adecuada a fines. Otra forma de praxis es la praxis revolucionaria, la militancia.
Es así como, desde la economía política y “el hecho económico, actual” del trabajo enajenado, un Marx de solo 26 años esboza la revolución comunista: la necesidad de lograr otra manera de organizar la sociedad que puede llamarse producción comunitaria o comunista. Esta satisfará las necesidades materiales de un ser humano siempre en desarrollo, y lo hará de una manera alegre, positiva, liberando al sujeto de la “prehistórica" dominación del mundo de las cosas.
Tratamos los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844 con enfoque en la sección “Trabajo Enajenado” en Escuela de Cuadros no. 95. El programa cuenta con la participación del profesor de la UNAM David Moreno. Puedes descargar el programa y el texto en www.catiatve.org/spip.php?rub

Capitalismo y lucha de clases

30-04-2011
Capitalismo y lucha de clases


Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez

Introducción
La lucha de clases sigue desempeñando un papel central en el proceso de acumulación capitalista, si bien adopta formas diferentes en función del contexto socioeconómico. Para cartografiar el despliegue de la lucha de clases es preciso especificar algunos conceptos fundamentales relacionados con (a) las diversas condiciones y los sectores dominantes del capital en la economía global, (b) la naturaleza de la lucha de clases, (c) los principales protagonistas de las luchas de clases, (d) la naturaleza de las reivindicaciones que hace y (e) las luchas masivas.
La acumulación capitalista se desarrolla siguiendo una pauta muy desigual, lo que tiene consecuencias importantes sobre la naturaleza e intensidad de la lucha de clases. Además, las reacciones concretas de los trabajadores y, sobre todo, del Estado capitalista hacia la situación general de la economía han dado forma al grado de intensificación de la lucha de clases y de la ofensiva de los dos «polos» principales (capital y mano de obra).
Aclaraciones conceptuales
Al analizar el capitalismo contemporáneo, la diferencia más llamativa reside en tres situaciones radicalmente distintas del sistema capitalista, que corresponden a los países que experimentan (a) altas tasas de crecimiento, (b) estancamiento y (c) una crisis profunda.
Los países capitalistas con tasas de crecimiento elevadas se dividen con claridad entre los que (a) viven del auge de las materias primas y son exportadores sobre todo de productos agrarios y recursos energéticos y mineros, situados en su mayoría en África y América Latina o (b) son exportadores de manufacturas, fundamentalmente en Asia (China, India y Corea del Sur).
Las crisis económicas se pueden clasificar, a su vez, en tres grupos.
      (a) Las de las economías de recuperación rápida, entre las que se encuentran las de Alemania y los países nórdicos que, después de caer en picado hasta cifras de crecimiento negativo han aumentado las exportaciones industriales y crecen con rapidez desde 2010.
      (b) Las de las economías de recuperación lenta o estancadas, a las que pertenecen las de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia, que han tocado fondo, han recuperado los beneficios, sobre todo en el sector financiero, pero han hecho pocos o ningún progreso en la reducción del desempleo, el aumento de la producción de manufacturas y el crecimiento general.
      (c) Las crisis económicas prolongadas y profundas, como las de Portugal, España, Grecia, los países bálticos y los balcánicos, que están en quiebra, donde el desempleo ha alcanzado cifras de dos dígitos (entre el 15 y el 20 por ciento) y el crecimiento es negativo. Arrastran una carga de deuda muy fuerte y están implantando programas de austeridad estrictos concebidos para prolongar su depresión económica en los próximos años.
Exactamente igual que hay pautas desiguales de desarrollo capitalista, también las hay con relación a la lucha de clases. Hay varios conceptos fundamentales que es preciso tener en cuenta para analizar la lucha de clases.
En primer lugar, hay que apreciar la distinción entre lucha «de clases» y lucha «masiva». En América Latina hay muchos ejemplos de luchas multisectoriales, de trabajadores, campesinos o empleados del sector público encabezadas por organizaciones enraizadas en clases sociales. A veces, esos movimientos de clase se convierten en «luchas masivas» que incorporan a otros grupos heterogéneos (vendedores ambulantes, trabajadores autónomos, etc.). Las revueltas árabes actuales son, en su mayoría, luchas masivas que, en términos generales, carecen de organizaciones o liderazgo de clase o, en algunos casos, están encabezadas por «organizaciones juveniles» o «religiosas».
En segundo lugar, hay una diferencia entre luchas de clases «ofensivas» y «defensivas», en las que las organizaciones luchan por ampliar sus derechos sociales y elevar los salarios o combaten para preservar o limitar las pérdidas salariales o de poder adquisitivo.
La lucha de clases es una actividad que se libra en dos sentidos: mientras que los trabajadores y otras clases explotadas luchan desde abajo, las clases gobernantes y sus Estados entablan la lucha de clases desde arriba para incrementar sus beneficios, la productividad y el poder.
La lucha de clases adopta diversas formas. La mayoría de las luchas de clases de nuestros días son por «cuestiones económicas», incluida la de reclamar una parte cada vez mayor de la renta nacional. Hace media década, por toda América Latina, como sucede hoy en los países árabes, la lucha de clases o de masas era principalmente política, librada para derrocar a los gobiernos neoliberales opresivos y represivos.
Pertrechados con estos conceptos, podemos pasar a analizar la relación entre países y regiones en crisis o en crecimiento de diferente grado y su relación con los diferentes grados y tipos de lucha de clases.
Desarrollo dispar y lucha de clases
Los países que gozan de elevadas tasas de crecimiento, ya sea en Asia apoyándose en las manufacturas o en América Latina gracias al auge de la exportación de recursos agrarios y mineros, viven una lucha de clases económica cada vez más ofensiva por el reparto de un pedazo mayor de la tarta del crecimiento económico. En China, por las presiones emanadas desde abajo, los salarios han experimentado en la última década (1) un incremento superior al 10 por ciento y, en algunas regiones, al 20 por ciento, mientras que en América Latina, los trabajadores de Bolivia y otros lugares exigen más del 10 por ciento. (2) En buena medida, las tasas de crecimiento elevadas van acompañadas de una inflación (3) que deteriora los incrementos nominales concedidos por el Estado y los empleadores. Resultan especialmente provocativos los aumentos acusados del precio de los alimentos básicos, la energía y el transporte, que inciden directamente en la vida cotidiana de los trabajadores.
Una de las señales más prometedoras del avance de la lucha de clases son las conquistas socioeconómicas reales y sustanciales obtenidas por los trabajadores en América Latina durante la pasada década . En Argentina, el desempleo ha descendido de más del 20 por ciento a menos del 7 por ciento, los salarios reales han aumentado más de un 15 por ciento, el salario mínimo, las pensiones y las coberturas médicas han aumentado sustancialmente y la afiliación sindical también se ha incrementado. A menor escala se han producido procesos similares en Brasil: el desempleo ha caído desde el 10 por ciento hasta el 6,5 por ciento (marzo de 2011), el salario mínimo ha aumentado más de un 50 por ciento en los últimos 8 años y varios centenares de grandes fincas han sido ocupadas y expropiadas gracias a la acción directa del Movimiento de los Sin Tierra. Mientras que la política revolucionaria social ha decaído en América Latina desde mediados de la década de 2000, la lucha de clases económica ha conseguido arrancar reformas sustanciales que mejoran los medios de vida de la clase trabajadora e imponen algunas restricciones a la explotación rapaz de la mano de obra por parte del liberalismo, en marcado contraste con lo que está sucediendo en la América anglófona y Europa meridional.
En los estancados países imperiales «desarrollados», el Estado se ha dedicado a descargar la totalidad del coste de la «recuperación» sobre las espaldas de los trabajadores y los empleados públicos a base de reducir puestos de trabajo, salarios y prestaciones sociales, mientras los banqueros y las élites empresariales se enriquecen. Estados Unidos, Inglaterra y Francia han sido testigos de una punzante ofensiva de clase desde arriba que, ante la débil oposición de unos aparatos sindicales menguados y burocratizados, ha invertido en buena medida el curso de muchas conquistas sociales anteriores de los trabajadores. (4) En esencia, las luchas de los trabajadores son defensivas y tratan de limitar los retrocesos, pero carecen de la organización política para contraatacar las medidas presupuestarias reaccionarias que recortan los programas sociales y reducen los impuestos a los ricos, con lo que han ensanchado las desigualdades de clase.
Las luchas de clase más intensas han tenido lugar en los países que sufren la crisis económica con mayor profundidad, a saber: Grecia, España, Irlanda y Portugal. Allí, la clase gobernante ha invertido el curso de medio siglo de conquistas sociales y salariales en el lapso de tres años con el fin de cumplir con los criterios de los banqueros occidentales y el FMI. La ofensiva de clase desde arriba encabezada por el Estado ha recibido por respuesta una serie de huelgas generales, manifestaciones muy concurridas y docenas de protestas, sin éxito ninguno. (5) La élite estatal-empresarial, encabezada en la mayoría de los casos por políticos socialdemócratas, ha privatizado empresas públicas, reducido millones de empleos públicos, elevado el desempleo a cotas históricas (20 por ciento en España, 15 por ciento en Grecia y 13 por ciento en Portugal e Irlanda) y canalizado decenas de miles de millones de dólares para pagar la deuda. (6)
La clase dominante ha aprovechado la crisis como arma para reducir costes laborales, lo que ha transferido rentas al 5 por ciento más rico de la pirámide social y aumentado la productividad sin reactivar el conjunto de la economía. El PNB sigue siendo «negativo» para el futuro a corto plazo, mientras que la austeridad debilita la demanda nacional y el pago de la deuda socava las inversiones locales para reactivar la economía.
La crisis política de los regímenes árabes clientes, rentistas, autócratas y corruptos se manifiesta en los movimientos democráticos populares masivos, a la ofensiva, que han derrocado a los gobiernos de Egipto y Túnez, para empezar, y están desafiando al aparato estatal pro imperial. (7) En Egipto y Túnez, las autocracias pro imperiales fueron depuestas, pero los nuevos regímenes democráticos populares que son reflejo de los nuevos protagonistas masivos del cambio político todavía tienen que tomar el poder. En el resto del mundo árabe, las revueltas generalizadas de Yemen, Bahrein, Argelia, Jordania, Siria y otros lugares se han manifestado con dureza contra las autocracias imperiales armadas levantando el fantasma de los cambios democráticos y socioeconómicos.
Las potencias imperiales estadounidense y de la Unión Europea, desprevenidas en un principio, se han lanzado al contraataque interviniendo en Libia, respaldando a la junta militar en Egipto y tratando de imponer «nuevos» regímenes colaboracionistas para impedir una transición democrática. (8) La lucha de masas, influida por fuerzas islámicas y seculares, tienen un programa definido de rechazo del statu quo pero, como carecen de liderazgo de clase, no han sido capaces de plantear una estructura político-económica alternativa más allá de las vagas nociones de «democracia». (9)
En resumen, el crecimiento acompañado de un rápido incremento de la renta nacional y el renacer de la inflación ha propiciado mucho más la lucha de clases ofensiva desde abajo que la «crisis» o el «estancamiento» que, en el mejor de los casos, ha ido acompañado de luchas «defensivas» o de retaguardia. En parte, la teoría de la «privación relativa» parece ajustarse a la idea de la intensificación de la lucha de clases, salvo que el tipo de lucha es principalmente «economicista» y no tanto contra el Estado per se. Además, los métodos de lucha suelen ser huelgas para reclamar aumentos salariales. Este detalle es más evidente en Argentina, Brasil, Chile y Perú, donde se han producido enfrentamientos intensos en torno a exigencias economicistas muy limitadas. La excepción son las luchas indígenas basadas en comunidades de Perú y Ecuador contra el Estado y la explotación y contaminación de tierras, aire y agua por parte de compañías mineras extranjeras.
En todo caso, es preciso hacer varias salvedades. La lucha obrera en Bolivia, que ha experimentado un auge y crecimiento muy dinámicos de las exportaciones de recursos agrarios y mineros, ha convocado una huelga general de diez días por los salarios (del 6 al 16 de abril de 2011). (10) La extensión de la huelga en el tiempo ha convertido en «políticas» algunas cuestiones planteadas en torno a la autoridad del gobierno de Morales en algunos sectores. En parte se debe a que los aumentos salariales los fija el gobierno. Según la principal organización sindical (COB), los aumentos planteados por el gobierno quedaban por debajo de la subida de los precios de la cesta de la compra de alimentos básicos para las familias. Por tanto, lo que empezó siendo una lucha económica se acabó politizando. Asimismo, en el caso de Perú, con una economía de exportación de recursos minerales muy activa, el gobierno neoliberal de García ha tenido que hacer frente a reivindicaciones económicas y ecológicas muy incisivas de los mineros y las comunidades indígenas. Durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2011, la lucha ha adquirido un marcado tinte político cuando gran variedad de votantes de la clase obrera y campesina ha apoyado a la candidata de centro-izquierda, Humala. (11) En los países con tasas de crecimiento elevadas dependientes de grandes empresas mineras de titularidad extranjera y con comunidades indígenas importantes, el conflicto de clase se ha dado cita con demandas ecológicas, de clase, nacionalistas y étnicas.
Dicho de otro modo, la diferenciación expuesta más arriba entre luchas de clases ofensivas o defensivas y económicas o políticas son variables, pues sufren cambios a medida que la lucha y su contexto varían.
La espectacular intensificación de la lucha de clases en China, con su alta tasa de crecimiento, refleja la cada vez mayor escasez en las regiones del litoral, los inmensos beneficios obtenidos por una nueva clase de multimillonarios, la intensa explotación de la mano de obra y la aparición de una «nueva generación» de mano de obra joven que tiene más opciones que trabajar en una «única factoría». (12) La «socialización» de las grandes concentraciones de trabajadores en grandes fábricas, muy cerca unos de otros, facilita la acción colectiva. La agudización de las desigualdades, sobre todo ante el crecimiento acelerado de los más ricos vinculado a la corrupción de los cargos públicos y ante la falta de respuesta de unos sindicalistas controlados por el Estado, ha dado pie a la acción directa «espontánea» de clase. (13) El impacto radicalizador causado por la inflación queda de manifiesto en el estallido de una huelga masiva de camioneros en el puerto más grande de China, el de Baoshan, en Shanghai: los trabajadores protestaban por el aumento del precio del combustible y las tasas portuarias. Según una información, «las autoridades chinas han advertido que la escalada de precios, la inflación galopante y la corrupción de los cargos públicos plantean la amenaza más importante para el gobierno del Partido Comunista (The Financial Times, 23 y 24 de abril de 2011, p. 1).
Las luchas sindicales con orientación política han pasado a ocupar un primer plano hace poco en Venezuela, donde el gobierno de Chávez ha resaltado la «satisfacción de los trabajadores» de la «revolución socialista bolivariana». El hecho ha animado a los trabajadores a convocar huelgas en empresas privadas para reclamar la expropiación de los capitalistas intransigentes y cambios en la dirección de empresas públicas donde se sustituya a tecnócratas y burócratas por trabajadores. (14)
La lucha de clase menos desarrollada es la de los «estancados» Estados Unidos. La mezcla de baja densidad sindical (el 93 por ciento de los trabajadores del sector privado no está sindicado), legislación laboral muy represiva y dirección sindical enriquecida y autoperpetuada en sus cargos y absolutamente dependiente del capitalismo del Partido Demócrata inhibe el crecimiento de la conciencia de clase, exceptuando «bolsas» de resistencia muy locales. (15) La erosión acelerada de los salarios se ha unido a la intensificación de la explotación (menos trabajadores para elevar la producción) y a la destrucción de los últimos vestigios de la protección social (coberturas sociales y asistencia sanitaria para la población mayor de 65 años). (16)
Se podría replicar que la renta per cápita alta no es por si sola un motivo suficiente para presuponer el debilitamiento de la lucha de clases, puesto que en Francia e Italia ha habido más huelgas generales que en Inglaterra aun cuando la renta per cápita sea más elevada. Lo fundamental son los vínculos institucionales entre, por una parte, sindicatos y partidos laboristas o socialdemócratas y, por otra, la libre constitución de asambleas de trabajadores en empresas y centros de trabajo. En Estados Unidos y el Reino Unido, el estancamiento y la reacción guardan relación con la subordinación de los trabajadores a los partidos demócratas o socialdemócratas neoliberales; mientras que en Francia e Italia los sindicatos mantienen lazos más estrechos con las asambleas de las fábricas y conservan un mayor grado de autonomía de clase. (17)
Dicho de otro modo: no hay ninguna regla inamovible que vincule determinadas formas de lucha de clases con el dinamismo o estancamiento de la economía; lo que es preciso tener en cuenta es el grado de organización independiente y de clase capaz de elevar el tono de la lucha en medio de unos cambios económicos y políticos muy volubles.
Imperialismo, intercapitalismo y lucha de clases
Pese a la crisis económica de 2007-2009, que ha afectado a la mayoría, pero no a la totalidad, de los centros capitalistas neoliberales más importantes, la clase capitalista de Europa y Norteamérica ha acabado más fuerte que nunca. Las posteriores recomendaciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional, los principales bancos crediticios privados y los bancos centrales, la totalidad de la carga del pago de las deudas, el déficit fiscal y los desequilibrios comerciales cometidos por los gobiernos neoliberales, han recaído sobre las espaldas de las clases trabajadoras y asalariadas. En toda la «periferia» de Europa meridional y oriental se han aplicado medidas semejantes de austeridad selectiva para las distintas clases sociales. El resultado ha sido la reestructuración radical de pensiones, salarios y relaciones sociales de producción: el conjunto de relaciones de clase con el Estado. En consecuencia se ha producido una auténtica contrarrevolución socioeconómica «pacífica con las urnas» y desde arriba que intensifica la explotación de la mano de obra por parte del capital al tiempo que concentra las rentas del 10 por ciento más rico de la pirámide social.
Ante el aumento de la competitividad del BRIC (sobre todo de China) (18) y los países industrializados de Asia, así como el incremento de los precios de las materias primas, los países imperiales de Estados Unidos y Europa han recurrido a buscar la «competitividad» a través de la explotación en sus países, el aumento del saqueo de las arcas públicas y las guerras imperiales.
Sin embargo, esta competencia intercapitalista está produciendo el efecto contrario: está aumentando los ingresos de los trabajadores del BRIC y reduciendo el nivel de vida en los núcleos imperiales consolidados. La explicación reside en que el BRIC invierte en la economía productiva mientras que los centros imperiales despilfarran billones de dólares en actividades militares y especulativas. (19)
Deberíamos hacer una salvedad en relación con la competitividad entre los países imperiales y los del BRIC, en la medida en que hay millares de hilos financieros, comerciales, tecnológicos y manufactureros que los vinculan. Sin embargo, los conflictos entre las formaciones sociales son reales, como lo son la naturaleza de las fisuras de clase internas y sus diferentes configuraciones. El imperialismo, tal como se ejerce hoy día, es una lacra para los avances de la clase trabajadora. (20) Por el momento, la dinámica interna de las potencias económicas en ascenso parece capacitarlos para financiar el crecimiento en el interior a base de expandir el comercio exterior y realizar concesiones salariales a las clases trabajadoras emergentes que exigen un pedazo mayor del creciente pastel de los ingresos.
Conclusión
Aunque, en apariencia, hay un declive de la lucha de clases política revolucionaria desde abajo, hay potencial para que las luchas económicas se vuelvan políticas a medida en que la inflación vaya erosionando las conquistas y los dirigentes políticos establezcan «orientaciones» rígidas sobre los progresos salariales. En segundo lugar, como ilustra el caso de Venezuela, los dirigentes políticos pueden crear las condiciones que favorezcan el paso de la lucha de clases económica a la política.
La lucha de clases política más dinámica en la actualidad emana desde arriba: el ataque sistemático contra los salarios, la legislación social, el empleo y las condiciones de trabajo lanzado en Estados Unidos, España, Grecia, Irlanda, Portugal, Inglaterra y los Estados bálticos y balcánicos. Allí la crisis económica todavía tiene que precipitar revueltas masivas; en cambio, vemos acciones defensivas o, incluso, huelgas a gran escala que tratan de defender las conquistas históricas. Ha sido una lucha desigual allá donde la clase capitalista ostenta influencias institucionales políticas y económicas respaldadas por el poderío internacional de los bancos y los Estados imperiales. La clase trabajadora dispone de muy poca solidaridad internacional comparable. (21) Las señales más valiosas de la lucha de clases global se encuentran en la acción directa activa de la clase trabajadora latinoamericana y asiática. Sus conquistas económicas sostenidas han supuesto el fortalecimiento del poder y la organización de clase. Además, los trabajadores pueden inspirarse en tradiciones revolucionarias para sentar las bases del relanzamiento de un nuevo proyecto socialista. (22) ¿Qué podría hacer estallar una andanada de guerras de clases políticas y económicas desde abajo? La reaparición de la inflación, la recesión y la represión o el incesante aumento de los recortes podría obligar a la mano de obra a actuar de forma independiente y contra el Estado, la encarnación de este periodo regresivo.

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Notas
(1) Sobre las luchas de clase en China, véase «Workers call the tune», The Financial Times, 22 de febrero de 2011, p. 3, así como The Financial Times, 16 de febrero de 2011, «Chinese wages increased 12% between 2000-2009 according to the ILO».
(2) La Jornada, 8 de abril de 2011; la Central Obrera Boliviana exigía un incremento salarial del 15 por ciento. En el año 2010, Bolivia alcanzó la cifra de conflictos más elevada de los últimos 41 años, El País, 16 de abril de 2011.
(3) «Emerging markets inflation surge», The Financial Times, 14 de abril de 2011, p. 1. «Beijing poised to let renminbi rise to fight inflation», The Financial Times, 17 de abril de 2001, p. 3.
(4) Compárese lo publicado por The New York Times sobre el presupuesto para el año fiscal 2012 de Obama los días 13 de abril de 2011 y 14 de abril de 2011. El último discurso presupuestario subraya que los recortes de 4 billones de dólares en los últimos 10 años afectan sobre todo a las coberturas sociales, una concesión importante a los extremistas de la derecha republicana.
(5) Los trabajadores griegos han convocado seis huelgas generales entre los años 2009 y 2011. Véase el semanario ateniense DROMOS («La Carretera») durante ese periodo. Los trabajadores españoles convocaron dos huelgas en el año 2010. Los portugueses una e Irlanda, una manifestación importante.
(6) Datos extraídos de los informes sobre empleo de los años 2010 y 2011 de la Organización Internacional del Trabajo
(7) Véase Al Jazeera, en los meses de febrero y marzo de 2011. Sobre el papel represivo de la nueva junta militar, véase Al Jazeera, 7 de abril de 2011.
(8) Reuters, 14 de febrero de 2011. Las maniobras de Washington entre bambalinas para situar como jefe de la junta al antiguo militar fiel a Mubarak, el mariscal de campo Tatawi, son un ejemplo evidente.
(9) La incapacidad de los movimientos sociales árabes para tomar el poder del Estado es repetición de un problema similar padecido a principios de la década en América Latina. Véase James Petras y Henry Veltmeyer, Social Movements and State Power (Londres: Pluto, 2005).
(10) Sobre la huelga general de Bolivia, véase «Central Obrera declara huelga general», La Jornada (Ciudad de México), 8 y 16 de abril de 2011.
(11) Sobre la primera ronda de las elecciones presidenciales peruanas y la ganadora populista de centro-izquierda Ollanta Humala, véase BBC, «Peru facing polarizing election as populists face off», 12 de abril de 2011.
(12) Según una fuente, «el aumento de los costes de la mano de obra son un problema [en China]. Hay oportunidades de empleo en todas partes, hay una necesidad mucho menor de emigrar», The Financial Times, 8 de marzo de 2011, p. 22.
(13) Sobre los multimillonarios chinos, véase Forbes, marzo de 2011. Como consecuencia de «un rosario de disputas producidas entre mayo y agosto [de 2010], los empleadores padecieron huelgas y otros problemas. La situación desembocó en aumentos de salarios notables, un 30 por ciento de incremento en el fabricante taiwanés de manufacturas Foxcomm» The Financial Times, 16 de febrero de 2011, p. 3.
(14) Correo de Orinoco, Caracas, Venezuela (edición semanal en inglés), 3-9 de abril de 2010.
(15) La huelga general de los trabajadores del sector público de Winsconsin en marzo de 2011 fue la excepción a la regla, la primera de esta naturaleza, y fue inducida por el gobernador republicano y por la abolición efectiva por parte de la cámara legislativa de los derechos de negociación colectiva. Salvo una huelga de un día de los sindicatos de la extensa costa de San Francisco y unas cuantas protestas esporádicas en otros estados, la federación de trabajadores estadounidense AFL-CIO no ha convocado una sola manifestación pública a escala nacional, prefiriendo más bien depender de los miles de millones de dólares de financiación de los políticos demócratas.
(16) El congresista Ryan, republicano, ha propuesto privatizar la seguridad social y el programa de atención sanitaria a ancianos (Medicare), así como reducir drásticamente el gasto de atención sanitaria a los pobres y los discapacitados. El presidente Obama respondió con su versión de recortes sociales regresivos a una escala un tanto menor, pero en idéntica dirección. Véase el discurso de Obama al pueblo estadounidense, comunicado de prensa de la Casa Blanca, 3 de abril de 2011. The New York Times, 14 de abril de 2011, p. 1.
(17) Conversaciones con delegados sindicales y con Luciano Vasapolla, secretario del movimiento sindical militante italiano «Reto di communisti», Roma, Italia, 1 de mayo de 2009.
(18) Acrónimo con el que se alude a Brasil, Rusia, India y China». (N. del T.)
(19) Sobre el impacto negativo de la financialización del capital y del gasto militar sobre la economía productiva, véase Michael Chossudovsky y Andrew Gavin Marshall, eds., The Global Economic Crises (Montreal: Global Research 2010), especialmente los capítulos 3, pp. 72-101, y 9, pp. 181-211.
(20) Para una exposición más clara de la relación del imperialismo con la decadencia en el interior de los países, véase James Petras y Morris Morley, Empire or Republic? American Global Power and Domestic Decay (New York: Routledge, 1995).
(21) El «Foro Social Mundial» y otros «foros de izquierda» semejantes son, en esencia, ocasiones para que las clases parlantes compuestas por académicos y miembros de ONG pronuncien discursos. En la mayor parte de los casos, las fundaciones y patrocinadores les prohíben expresamente adoptar una posición política y, menos aún, organizar el apoyo material para las luchas de clase vigentes. Ninguna de las principales huelgas generales de la clase trabajadora de Europa, América Latina o Asia ha recibido jamás apoyo material de los eternos asistentes a los foros de izquierda. El declive del internacionalismo obrero no ha sido sustituido en modo alguno por las reuniones internacionales de estas fuerzas dispares.
(22) Pese a la demonización de la Revolución Cultural y social en China e Indochina, muchos gerentes, dirigentes de partidos políticos e, incluso, intelectuales liberales son conscientes de las consecuencias de «llevar demasiado lejos la lucha de clases», y las temen. En América Latina, el legado de procesos revolucionarios anteriores y el ejemplo de Cuba y Venezuela siguen ejerciendo de herencia viva para las luchas revolucionarias.

miércoles, 27 de abril de 2011

Fidel y el primero de Mayo

27-04-2011
Fidel y el primero de Mayo



“Y esa ha sido la gran lección del día de hoy, porque nunca como hoy los cubanos habíamos tenido oportunidad de ver nuestras propias fuerzas” FIDEL
Cuando este primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, desfilen millones de habitantes a lo largo y ancho de Cuba y, en especial, de la Plaza de la Revolución de La Habana y del resto de las capitales de provincias, en una proporción superior a la de cualquier otro país del mundo, los enemigos y los incrédulos podrán creerlo o no, pero será cierta la imagen que estarán viendo sus ojos ciegos o cegatos.
Cuando ese mismo río y mar de de todos los colores en sus vestimentas, de civiles y militares, de todas las razas, de todas las creencias religiosas o de ninguna, de todas las edades y géneros, de todas las ocupaciones, de todas las enseñanzas, agrupados en todas las organizaciones que distinguen la identidad denominada pueblo cubano, realicen ese desfile como si participaran en la mejor de las fiestas, manifestando entusiasmo, compromiso, deber, dignidad y disposición de defensa y lucha, los enemigos dirán todo lo que quieran, querrán disminuir la magnitud de las multitudes, tratarán de negar o mentir sobre las motivaciones verdaderas de cada hombre o mujer, de niños, jóvenes, adultos y ancianos, pero serán ciertos los sentimientos e ideas que los mueve a mostrar ante mundo su rostro verdadero y viril, así como su pujanza.
Todos los que desfilen en La Habana, echarán de menos a Fidel, mirarán hacia la tribuna presidida por la efigie de José Martí y sentirán la nostalgia por no verle de uniforme verdeolivo, risueño y optimista, durante las largas horas del desfile. Pero estará allí en la tribuna representado en Raúl y la máxima dirección del país, desfilará acompañado por la multitud que porta sus ideas, sus consignas, su efigie y su lealtad de siempre. Y se hará realidad el simbolismo de que Fidel y pueblo, de que Revolución y pueblo, de que Raúl y pueblo, son una misma cosa.
Para comprender las razones de lo expuesto, bastará citar algunas ideas del primer discurso de Fidel durante un primero de mayo, el de 1960, ya que en 1959 se encontraba de visita en los Estados Unidos, donde pronunció un discurso en Nueva York el 2 de mayo. Por la riqueza de los argumentos sustentados por Fidel en ese discurso de 1960, recomendamos la lectura completa del mismo, pues allí está la génesis de todo lo que hemos vivido y lo que ha expresado, siempre con una fuerza renovada y mayor, el pueblo cubano durante la larga historia de las celebraciones del primero de mayo en el período revolucionario.
En el discurso de primero de mayo de 1960, Fidel se dirigió a los d istinguidos visitantes de América Latina y de todo el mundo que nos acompañaban en el acto, a los trabajadores, a los campesinos, a los estudiantes, a los profesionales, a los milicianos de la patria, a los patrulleros juveniles y a todos los cubanos.

Luego expresó en su introducción:

“En otras ocasiones nos hemos reunido en actos grandiosos, unas veces para defender a nuestra patria de la calumnia, otras para conmemorar algún aniversario patriótico, otras para protestar de alguna agresión pero en ningún momento anterior se había reunido el pueblo en número mayor ni en acto tan significativo como este de hoy, en que se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores (APLAUSOS) y, por tanto, el día de los trabajadores cubanos, pero, además, el día de los campesinos cubanos (APLAUSOS), el día de todos los que producen, el día de los humildes de nuestro pueblo; el día de los que no solo trabajan con sus brazos o con su inteligencia produciendo bienes y servicios al país, sino también el día de aquellos sobre cuyos hombros descansa, en esta hora decisiva de la patria, la defensa del país y la defensa de la Revolución (APLAUSOS). Es también el día del soldado rebelde (APLAUSOS), de los heroicos combatientes del ejército revolucionario; y es también el día de todos los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el día del miliciano revolucionario, porque los soldados del Ejército Rebelde son también campesinos y obreros (APLAUSOS). Por eso hoy es el día de todos los revolucionarios, de todos los revolucionarios unidos, porque en eso radica y radicará siempre el éxito y la fuerza de nuestra Revolución (APLAUSOS).

Hoy no solo quedó demostrado que la gran mayoría del pueblo está con la Revolución —por si les quedaban dudas a algunos ingenuos que se complacen en engañarse o en dejarse engañar—, sino algo más importante todavía: la gran mayoría organizada del pueblo; porque hoy se ha reunido el pueblo organizado. Por eso somos este año más fuertes que el año anterior (APLAUSOS), porque la Revolución no solo cuenta con la mayoría, sino que ha organizado a esa mayoría (APLAUSOS).

Y este hecho del que hemos sido testigos todos nosotros en el día de hoy, este acontecimiento verdaderamente impresionante e inolvidable, es una prueba de lo que es capaz el pueblo de Cuba (APLAUSOS).

Hace solo unos meses no había una sola milicia obrera o campesina organizada. La consigna de organizar a las milicias surgió en el mes de octubre, exactamente el 26 de octubre, a raíz de aquella concentración de protesta contra aquella incursión aérea que costó más de 40 víctimas a nuestra ciudadanía. Seis meses atrás no teníamos una sola milicia obrera; seis meses atrás los trabajadores no conocían el manejo de las armas; seis meses atrás los trabajadores no sabían marchar; seis meses atrás no se podía contar con una sola compañía de milicianos para defender la Revolución en caso de agresión. Y en seis meses solamente se han organizado las milicias, se han disciplinado y se han instruido.

…………………………………………………………………………………….
Creían, los que subestimaban a nuestro pueblo, que éramos un pueblo incapaz de organizarnos; creían que éramos incapaces de unirnos; creían, de nosotros, los que nos subestimaban —como creen de nuestros pueblos hermanos de América Latina—, que éramos pueblos impotentes y fáciles de doblegar; creían que íbamos a ser víctimas de la desunión, de la impreparación, de la incapacidad de organizarnos; nos creían incapaces de defendernos, y no dudamos que hasta, incluso, nos consideraran un pueblo cobarde y, por tanto, incapaz de defendernos (APLAUSOS).

Lo que se ha logrado demuestra, sin embargo, todo lo contrario; lo que se ha lograda en tan corto tiempo demuestra las extraordinarias virtudes de nuestro pueblo (APLAUSOS) y demuestra de lo que es capaz nuestro pueblo.

…………………………………………………………………………………….
¿Qué es lo que ha hecho a nuestro pueblo formar milicias? ¿Qué es lo que ha hecho a los obreros, a los estudiantes, a los campesinos, a los médicos, a las mujeres como a los hombres, formar milicias y aprender el manejo de las armas? (APLAUSOS.) ¿Qué es lo que nos ha convertido en un pueblo espartano? (,,,) ¿Qué es lo que hace que tal sacrificio no se haga un día, sino muchos días, y continuamente durante muchos meses? ¿A qué se debe ese esfuerzo febril de los cubanos? Sencillamente, a una realidad: la realidad de que la patria está en peligro, la realidad de que la patria está amenazada, la realidad —que no por cierta y dura debe infundirle desaliento a nadie— de que tenemos la necesidad de defendernos (APLAUSOS). Y en esto no mentimos ni exageramos Nosotros nunca le hemos mentido al pueblo (APLAUSOS) y, sobre todo, lo que nunca haremos es alejar al pueblo de las realidades (APLAUSOS).

Muchas cosas hemos tenido que aprender, muchas cosas hemos aprendido todos, sin excepción, y hoy, hoy por ejemplo, cuando cruzaban y cruzaban en número interminable, para marchar durante siete horas consecutivas las unidades organizadas del pueblo; cuando hemos tenido oportunidad de ver la tremenda fuerza del pueblo (APLAUSOS); cuando hemos tenido oportunidad de ver la incontrastable e invencible fuerza del pueblo, nos hemos preguntado: ¿Pero es este pueblo de hoy el mismo pueblo de ayer?

……………………………………………………………………………………..Si éramos tan fuertes en nosotros mismos, si había en el seno de nuestro pueblo tanta fuerza, ¿cómo era posible tanto abuso contra nuestros trabajadores, tanta explotación? ¿Cómo era posible tanto abuso contra nuestro pueblo, tanto pillaje, tanto robo, tanto saqueo a nuestro pueblo? Si teníamos tanta fuerza, ¿cómo era posible tanto crimen? ¿Cómo era posible que un puñado de hombres, una pandilla de mercenarios o una plaga de politiqueros (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera, fuera!”), hayan mantenido y hayan dirigido a su antojo, durante medio siglo, los destinos del país? y que nuestro pueblo haya tenido que pagar un saldo tan alto, tan alto, que para darnos cabal cuenta necesitaríamos ver reunidos en una plaza muchas veces mayor que esta, los millones de cubanos que se quedaron sin aprender a leer ni a escribir en nuestra patria (EXCLAMACIONES DE: “¡Revolución, Revolución!”), los cientos de miles de niños que murieron sin ver a un médico; el mar de sufrimiento y de angustia, de hambre y de miseria, de abuso y de humillación, que por ser pobre, o por ser analfabeto, o por ser negro (APLAUSOS), o por ser mujer, han tenido que sufrir los hijos de esta tierra.

¡Ah!, en el seno de nuestro pueblo existían extraordinaria energía y extraordinaria fuerza, pero no lo sabíamos, o no nos habían dejado reunirlas y organizarlas. Y por eso, las minorías privilegiadas y preparadas pudieron más, con la ayuda de los intereses foráneos, de lo que había podido nuestro pueblo, con la tremenda fuerza que encerraba en su seno.

Y esa ha sido la gran lección del día de hoy, porque nunca como hoy los cubanos habíamos tenido oportunidad de ver nuestras propias fuerzas (APLAUSOS); nunca como hoy pudo tener el pueblo cubano una conciencia exacta de su propia fuerza; y ha sido necesario ese río interminable de columnas, marchando durante siete horas, para que nuestro pueblo haya tenido una idea concreta de su propia fuerza (APLAUSOS).

…………………………………………………………………………………….
Los soldados solos, los soldados desfilando solos por aquí hoy, constituyen una fuerza, pero una sola fuerza; los campesinos solos constituyen una fuerza, pero no más que una fuerza; los estudiantes solos constituyen una fuerza, pero no más que una fuerza; los trabajadores solos constituyen una fuerza, pero una sola fuerza; los pueblos de América Latina representados aquí hoy constituyen una fuerza, pero cada uno de ellos por separado una sola fuerza (APLAUSOS).

Antes, la táctica de los que regían nuestros destinos consistía en separar y en enfrentar fuerzas. Y enfrentaban el soldado al campesino, y enfrentaban los intereses de los campesinos con los intereses de los obreros, y enfrentaban al pueblo entre sí; a los pueblos de América entre sí, como estrategia internacional de los grandes intereses reaccionarios del mundo (APLAUSOS)… Y debilitaban al pueblo con la táctica de enfrentar a unos sectores humildes contra otros sectores humildes, y dividían al pueblo en partidos politiqueros que no traían ningún mensaje a la nación (APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”); dividían al pueblo, … Y así debilitaban al pueblo, así confundían al pueblo, y así el aparato del Estado, con sus instituciones rígidas y reaccionarias, aplastaba toda esperanza y destruía toda posibilidad de progreso para nuestra sociedad...

Eso era lo que ocurría antes. ¿Qué era antes un desfile del Primero de Mayo? Hoy los trabajadores no han traído una sola demanda (APLAUSOS) y, sin embargo, antes apenas si los trabajadores podían cargar el cúmulo de cartelones que traían sobre sus hombros el Primero de Mayo. Y en eso consistía el primero de Mayo: una oportunidad para que los obreros desfilasen cargando cartelones, con alguna promesa de satisfacer esas o algunas de esas demandas. Y así, aquellos Primero de Mayo eran, al fin y al cabo, una tomadura de pelo para los trabajadores, que al otro año tenían que volver otra vez cargando los mismos carteles con las mismas demandas. Y cuando obtenían algo no era porque se lo otorgaban graciosamente, sino porque se lo arrebataban luchando a brazo partido a través de las huelgas y de los movimientos organizados en pos de demandas económicas.
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Te inventaron una democracia, una rara y extraña democracia en que tú, que eres la mayoría, no contabas para nada; en que tú, campesino y obrero, que eres el que produce la mayor parte de las riquezas, y que conjuntamente con los trabajadores intelectuales, produces el total de la riqueza; tú que lo producías todo ni siquiera tenías oportunidad de aprender muchas veces a firmar tu nombre (APLAUSOS).

Te inventaron una democracia extraña, una rara democracia en que tú, que eras la mayoría, ni siquiera existías políticamente dentro de la sociedad (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel, Fidel!”) Te hablaban de derechos del ciudadano, y ese derecho consistía en que tu hijo se pudiera morir de hambre ante la mirada indolente del gobierno; en que tu hijo se quedara sin aprender una sola letra, en que tú mismo tuvieses que ir a vender tu trabajo al precio que te quisieran pagar por él, si alguien se interesaba por comprártelo.
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¡Y a eso llamaban democracia! Democracia es aquella en que las mayorías gobiernan (APLAUSOS); democracia es aquella en que la mayoría cuenta; democracia es aquella en que los intereses de la mayoría se defienden; democracia es aquella que garantiza al hombre, no ya el derecho a pensar libremente, sino el derecho a saber pensar, el derecho a saber escribir lo que se piensa, el derecho a saber leer lo que se piensa o piensen otros (APLAUSOS); el derecho al pan, el derecho al trabajo, el derecho a la cultura, y el derecho a contar dentro de la sociedad. ¡Democracia, por eso, es esta, esta democracia de la Revolución Cubana! (APLAUSOS PROLONGADOS… DURANTE MÁS DE 20 MINUTOS)
……………………………………………………………………………………
¿Y dónde está el crimen de hacerle el bien al pueblo? ¿Dónde está el crimen en luchar por el pueblo? ¿Dónde está el crimen en querer que los campesinos tengan tierra y darles tierra a los campesinos? (APLAUSOS.) ¿Cómo luchar por el pueblo? Hacer lo que ha hecho la Revolución por el pueblo, como lo atestigua la presencia de esta multitud aquí, que esta es una multitud que es de carne y hueso, hombres y mujeres de verdad, hombres y mujeres del pueblo, que vinieron aquí espontáneamente (APLAUSOS), que vinieron aquí costeándose sus propios gastos, que vinieron aquí desde distantes lugares, viajando la noche entera, marchando el día entero, de pie durante todo el día, bajo el sol, sin beber agua, sin tornar alimentos (APLAUSOS). Y esa presencia de una multitud tan gigantesca es el mejor testimonio de que la Revolución ha luchado por el pueblo.”

Al escoger estos fragmentos de aquel primer discurso del primero de mayo, he querido mostrarles las ideas raigales del mismo, aunque no todas, que han trazado el rumbo y han sido esencias de los desfiles del pueblo cubano, después del triunfo de la Revolución, en honor de los trabajadores que fueran injustamente ajusticiados en Chicago en el siglo XIX y en honor de los trabajadores del mundo que no han cesado de luchar por sus derechos y la felicidad desde entonces. Y en la primera línea de la marcha de los trabajadores en Cuba ha estado y estará siempre Fidel, que supo darle sentido creador, revolucionario e internacionalista a la magna celebración. Y es que como expresara José Martí: “A la felicidad del obrero se va por la felicidad de la patria, al obrero feliz se va por la patria feliz.”

martes, 26 de abril de 2011

Grecia, Finlandia y el Fukushima bancario


26-04-2011

Grecia, Finlandia y el Fukushima bancario




Cuando leí que Grecia está pagando el 20% por la deuda a dos años me puse a hacer cábalas y me salía un panorama global muy complicado. Sin embargo, la prensa despacha este tema como uno más. Leo hoy que el economista jefe del BCE dice que una quita de deuda de Grecia podría ser peor que Lehman Brothers y las cosas me empiezan a cuadrar.
Recapitulemos. Cuando un PIGS resulta asfixiado por su deuda hay tres alternativas:
A) Prestarle dinero al 5%
B) Avalarle emisiones de deuda. Si Europa avala una emisión griega los inversores se conformarán con un 5%.
C) Aplicar quitas de deuda.
La solución C implicaría fuertes pérdidas para los bancos alemanes y franceses (principales prestatarios), por lo que éstos han dado un mandato claro a Merkel y Sarkozy: aplicad A y B, nunca C. El mecanismo de rescate europeo actual contempla por ello B (y en menor medida A) en una cantidad moderada, y el mecanismo que se aplicará a partir de 2013 aumenta las cantidades. A cambio de estas ayudas se imponen feroces apretones de cinturón, que dejan maltrecho al país “rescatado”.

Como se ha señalado más de una vez, los “rescates” europeos están rescatando en realidad a los bancos alemanes y franceses, no a los países teóricamente rescatados. Pero los ciudadanos alemanes y finlandeses perciben (equivocadamente) que sus impuestos se están dedicando a ayudar a los vagos del “Sur”, que todos los días echan la siesta, tienen muchas vacaciones y se jubilan prontísimo. Merkel y Sarkozy no pueden por ello aplicar B y A todo lo que quisieran.

Como el mecanismo de “ayuda” europea actual es bastante limitado, Grecia y demás tienen que acudir a los mercados a pedir el dinero que les falta, y a Grecia esto le está costando un 20%, cifra absolutamente prohibitiva. Todo indica que habrá que recurrir a corto plazo a la solución C (lo más probable es que Grecia esté ya negociando esto bajo mano con Alemania y Francia). Por un lado está bien que los costes empiecen a recaer sobre los bancos, pero el anuncio de quita de deuda de Grecia es probable que desencadene otros procesos:

-a partir de ese momento es muy dudoso que los inversores acudan a las emisiones de deuda portuguesas, irlandesas o españolas, pues temerán sufrir también quitas antes o después.

-como consecuencia, Portugal, Irlanda y España ya no podrán financiarse en los mercados. O se amplía a toda velocidad el actual mecanismo europeo de financiación (lo que es muy difícil por la oposición ciudadana a ayudar a los “vagos”) o estos países también tendrán que aplicar quitas de deuda.

-la quita de varios países pondrá contra las cuerdas a los bancos alemanes y franceses y provocará un “credit crunch” generalizado: nadie prestará ya dinero a bancos europeos, pues sus fuertes stocks de deuda del “Sur” (pública y privada) habrán pasado a ser un activo tan tóxico o más que las hipotecas. De ahí el paralelo que establece el economista jefe del BCE entre la quita de deuda de Grecia y Lehman Brothers.

Para evitar un pánico masivo y una retirada de fondos generalizada, los Estados europeos del “Norte” tendrán que cubrir todos los agujeros, nacionalizando los bancos que sea necesario (por eso no es esencial distinguir entre deuda pública y privada, al final toda será pública). Es decir, poco más o menos lo sucedido en Irlanda, pero a escala europea. Ese día los ciudadanos alemanes y finlandeses entenderán para qué se estaban utilizando realmente sus impuestos. Para cubrir todos los agujeros, el BCE tendrá que emitir euros a mansalva y el euro sufrirá una fuerte devaluación (lo cual significa expropiar parcialmente los ahorros en euros de los ciudadanos).

La crisis financiera americana se debió sobre todo a la temeraria concesión de hipotecas a prestatarios insolventes. La crisis financiera europea se ha debido sobre todo a la temeraria concesión de créditos por parte de países del “Norte” a países del “Sur”, con un volumen tal que resulta imposible devolverlos cuando las burbujas se pinchan. Para controlar el agujero americano, el Estado tuvo que inyectar al menos 700.000 M$. La deuda de los países del “Sur” europeo con los del “Norte” es de unos 1.600.000 M€; si suponemos una quita media del 30% estamos en los mismos órdenes de magnitud que EEUU. El agujero parece pues de dimensiones controlables, pero hay una diferencia importante: EEUU tiene la suficiente unificación económica y social como para que la ciudadanía no se plantee que los “trabajadores” de Nueva York están subvencionando a los “vagos” de California o Illinois. En Europa, para que esa transferencia de recursos sea políticamente viable hay que pasar por la etapa intermedia de convertir las contradicciones entre países (Grecia versus Alemania) en contradicciones internas de cada país (ciudadanos alemanes versus bancos alemanes).

Estamos todavía dentro del túnel y no sabemos qué nos aguarda al otro lado, pero un aspecto sí parece insinuarse: la sucesión de crisis financieras conducirá probablemente, por un camino u otro, a una estatalización generalizada de las entidades de crédito. Lo cual no significaría el fin del capitalismo, sino sólo su mutación en un capitalismo no financiero, de características ahora imprevisibles.

jueves, 21 de abril de 2011

Requiem por EE.UU.


21-04-2011

Requiem por EE.UU.


Réquiem.- Composición musical que se canta con el texto litúrgico de la misa de difuntos, o parte de él.

Dante en Estados Unidos
El futuro es sombrío. El presente de los unos es el futuro de los otros y es, o al menos debiera ser, tragedia de todos.
Se trata de un drama que terminará en tragedia. Aquí no cabe la risa sardónica de quienes creen paladear el “dulce sabor de la venganza”. Tampoco hay lugar para la alegría morbosa de aquellos a quienes el rencor nacionalista impide un mínimo de humanidad. Los estadounidenses sufrirán, mucho y por miles, tal vez por millones. Como nosotros.
El mundo contempló la degradación de Colombia en los noventa del mismo modo en que hoy Colombia contempla la de México en la entrada del siglo XXI. Todo por el narcotráfico. Mañana será México el testigo principal del desmembramiento de la fibra misma de la que se compone el orgullo estadounidense: su gobierno, sus libertades y logros. En el papel de Virgilio, México acompañará a los mil y un cronistas de la desgracia que documentarán, paso a paso, día a día, el descenso de los Estados Unidos por todos y cada uno de los círculos de infierno que describió Dante en La Divina Comedia. Vendrán entonces los torturados, llegarán los combates, se descubrirán las fosas y se llorará a lo ejecutados. Los ríos que hoy son de tinta serán de sangre y el registro puntual de las desgracias y las violencias no será ya el del extranjero en Irak, Afganistán o Libia, sino el de casa.
    La violencia ya está ahí.
Réquiem por los Estados Unidos.
See no evil, hear no evil…
Como el llanto, la información sobre el narcotráfico fluye sin control. ¿Y qué es lo que dice? “EU: Estamos listos para ir con vigor contra los cárteles” (El Universal, Feb. 10, 2011) citó la prensa a Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Interna. El título del diario viene de una amenaza que dirigió la funcionaria -durante una reunión con el Comité de Seguridad Interior- a los grupos de la delincuencia organizada:
      “Ni se les ocurra traer esa guerra hacia Estados Unidos, porque se enfrentarán a una reacción aplastante”.
Junto con la amenaza la funcionaria deslizó también la posibilidad de escenarios apocalípticos como el que representarían posibles vínculos entre Los Zetas y Al-Qaeda. Pero invitó a la calma y prometió que estaría “Muy vigilante de la guerra al otro lado de la frontera”. La guerra pues, no es suya, sino ajena, nuestra, y entones por voz de la funcionaria el mundo debe saber que siempre sí es posible tapar el sol con un dedo.
See no evil…
Sobre el guión construido por Napolitano, Michele Leonhart –Directora de la Drug Enforcement Agency (DEA)- desarrolló su discurso en los trabajos de la XXVIII Conferencia Internacional Contra las Drogas en Cancún:
    “Necesito dejar muy claro que el comando de control [de la venta de drogas] está en México y no en Estados Unidos. Tenemos cientos de ciudades en Estados Unidos donde estos grupos están operando, pero la fuente principal de la droga proviene de los cárteles aquí, en México, y ellos controlan las rutas de tráfico y trasiego, y luego tienen sus conexiones en muchas ciudades estadounidenses. Están trabajando básicamente con pandillas o con grupos, para poder transportar la droga a los puntos de venta, pero, reitero, el control sigue en manos de los cárteles.”
Y como hiciera Janet Napolitano un par de meses antes en su referencia a Al-Qaeda, Michele Leonhart también sembró dudas y sospechas con otros tantos actores:
    “Existen casos de vinculación entre grupos de narcotraficantes ligados con terroristas, como en Libia y Colombia”
El diario La Jornada cometió el error de titular la nota “DEA: Mexicanos controlan ya el negocio de la droga en EU” (Abr. 6, 2011). ¿Controlan ya el negocio de la droga? ¿Entonces quién lo controlaba antes? Con sus palabras la funcionaria no hacía nada más que confirmar la que ha sido la política de la agencia por décadas: el no reconocimiento de la existencia de un cártel dirigido y organizado desde Estados Unidos. El error del diario fue no escuchar con cuidado.
Hear no evil…
Encerrados en un mundo paralelo, uno en el que el narcotráfico es un fenómeno de fuera del que los Estados Unidos son víctima y jamás perpetrador –sin importar que sean ellos los principales consumidores de narcóticos, los principales proveedores de armamento, los principales financieros de la industria y los principales beneficiarios económicos de la delincuencia- no pueden ni quieren ver la realidad. Reconocer la culpa, o peor aún, la complicidad con el mal es demasiado para un alma profundamente puritana, profundamente sorda y profundamente ciega como la estadounidense.
La violencia está ahí pero ellos, todos, no pueden saberlo, no quieren saberlo.
See no evil, hear no evil…
El culto del espionaje
Pueblo y gobierno en los Estados Unidos son presas de filias, fobias, ideologías y mentiras diseminadas sistemáticamente por medios, burocracias y academias. Todos en conjunto son por igual víctimas y perpetradores en una espiral de distorsiones de la que no escapan ni siquiera aquellos que rigen el sistema.
Tal vez las palabras de Napolitano y Leonhart tengan algo de verdad; tal vez incluso las funcionarias estén convencidas de su contenido pues fundan su convicción en información recogida y procesada por sus servicios de inteligencia. Pero ¿dónde empieza y dónde termina la realidad en los obscuros pasillos de los llamados “servicios de inteligencia”?
La Secretaria de Seguridad Interna establece como potenciales los vínculos entre narcotraficantes con Al-Qaeda del mismo modo en que la Directora de la DEA da por sentadas las relaciones entre aquellos con “terroristas” –como sea que los entiendan- en Colombia y Libia. Los ejemplos utilizados no son aleatorios: en los tres casos se trata de palabras con una muy fuerte asociación a la violencia en el imaginario colectivo contemporáneo. El oportunismo político es claro. Basta con imaginar, a modo de ejercicio intelectual, que los discursos no hubiesen sido pronunciados en 2011 sino en 1998. En tal caso no habría sido el grupo de Osama bin Laden el referido sino el de Shamil Basayev; los terroristas del país mencionado no habrían sido los de Colombia sino los de Chechenia y la guerra utilizada como ejemplo no habría sido la de Libia sino la de Kosovo en Serbia. Los espantapájaros del pasado se reciclan en el presente con el mismo fin: sembrar miedo para cosechar obediencia.
¿Qué las declaraciones están fundadas en reportes y análisis de inteligencia? Los vicios, abusos, errores, deficiencias y limitaciones de la llamada “comunidad de la inteligencia” en los Estados Unidos son conocidos desde hace décadas. Una de las tantas revelaciones que se contienen en el libro La CIA y el culto del espionaje (Ed. Euros, 1975) de Víctor Marchetti –ex agente de la CIA- y John D. Marks –ex oficial del Departamento de Estado- (libro que, por cierto, fue censurado y que tuvo que ir a juicio para ser publicado) es la de la incapacidad de los órganos de inteligencia para distinguir sus propias mentiras y propaganda de la realidad. Así, la CIA puede publicar en un diario una nota “informativa” (desinformativa, de hecho) y ésta es recogida por la DIA (Defense Intelligence Agency) que entonces la da por cierta y la distribuye a los demás integrantes de la comunidad... incluida la CIA El libro detalla casos en los que la propia CIA trazó planes operativos tomando por cierta información que la propia agencia liberó para desinformar. Así, la poca organización, coordinación, confianza y transparencia dentro y entre los servicios de inteligencia termina por convertir en víctimas a los victimarios.
¿Por qué tendrían que ser más profesionales, o más efectivos o más eficientes, o más precisos -o como se le quiera llamar- los servicios de inteligencia en el caso del narcotráfico? No, no tienen por qué serlo. Pero el resultado no es otro que el del general que se clava su propia espada: así como en el derecho se sostiene que “el desconocimiento de la norma no exime su cumplimiento”, en materia de realidad es igualmente válido que su no-reconocimiento no la hará desaparecer. La violencia ya está ahí, aunque no la quieran o no la puedan ver y aunque no la quieran o no la puedan escuchar.
See no evil, hear no evil…
…Speak no evil?
Miente Janet Napolitano cuando se refiere a la guerra al otro lado de la frontera.
Miente también Michele Leonhart cuando dice que el comando de control está en México y no en Estados Unidos.
Pero hay verdades que no pueden ni deben ser calladas. Verdades como la de la alerta que hizo circular el National Drug Intelligence Center (NDIC) del Departamento de Justicia y que de forma alarmista publicitó la prensa como “Invaden narcos el sur de EU, Alertan” (El Universal, Abr. 11, 2011). ¿Qué decía la alerta?
    “Integrantes de cárteles de México, sus familias y sus socios se trasladas a ciudades de Estados Unidos a lo largo de la frontera para vivir, en la medida en que los grupos expanden sus operaciones en territorio estadounidense”
Del mismo modo en que La Jornada erró al titular su nota sobre lo dicho por la Directora de la DEA, El Universal falló en la tarea de identificar el tema relevante de la alerta. ¿Qué no es importante que los narcotraficantes, sus familias y socios se muden a EEUU? Sí, es importante sin duda, pero no es nuevo: el propio diario había ya dado cuenta de ese fenómeno dos años atrás en una nota con un título por demás elocuente “La negación del narcotráfico en El Paso, Texas” (El Universal, Oct. 22, 2009). No. Lo relevante de la alerta eran los números sobre la extensión del narcotráfico en territorio estadounidense:
    “[Las organizaciones de la droga] operan en 1,286 ciudades en nueve regiones, en 143 las operaciones son controladas directamente por integrantes de los cárteles de México”
Es decir, si sólo en 143 ciudades de las 1,286 en las que existe una fuerte presencia del narcotráfico son controladas por los cárteles mexicanos ¿entonces quién está a cargo en las 1,143 ciudades restantes?
La alerta del Departamento de Justicia echa por tierra eso que Michele Leonhart “necesitaba dejar muy claro” en Cancún: que el comando de control [de la venta de drogas] está en México y no en Estados Unidos. Una vez más, ¿quién entonces comanda el control de las operaciones en las 1,143 ciudades restantes? La respuesta es de la mayor importancia y aún así fue obviada por el diario mexicano: organizaciones estadounidenses. Es decir, cárteles estadounidenses: los mismos cuya inexistencia la funcionaria “necesitaba dejar muy en claro”.
Pero lo afirmado por el NDIC también destruye el diagnóstico que Janet Napolitano, desde la Secretaría de Seguridad Interna, realizó sobre el narcotráfico: que la guerra se localiza al otro lado de la frontera. ¿Por qué? Porque tomando en consideración que estamos hablando de un país cuya división territorial es de 50 estados -y partiendo del supuesto de que entre mayor sea la ciudad, mayor es el consumo- entonces tenemos que las 25 ciudades más importantes de cada estado en los Estados Unidos sufren la pandemia del narcotráfico. Así pues, si esta es una guerra que “sólo se libra al sur del río Bravo”, entonces se entiende la extensión del consumo de narcóticos en los Estados Unidos: al no reconocer la existencia de la guerra en su territorio, las autoridades no entablaron los combates por lo que perdieron todas las batallas.
Janet Napolitano estaba equivocada: no se puede cubrir el sol con un dedo.
Y a la alerta del Departamento de Justicia se unió el Departamento de Estado por boca de la Subsecretaria de Estado Adjunta para México y Canadá, Roberta Jackson, quién fue contundente:
“Así que ésta, no es una crisis que sólo afecte a la frontera”
¿Entonces? La funcionaria no dejó espacio a la duda:
“Es una crisis que afecta a nuestras ciudades en todo el país”
Y una vez más, el titular de la nota fue presa de la óptica nacionalista y sensacionalista que le destinó el diario “Más de 230 ciudades de EU son golpeadas por el narco [mexicano]” (El Universal Abr. 12, 2011).
¿Entonces quién tiene la razón? ¿La DEA y la Secretaría de Seguridad Interna o el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado? O la guerra se libra “al otro lado de la frontera” -como dijo Napolitano- y las líneas de control del narcotráfico en los Estados Unidos están en México -como dice Leonhart- o el problema ya está en todo el país -como dice Jackson- y sólo en 143 ciudades de 1,286 los narcotraficantes mexicanos están en control dejando el resto -1,143- a narcotraficantes estadounidenses como señala la alerta del Departamento de Justicia. Por principio del tercero excluido uno de los dos pares está en lo correcto y el otro equivocado.
Una interrogante perfectamente legítima: ¿por qué habría de ser más fidedigna la información de inteligencia del Departamento de Justicia y del Departamento de Estado si se nutren de las mismas fuentes que sus contrapartes? La respuesta, naturalmente es que no: no tiene porqué ser más legítima. Y entonces la discusión remite a la realidad: más allá de los reportes de inteligencia, más allá de los discursos políticos, más allá de los intereses por difundir o por esconder información, más allá de los filtros ideológicos, de las filias y las fobias ¿qué es comprobable y qué no lo es? ¿Cómo sabemos que efectivamente nos encontramos ante una inscripción que comienza diciendo…
Por mí se va a la ciudad del llanto…
… y que se localiza en la entrada del infierno según nos dice Dante en La Divina Comedia? Así como el infierno del florentino comienza con palabras, el holocausto de los vivos tiene su origen en los individuos. Individuos como José Francisco Padilla quien, en su calidad de miembro en activo de la Guardia Nacional, no pudo resistir la tentación de vender armamento y pertrechos militares a los cárteles de la droga (El Universal, Feb. 26, 2011); individuos como Eddie Espinoza, Ángelo Vega, y José Blas Gutiérrez –Alcalde, jefe de policía y regidor respectivamente- quienes fueron aprendidos en Columbus –Nuevo México- acusados de tráfico de drogas y armas al sur de la frontera (La Jornada, Mar. 11, 2011). Individuos pues, como el militar estadounidense Michael Jackson Apodaca, quién fue arrestado por la ejecución con un disparo calibre .45 de un presunto operador del Cártel de Juárez en un “ajuste de cuentas” o individuos como los otros ocho militares estadounidenses en activo que fueron acusados de soborno y extorsión en mayo del 2005 en un caso de narcotráfico. Son sólo unos cuantos ejemplos… de miles.
¿Qué apenas son unos cuantos elementos? Sí, lo mismo dijimos nosotros antes de la sangre. ¿Qué la corrupción no es sistémica en los Estados Unidos? Sí, lo mismo dijimos nosotros antes de la guerra. ¿Qué el problema está bajo control? Sí, lo mismo dijimos y seguimos diciendo nosotros…
Si las palabras llevan al infierno en la literatura, las acciones de los hombres pueden conducir al mismo lugar en la realidad. ¿Y qué pasa cuando se juntas ambas? Aparecen notas periodísticas con títulos perfectos que reflejan de forma cristalina la información que importa. Son estos los titulares que vale la pena repetir: “La negación del narcotráfico en El Paso, Texas” (El Universal, Oct. 22, 2009)
Se niega el narcotráfico en El Paso, Texas como se niega el narcotráfico en los Estados Unidos por la Secretaría de Seguridad Interna y como se niega también el narcotráfico de los Estados Unidos por parte de la DEA.
Y es que la negación es también patente en todos los pacientes que han sido diagnosticados con una enfermedad terminal. Y a la negación sigue la ira, y a la ira la negociación, y a la negociación la depresión y a la depresión la aceptación.
¿La aceptación? Sí, la aceptación como rendición incondicional a la que obliga la frase con que termina el grabado de la puerta del Infierno: “¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”…
No son mexicanos los que sufrirán mañana lo que hoy sufrimos nosotros, tampoco son estadounidenses: son seres humanos y como tales merecen nuestra empatía, nuestra solidaridad y nuestro apoyo.
Las monedas que pagaron, una a una y dosis a dosis, fueron los óbolos que recibió el Caronte de la drogas. El pacto ha sido sellado. Pero su viaje hoy diferente. No es ya el río Aqueronte el que navega su barca sino el río Bravo; no son las almas de los muertos las que transporta al Hades sino es el inframundo mismo el que lleva al reino de los vivos. Ayer lo hizo con Colombia, hoy lo hace con México y el mañana ha comenzado ya al norte de la frontera.
¿El Hades en el reino de los vivos? ¿No sería ese el infierno sobre la tierra?
Precisamente

La derecha y su fábrica de mentir


21-04-2011

La derecha y su fábrica de mentir

Alai-amlatina


La cumbre de la ultraderecha mundial en Buenos Aires revela varias cosas. Por un lado, la creciente desesperación del imperialismo para “reordenar su tropa” y tratar de retomar el control absoluto de este continente. La heroica resistencia de Cuba (en donde el VI° Congreso del Partido Comunista de Cuba acaba de ratificar la continuidad del proyecto socialista, convenientemente actualizado); la solidez política de los procesos radicales en marcha en Venezuela, Bolivia y Ecuador y, por último, la persistencia de una orientación latinoamericanista e integracionista en Argentina, Brasil y Uruguay generan el desasosiego de los administradores imperiales.

El resultado de la primera vuelta electoral en Perú y la probabilidad de un triunfo de Ollanta Humala es otro dolor de cabeza para el ocupante de la Casa Blanca. De ahí el hiperactivismo de los publicistas imperiales, con Mario Vargas Llosa como aclamado mascarón de proa acompañado por impresentables tales como José M. Aznar, derrotado en una ejemplar elección por mentirle descaradamente a los españoles acerca de los atentados de Atocha, y Arnold Schwarzenegger, artífice de la paulatina destrucción del más importante sistema de universidades públicas de los Estados Unidos, la Universidad de California, que supo combinar amplios criterios de inclusión social con elevados niveles de excelencia académica.

La llegada a Argentina de este contingente organizado y financiado por poderosos “tanques de pensamiento” de la derecha radical como la Sociedad Mount Pelerin, el Instituto Cato, la Fundación Heritage y el Fondo Nacional para la Democracia (NED, por su sigla en inglés) con estrechas vinculaciones con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y un deshonroso activismo al servicio de las más criminales dictadura latinoamericana demuestra la agresiva internacionalización de la derecha, bajo la dirección general de Washington, y la importancia que le conceden a la “reconquista” de este continente.

Pero el evento también revela algo que ni siquiera el eximio manejo del lenguaje de Vargas Llosa o los artilugios retóricos de otro visitante, Fernando Savater, pueden disimular: que el neoliberalismo es una receta que sólo sirve para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres. Ahí están para comprobarlo los casos ya no de América Latina sino los de la rica Europa y el propio Estados Unidos, claros ejemplos de la debacle a la que conducen las políticas neoliberales. En una medida sin precedentes la calificadora de riesgo Standard & Poors acaba de modificar la perspectiva de los títulos de la deuda estadounidense de “estable” a “negativa”.

El neoliberalismo transformó a la superpotencia imperialista en una nación de pedigueños que sobrevivirá mientras chinos, japoneses y surcoreanos estén dispuestos a seguirles prestando dinero. La deuda pública de EEUU llegó a 47.000 dólares por habitante, y a nivel global ya supera los 14 billones de dólares (es decir: 14.000.000 de millones), una cifra equivalente a su PBI, mientras que hace apenas 30 años oscilaba en torno al billón de dólares. ¡Todo un éxito de las políticas neoliberales, sin duda! A su vez, la crisis en Europa que estalló en Grecia ya arrastra con su “efecto dominó” a Portugal, Irlanda: Italia y España están caminando al filo de la navaja, mientras Francia, Reino Unido y Alemania ven deteriorarse su situación día a día. Pero los ideólogos y publicistas del neoliberalismo persisten en su prédica porque en el río revuelto de la crisis el gran capital financiero se fortalece a expensas de los millones que se declaran en bancarrota. Tres millones de deudores hipotecarios en default en Estados Unidos no impidieron que los sueldos anuales de los principales CEOs de Wall Street regresaran a los niveles multimillonarios de antaño. En una palabra: nuestros ilustres visitantes no son otra cosa que una pandilla de embaucadores y publicistas que en su ideologismo barato hacen caso omiso de los datos que brotan de la experiencia.

Dado que los concurrentes al cónclave de Buenos Aires insisten tanto sobre las bondades del neoliberalismo para nuestra región (y en las virtudes del modelo chileno, tan exaltadas por uno de sus voceros, también él participante del encuentro, Sebastián Edwards) es oportuno darle una ojeada a lo que piensan los latinoamericanos sobre las políticas neoliberales.

La consultora Latinobarómetro publica todos los años un relevamiento de las opiniones y actitudes políticas y sociales de la población en 18 países del área. Sus datos son tanto más pertinentes porque se trata de una empresa con un fuerte sesgo conservador y para nada sospechosa de ser crítica del neoliberalismo. En ediciones anteriores de su informe anual se le olvidó consignar que en el 2002 había habido un golpe de estado en Venezuela. Ahora, en la página 26 de su Informe correspondiente al año 2010 se dice que en ese año en Ecuador “hubo un confuso incidente con las fuerzas policiales que fue calificado por algunos como ‘golpe’.” Dejamos a los lectores que extraigan las conclusiones por sí mismos. Pues bien: en ese mismo documento se le pregunta a los entrevistados si creen que las privatizaciones han sido beneficiosas para el país. Sería bueno que don Mario y sus amigos le peguen una miradita a estos datos porque en Latinoamérica en su conjunto sólo 36 por ciento contesta por la afirmativa. Y si se observan los datos para Perú apenas el 31 por ciento ofrece la misma respuesta, 34 por ciento en Chile y 30 por ciento en la Argentina.(1) Interrogados acerca de su satisfacción con los servicios públicos privatizados (otro de los caballitos de batalla del neoliberalismo) sólo un 30 por ciento de los latinoamericanos responde afirmativamente, 27 por ciento en Chile y en el Perú, y 30 por ciento en la Argentina. Consultados sobre la situación económica de sus países el 27 por ciento de los entrevistados de Chile –o sea, aproximadamente uno de cada cuatro- dicen que la misma es buena o muy buena, contra un 17 por ciento en la Argentina (igual al promedio latinoamericano) y un escuálido 10 por ciento en el Perú de Alan García y su (ahora) admirador Mario Vargas Llosa. Cuando la encuesta pregunta “cuán justa es la distribución de la riqueza” el país que tiene la mayor proporción de gentes que dicen que es “justa o muy justa” es la tan vilipendiada –por los organizadores de esta maratón publicitaria- Venezuela bolivariana, con un 38 por ciento, contra un 14 por ciento en el Perú y 12 por ciento en Argentina y otro tanto en Chile, país al que nuestros visitantes nos sugieren imitar por sus logros económicos y sociales a pesar de que el 88 por ciento de la población entrevistada afirma que la actual distribución de la riqueza es injusta. Por cierto, un detalle nimio para los ideólogos de la derecha.

Podríamos seguir aportando cifras y datos que revelan la profunda insatisfacción con los resultados de las políticas neoliberales en América Latina. Claro está que esto no va a modificar un ápice la postura de nuestros visitantes. Tal como los teólogos medievales insistían en que la tierra era plana mientras contemplaban las esferas del sol y la luna, esto modernos publicistas de la reacción siguen haciendo su trabajo, impertérritos ante los datos de la experiencia. Su misión es propalar esas “mentiras que parezcan verdades”, para usar una incisiva frase del notable escritor e inescrupuloso publicista del imperio, que con su florida y precisa prosa se le ha encomendado la delicada misión de otorgarle credibilidad a una estafa que nuestros pueblos pagan con su dolor y, muy a menudo, con sus vidas.

Atilio A. Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina www.centrocultural.coop/pled, http://www.atilioboron.com

Nota:

(1) Estas y las demás cifras pueden consultarse en Corporación Latinobarómetro, Informe 2010. www.latinobarometro.orgFuente: http://alainet.org/active/4

miércoles, 20 de abril de 2011

El Discurso Imperial


20-04-2011

Somos los dueños del planeta
El Discurso Imperial



No hay guerra sin retórica.
Antonio Machado.
El pasado 8 de enero seis personas resultaron muertas y unas diez y seis heridas cuando un hombre sin motivo aparente, disparó contra estas en Tucson en el estado de Tejas en los Estados Unidos de América. Dentro de los heridos estaba Gabrielle Giffords, miembro de la Cámara de Representantes. La consternación natural por la masacre fue bastante grande dadas las circunstancias de involucrar a una congresista federal.
Sin embargo, un hecho como este no es extraordinario en los tiempos recientes de Estados Unidos. En Columbine Colorado en 2001 ocurrió una matanza con similares características, en la cual doce estudiantes murieron; en Virginia en 2007 en hechos comparables, fueron muertas treinta y tres personas. Si miramos más atrás, en acontecimientos afines en Texas en 1966, hubo diez y seis víctimas [1] , y así un larguísimo etcétera.
Mucho es lo que se ha discutido sobre la ocurrencia periódica de estas matanzas al interior de la nación militarmente más poderosa del planeta, llegándose hasta realizar impactantes documentales cinematográficos sobre el tema [2] , intentando dar una explicación humanista.
No obstante lo anterior, un connotado ideólogo estadounidense afirmaba sin empacho una justificación de los actos de guerra dirigidos contra otros pueblos por parte del gobierno de Washington con argumentos del siguiente tenor:
Su objetivo consiste en la expansión de las elecciones libres, el imperio de la ley y el autogobierno democrático a pueblos que sólo conocen el fratricidio.” [3] (El subrayado es nuestro)
Si hemos de referirnos concretamente al fratricidio en el mundo, EE.UU. se debería autoinvadir, pues allí es donde ocurren episodios constantes de homicidios, sin una causa explicable bajo los parámetros del conocimiento presente, siendo victimarios y víctimas miembros de pequeñas comunidades que se podrían estimar como parientes.
En este mismo contexto es difícil de aceptar que lo afirmado por el influyente periodista Robert D. Kaplan no se refiera a su propia nación, cuando habla de un futuro cercano en otros continentes:
Será difícil que los estados y los gobiernos locales protejan físicamente a sus ciudadanos. Así en muchos casos acabarán por extinguirse [4] .
Es una verdad de apuño que el gobierno federal y local son incapaces de salvaguardar con eficacia la existencia de los conciudadanos. ¿Kaplan hablará de la extinción de los Estados Unidos? Imposible.
También cuesta trabajo no pensar que el académico conservador canadiense Michael Ignatieff se está refiriendo a otro país y no a EE.UU., o que hace uso extremo del recurso de la ironía, cuando afirma sin sonrojarse:
“…no existen colonias americanas y que las compañías estadounidenses no necesitan que su gobierno conquiste territorios a la fuerza para que ellas puedan acceder a los mercados .” [5]
Lo percibido ostensiblemente por todo el mundo es bien diferente de esta afirmación, pues el gobierno pentagonal, especialmente luego de la Segunda Guerra Mundial, ha literalmente sembrado el planeta de toda clase de bases, las cuales constituyen sencillamente colonias militares defensoras directas de los intereses de las compañías gringas y de sus aliados capitalistas de Europa fundamentalmente [6] . Bástenos relatar que hacia septiembre de 2001 habían más de 250 mil militares estadounidenses desplegados en 153 países [7] , una cantidad que después de aquel mes creció geométricamente.
Tampoco el tema se reduce a ser las expresiones de algunos renombrados entusiastas del dominio irradiado desde Norteamérica; los documentos oficiales del gobierno al más alto nivel contienen esta clase de desatinos:
Las democracias que respetan los derechos de su pueblo prosperan y son aliados firmes de América [8] .
Realmente aliados como Arabia Saudita, tal vez el más preciado estado al que se le otorga esta categoría, distan mucho de poseer un gobierno que respete los derechos de sus habitantes y menos aún de ser tan siquiera formalmente una democracia. De igual forma el gobierno de Egipto, otro protegido especial, fue un ejemplo de lo que significaba el abuso de poder y la violación de los derechos humanos, tanto así que logró concitar un rechazo tal que generó una rebelión nunca antes vista en la región en febrero pasado.
En cuanto a la propagación de la democracia como forma ideal de gobierno a un pueblo bajo control estadounidense, el profesor Eric Hobsbaum hace la siguiente reflexión:
Colombia es buen un ejemplo que contradice que el gobierno liberal democrático es preferible a lo no democrático, con la violencia de más de 50 años [9] ”.
En el discurso oficial estadounidense, los papeles reales de la situación mundial se yuxtaponen absurdamente, pues quien ha contravenido el orden jurídico internacional y en los últimos sesenta y cinco años ha arrojado dos bombas atómicas a ciudades inermes, agredido decenas de países, destina ingentes recursos para la guerra, etc., acusa a otros de representar una amenaza:
un puñado de estados pone en peligro la seguridad regional y global porque contraviene las normas internacionales [10] .
Recordemos como el gobierno de Washington ha sido condenado por la Corte de la Haya, por violar gravemente el orden internacional al agredir a Nicaragua durante los años ochenta.
La intimidación por la amenaza del uso ilimitado del poder destructivo de sus armas es esgrimida sin eufemismos en los pomposos planes oficiales:
Los EE.UU. deben reservarse el derecho de actuar unilateralmente si fuera preciso para defender a nuestra nación y nuestros intereses, y aún así intentar adherirse a los estándares que gobiernan el uso de la fuerza [11] .
En ejercicio de esta retórica discordante se llega cínicamente a negar la historia pasada y presente:
Estados Unidos no impondrá un sistema de gobierno a ningún país [12] ; “El compromiso de América con la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho es la esencia de nuestra fortaleza e influencia en el mundo. Este compromiso debe cultivarse también mediante nuestro rechazo a acciones como la tortura que no están en línea con nuestros valores”. [13]
¿Qué dirán los habitantes de Irán, Vietnam, Puerto Rico, Nicaragua, Panamá, etc., etc., al respecto de la no imposición de gobernantes? ¿Y los de Cuba, que tiene una ley del congreso gringo especialmente destinada a derrocar su gobierno? (Ley Torricelli: dentro del derecho internacional nula). En el caso de los maltratos citaremos como bajo esta administración, el uso de la tortura se ha mantenido y se ha ampliado respecto a su predecesora [14] .
Para regresar al punto inicial del constante amago de aplastar a quienes se opongan a la realización de los planes de dominación, el residente actual de la Casa Blanca dice al respecto:
Continuaremos reequilibrando nuestras capacidades militares para ser los más sobresalientes en contraterrorismo, contrainsurgencia, operaciones estabilizadoras y en enfrentar amenazas en materia de seguridad cada vez más sofisticadas, a la vez que aseguramos que estamos listos para afrontar todo tipo de operaciones militares [15] .
Los enunciados sobre democracia, derechos humanos, progreso, obligaciones internacionales, cooperación parecen tener más el sentido de comodines de eufemismos suavizantes de coacciones a gobiernos estimados como hostiles, de advertencias para los ‘socios’ o ‘aliados’ a fin de no desfallecer en su compromiso de vasallaje, y de pretexto de toda clase de intervenciones ante los rebeldes.
Por ello la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de la cual extractamos las últimas citas, al contrastarla con la realidad constituye un entramado de abstracciones, vacíos históricos, valores repetidos sin sustento material, voluntarismo, egolatría, incentivo del miedo, megalomanía, y mucha arrogancia.
En el discurso del Estado de la Unión de este año, el cual es un desarrollo de la ESN, encontramos las mismas incoherencias un poco más detalladas, pues campesinos aún más empobrecidos alrededor del mundo no pueden sino denostar de los TLC, o millones de humanos sin el derecho a la asistencia médica luchar contra la privatización de los servicios de salud auspiciados por la fuerza o diversas intimidaciones directas o indirectas por parte de EE.UU., a pesar de lo cual Obama expresa que:
Alrededor del mundo, estamos apoyando a quienes asumen responsabilidad (?), ayudando a agricultores a cultivar más alimentos; apoyando a médicos para que cuiden a los enfermos”. [16]
No pueden faltar los enunciados abstractos de deseos grandilocuentes para el consumo interno de los estadounidenses del tipo arenga, elaborados mediante sucesivos ditirambos autoafirmantes:
el ejemplo moral de Estados Unidos debe brillar siempre para todos aquellos que anhelan la libertad, y la justicia y dignidad. Ya que hemos iniciado esta labor, esta noche podemos decir que el liderazgo de Estados Unidos se ha renovado y que la posición de Estados Unidos se ha restaurado [17] .
Empero, en veces el lenguaje ha de tornarse áspero y desafiante. Por ejemplo el documento del Consejo de Seguridad Nacional (NCS) 68 de 1950, es un manual arquetipo de los postulados de belicosidad de gobiernos posteriores, con sus expresiones de “la necesidad de pelear si es necesario por la defensa de nuestra forma de vida [18] , algo históricamente nunca disputado a los EE.UU.
Si hemos de analizar someramente las declaraciones del presidente de los Estados Unidos en sus visitas al exterior, hallamos así mismo una continuidad con la retorica anterior en cuanto a la arrogancia y la intención clara y cortante de no desear ser juzgados por ninguna instancia, aún por crímenes reconocidos en sus propios documentos oficiales; allí tenemos al actual presidente estadounidense visitando Chile y en vez de ofrecer disculpas por crímenes ya públicos, altaneramente afirma que ‘no nos podemos quedar en atrapados en la historia [19] . Una frase que no entendemos por qué no fue utilizada como argumento de defensa por parte de los acusados nazis y japoneses en los procesos de Núremberg y Tokio luego de la Segunda guerra Mundial.
Por su puesto, la labor doctrinaria no es fácil debido a que dar sentido racional a lo que es inhumano conlleva soportar permanentes paradojas. No obstante ante la opulencia de recursos no faltan los mercenarios de la diatriba y la exaltación haciendo sus aportes. A la sazón ahí tenemos al Proyecto Nuevo Siglo Americano (PNSA), esa famosa logia de pensamiento reaccionario; o a otros que trabajan por su cuenta con idénticos propósitos como Norman Podhoretz, Francis Fukuyama y Paul Wolfowitz (este último con cargo oficial en el gobierno de George W. Bush).
El discurso imperial es llevado a la mente de los destinatarios desde el pilar irrefutable de todo el discurso de los ideólogos estadounidenses, el cual es simple y llanamente:
… que Estados Unidos posee el mundo [20] .
Este dogma es la base sobre la cual reposa toda la estructura ideológica expresada. Sin este valor absoluto no se podrían sostener variadas justificaciones-explicaciones de la intromisión violenta o no en decenas de países de todos los continentes y su consecuente dominación y explotación.
La justificación-explicación contenida en la retórica de la política exterior de EE.UU. tiene unos tiempos muy bien definidos para su presencia y profundidad al interior de la nación. Esta guarda una íntima relación con las fricciones causadas por situaciones de conflicto abierto, cuando los espacios de libertad, preservados incluso constitucionalmente, son restringidos, y la población es más propensa a aceptar raciocinios maniqueos [21] , sin una elemental valoración. Ello naturalmente, es acompañado del control de los medios de comunicación ejecutando intensas fabricaciones de miedos, ansiedades y olvidos.
El trabajo de los medios amaestrados y omnipresentes, no sobra repetirlo, es muy significativo en la materia, puesto como decía David Hume, las cosas humanas se guían por la opinión y sin el apoyo a los intereses creados el poder real ‘no tardaría en desvanecerse’. [22]
En la práctica este tipo de ideología imperial expansiva ha penetrado el pensamiento de la mujer y hombre promedio estadounidense de una forma tal, que ha tomado por asalto su cultura y su imaginación más profundamente de lo que aquellos mismos pueden reconocer [23] . De hecho se ha convertido en el cimiento de las opiniones de aquellos.
Para el beneficio de un imperio (es decir conquista, dominio, omnipresencia) no se puede saber todo lo que ocurre, y si se llega a conocer, no se pueden permitir interpretaciones libres, por muchos llamamientos a la libertad de expresión que se efectúen y loas a pluralidad de puntos de vista sean realizadas. En consecuencia como parte de un orden natural y lógico dentro de las normas discursivas de los poderes dominantes al interior del discurso emergen las ‘mentiras nobles’, citadas por el pensador imperialista Leo Strauss; por ejemplo aquella de las armas de destrucción masiva en poder del gobierno de Iraq [24] . Al arribar a este tipo de principios de gobierno se sabe de sobra en la historia de la humanidad, que se está pisando el territorio del secretismo y la falacia como parte importante de la manera de mantener a raya al vulgo.
A la sombra de tales bases de pensamiento y acción, la apelación por parte de los consejeros, doctos, especialistas, asesores, etc. alrededor del poder ejecutivo gringo a reconocidas doctrinas de abierto semblante fascista, resulta como una muy poco explicada pero natural consecuencia de los postulados actuales de la toma del planeta.
Las leyes emanadas del Capitolio o la Casa Blanca determinantes del tipo de dominación estatuida, imponen un estado de emergencia intemporal expandido a todo el mundo, una supremacía del presidente de la nación, que le concede la virtual soberanía en materia jurídica, y el poder supremo como real legislador.
La analogía de tales preceptos jurídicos dominantes en Washington en la última década, con soportes de la ideología nacionalsocialista alemana salta a la vista. Doctrinas como ‘El Führer Garantiza el Derecho’ o el ‘Principio del Führer’, facilitantes del dominio totalitario sobre la población, de inspiración del ideólogo nazi Carl Schmitt, al entregar al poder de una persona atribuciones de juez supremo y legislador, guardan una precisa similitud con la preponderancia obtenida por el poder ejecutivo estadounidense luego del 11 de septiembre de 2001. Las políticas del Poder Ejecutivo Unitario’ (Unitary Executive: una teoría justificatoria de la supremacía presidencial y de sus delegados frente a los restantes órganos estatales) de la Casa Blanca no pueden interpretarse de otro modo [25] .
Al respecto afirma escuetamente Eric J. Hobsbawn:
Imagínese un mundo gobernado sobre los parámetros de Schmitt. No es un proyecto muy tentador.” [26]
Cuesta mucho trabajo aceptar un mundo regido bajo estas máximas, un lugar donde no sea posible imaginar una mejora fundamental del orden presente y que por tanto la historia pueda haber llegado a su fin, como anunciaba uno de los flamantes filósofos políticos del clímax estadounidense de los años noventa. [27] Si no es posible el idear una sociedad con menos sufrimiento y opresión que la implantada en el marco del imperialismo de la era postindustrial y su guerra permanente, retomando las formas nazistas de control poblacional, entonces debemos concluir la ocurrencia de una catástrofe social y política planetaria conducente a un brusco retroceso, cuando esperábamos justamente haber superado padecimientos anteriores a la Ilustración.
A este paisaje retórico la evocación permanente la religión le añade un carácter metafísico a las justificaciones de agresiones ignominiosas. El estado más poderoso del presente, empleando los artilugios más sofisticados que la tecnología ha creado, como resultado del proceso de crecimiento del conocimiento humano en los recientes trescientos años, donde se ha establecido que la experimentación y los hechos comprobados son la base de la ciencia, constantemente utiliza en sus parlamentos invocaciones religiosas, para dar fuerza a sus aseveraciones sobre la motivación y pertinencia de sus violentos procederes.
Un antecedente del sustento imperialista en la religión podemos encontrarlo, en una especie de ‘alianza’ con el dios judeo-cristiano formulada hacia 1640 en Nueva Inglaterra en una asamblea política:
Resoluciones:
1- La tierra es del señor, y toda su riqueza también. Aprobado
2- El señor puede dar la tierra, o una parte de ella, a su pueblo elegido. Aprobado
3- Somos el pueblo elegido. Aprobado . [28]
Las consecuencias de tales razonamientos político-teológicos aplicados a los planes imperiales siglos después se observan en todo el mundo; la dominación y explotación de otras naciones, permite la ocurrencia de hechos de fanatismo religioso-patriotero como el protagonizado por el Teniente General William G. Boykin, Subsecretario de Estado para el espionaje, conocedor de las torturas en Iraq, quien como cristiano evangélico en su iglesia, y en uniforme militar, aparece diciendo que su dios era superior al de los musulmanes y que la guerra contra el terrorismo era una guerra contra Satán, y en consecuencia los EE.UU. habían sido atacados porque eran una nación cristiana [29] . Actuaciones de carácter semioficial como el relatado realzan otra incoherencia más de los dirigentes estadounidenses, la de acusar de fanatismo a sus opositores en el mundo musulmán.
En estos menesteres hayamos pronunciamientos maniqueistas como aquel que expresa que
Una larga guerra tiene su origen en el mal mismo” (Collin Powell) [30] . Una explicación muy poco científica para describir una invasión en un territorio de ultramar rico en recursos.
Enunciados como este se acoplan bastante bien al pensamiento de millones de personas influenciadas enormemente en este campo, con base en la actuación dentro de los Estados Unidos de una gran variedad de iglesias protestantes, las cuales tienen una desmesurada presencia en la sociedad; existen doscientos canales de TV y alrededor de mil quinientas emisoras de radio que basan su programación en la biblia [31] .
En este contexto, la alusión repetida de ser EE.UU. la nación donde se asienta un pueblo elegido, proveniente de una especial interpretación de un pasaje del libro sagrado judeo-cristiano, reafirma las argumentaciones de la inevitabilidad de los planes y acciones de sometimiento de pueblos cercanos o lejanos, pero que de acuerdo a este planteamiento, no pueden oponerse al sojuzgamiento sin contrariar mandatos suprahumanos.
De allí al señalamiento de los rivales internacionales como entes maléficos aborrecibles, bastaba únicamente con enunciarlos. Tenemos entonces la creación en la era Reagan del ‘Imperio del Mal’ para describir a la Unión Soviética de entonces, como opositor con pinceladas malignas, o el más contemporáneo ‘Eje del Mal’ (Axis of Evil) integrado en 2005 por Corea del Norte, Irán, Cuba, Myanmar (Brimania), Zimbabue, y Bielorusia. El cual es equivalente para los angloparlantes a una banda perversa de criminales, intrínsecamente pérfida, es decir un grupo de estados contrarios al bien representado por el dios cristiano, del cual es adalid la nación gobernada desde Washington. Empero, se puede constatar como ninguna de las naciones acusadas mediáticamente de variadas inmoralidades ha invadido o atacado otra en tiempos recientes.
En este orden de ideas no ha de faltar, la constante invocación a la más elevada abstracción de la ‘Divina Providencia’, o sea, la voluntad del mismísimo dios, que por mucho que nos esforcemos no se puede comprender, la cual posee tal fuerza presencial en la política gringa que se haya en los mismos documentos públicos o secretos que trazan la guerra [32] .
La exaltación del cristianismo protestante en lo político se refleja directamente en los aderezos ideológicos de la ‘guerra contra el terrorismo’, en la forma de “Una amplia gama de términos de índole moral e incluso teleológica, por medio de los cuales se destacaba la pureza, la entrega, el desprendimiento, la decencia y la honestidad del pueblo norteamericano, elegido por dios para la defensa de valores universales y encomendado con una misión estrictamente ética [33] .
En otros términos, el discurso imperial, oficial o no, predica la calificación de que son los EE.UU. ‘la mayor fuerza del bien del mundo [34] ’, lo cual es repetido cotidianamente al vapuleado ciudadano promedio estadounidense, el cual infiere necesariamente que quienes se oponen a los designios de la oligarquía gringa, son perversos, antinaturales agentes de enemigos malvados de la deidad judeocristiana. La conclusión no puede ser otra: somos los dueños del mundo por que nuestro dios lo afirma y además somos muy buenos. Es notoria la proximidad a la explicación europea un milenio atrás acerca de la conquista del mundo
Irracionales, preilustradas, manipulables, simplistas y no obstante podemos colegir finalmente que las sustentaciones metafísicas del discurso apologético gringo son fundamentales en la aceptación interna de sus ‘proezas’. “La religión tiene un contenido fuerte en el discurso que se construye alrededor del concepto explícito o implícito de nuevo imperio. [35] ” El dogma religioso impregna la retórica de los panegiristas estadounidenses.
Reafirmando la belicosidad y lo metafísico, la situación imperial de los Estados Unidos es planteada históricamente por sus más fervientes apologistas como novedosa y no comparable con ninguna otra sociedad anterior, salvo el paralelo con la antigua Roma [36] ; de tal manera la argumentación actual podría haber sido expuesta por casi todos los imperios precedentes, con el lema común: ‘nuestros actos sean cuales sean, son por esencia bondadosos’.
Si se aceptara la tesis de la defensa del bienestar del pueblo estadounidense como objetivo de las políticas de estado de parte de su gobierno, nos encontraríamos desde hace más de medio siglo con incoherencias reveladoras del nulo interés por parte del gobierno gringo en defender causas costosas a los beneficios económicos de la minoría dominante y menos aún del progreso mundial. Es el caso del Consejo de Relaciones Exteriores y el Departamento de Estado durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales poseían un plan de apoderamiento del mundo, en compañía de una Alemania nazi victoriosa en la contienda [37] . La proclamada democracia bienhechora norteamericana, en el eventual triunfo en Europa del nazismo, hubiera sin reatos de conciencia compartido el poder mundial con los más oprobiosos ‘agentes del mal’. La religión aquí se releva nuevamente como mero pretexto ideológico.
La existencia de pruebas tangibles de los propósitos del gobierno de Washington como poder ejecutor de medidas favorecedoras de la oligarquía propia o asociada, no puede ser vista como algo excepcional, y mucho menos subterráneo; en la historia se conoce que el imperialismo no puede ser ocultado, es en la experiencia humana un acontecimiento público [38] , anunciado grandilocuentemente para reafirmarse y desanimar cualquier resistencia. La retórica cumple esa función.
El citado documento NSC-68 a pesar del recurrente lenguaje ambiguo y de referencias abstractas y metafísicas, advierte de unas aspiraciones concretas que se han prolongado en el tiempo:
Innegociabilidad de nuestra determinación de luchar –si es necesario- por nuestro modo de vida, tal y como establece la declaración de independencia: y, con confianza inquebrantable en la protección de la divina providencia, defenderemos nuestras vidas, nuestro destino y nuestro honor sagrado.”
En consonancia, los enunciados de los pensadores del momento político estadounidense actual, hablan sin ambages sobre los procederes concretos del gobierno:
Las tácticas para seguir una política de cambio de régimen pueden variar en función de las circunstancias. En algunos casos, la mejor política será apoyar grupos rebeldes conforme a los parámetros establecidos en la doctrina Reagan en Nicaragua (continuar con una conducta por la cual fueron condenados por la justicia internacional vigente) y en otras partes. En otros casos cabría apoyar a los disidentes, bien abiertamente o de forma encubierta y/o emplear sanciones económicas y el aislamiento diplomático.” [39]
No se entra en pormenores, más no se puede menos que pensar en el dolor y sufrimiento causados a miles o acaso millones de seres humanos, subyacentes en la aplicación de tan explícitos preceptos.
Naturalmente las resistencias a las cuales se enfrenta el gobierno de Estados Unidos no son pocas y están conectadas con el instinto de supervivencia biológico y social, dados los niveles de omnipresencia y ferocidad de la desposesión del capitalismo actual dentro del cual se proyecta el imperio. Las revueltas constantes contra estas políticas deben ser expuestas ante el público doméstico mediante de parámetros asimilables. ¿Cómo explicar la reacción desesperada de los oprimidos por el poder imperial si se debe ocultar al interior la depredación ejecutada?
Por ello es presentado ante el público local aquello de las revueltas sociales o los actos criminales como atribuidos a ‘terroristas’ luchando contra Estados Unidos, motivados por un frívolo sentimiento de rencor causado por el modelo de vida estadounidense:
La americanización globalización puede producir un profundo sentido de envidia y resentimiento hacia los EE.UU. Envidia por que los Estados Unidos montar(sic) mejor el tigre y resentimiento por que la americanización-globalización da la impresión de que los EE.UU. estuvieran obligando con un látigo a todo el mundo para que se apresure, se conecte a la red, se iguale a todos los demás y marche al compas de la música cultural estadounidense hacia el mundo veloz. [40]
La superioridad expresamente mencionada de la forma de ser estadounidense en la cúpula del poder, se desvanece en la práctica cuando verbigracia, se ejecutan prácticas bochornosamente mercantiles que compran con dinero contante y sonante fidelidades internacionales para la expansión armada [41] .
Cuando esto se evidencia demasiado, se erige aquello siempre socorrido y fácilmente manipulable por lo abstracto de que los enemigos del poderío imperial son simple y llanamente “Enemigos de la libertad”. La libertad de empresa, más justamente la libertad de saqueo.
De tal forma, ‘nuestra civilización’ es la sitiada, no importa que ningún pueblo la agreda (y pobre de aquel si lo hace). De allí se desprende como la existencia social es palmariamente irrelevante en discurso imperial. Por ello estimar a unos campesinos pobres repeliendo una agresión como <>, con el fin de evadir convenciones de la guerra universalmente aceptadas, es meramente un rasgo más del profundo pensamiento imperialista [42] .
Aquí la retórica de los panegiristas inadvertidamente retorna a tiempos apreciados hasta no hace muchos como ya idos y sepultados; la no aplicabilidad de las normas internacionales sobre prisioneros contenidos en la Ley de Leyes que resulta ser la Convención de Ginebra, a manera de tendencia jurídica sustentada académicamente en EE.UU., se encuentra directamente relacionada con la tesis jurídico-nazi de que: “No existen normas que se puedan aplicar al caos [43] ”. En medio de este no es posible dar cobijo al orden jurídico por muy elemental que parezca su aplicación. Frente al caos los seres humanos pueden ser objeto de cualquier acto por vil o abyecto que sea, ya sea lejos o cerca.
Una explicación como esta va permeando todo el ambiente social devolviéndose hacia el interior de las mismas instituciones castrenses ya de por sí autoritarias y poco reflexivas, de manera similar a como fue instaurado el lenguaje del III Reich en la Alemania de entonces [44] ; las consecuencias del discurso metafísico, voluntarista y ahistórico en la destrucción de la vida comunitaria y su resistencia a la opresión son hoy como ayer, devastadoras en vidas y cultura.
La retórica debe preparar, disponer, enfurecer, hacer natural, hacer indispensable, etc., toda acción de conquista, despojo, o coacción en cualquier lugar del planeta por remoto que parezca y por muy desconocido que resulte a los habitantes de EE.UU. Pero hoy como hace dos mil años todo se circunscribe a una simple formula venida del pasado: siempre ha de haber algún sitio en el mundo en el cual se encuentre un interés en peligro o es ya objeto de ataque; si los intereses no son estadounidenses, son de aliados, y si no hay aliados se los crea, pues la guerra siempre ha de poseer un halo, así sea absurdo, de legalidad. Al presente Estados Unidos eternamente es atacado por enemigos superlativamente infames [45] .
Retornando a aquellos inspirados hombres y mujeres sustentadores de las ideas de mantenimiento y expansión imperial, en algunos casos no son meros alentadores abstractos de las acciones del músculo militar, no son exclusivos espectadores vitoreando a los gladiadores en la arena enrojecida; también son expresos consejeros de ataques concretos contra enemigos bien definidos:
"Recomiendo encarecidamente a Bush que tome medidas contra las instalaciones nucleares iraníes, ya que no hay otra alternativa… Le hice ver las consecuencias de bombardear Irán y las de permitir que los iraníes consigan la bomba" [46] .
Con los confusos sucesos que ocurren en Libia, nuevamente se presencia la iniciativa de los apologistas imperiales reclamando el empleo de las armas por cualquier justificación [47] .
Con unos preconceptos sobre el tema generados en todas las culturas y relacionados con la justicia, hablar de democracia cuando existe una tiranía, y el pueblo no posee ni remotamente control sobre sus vidas, resulta en una exposición más de impudencia, y cuando la propia nación imperial no es democrática, hace que frases como la siguiente resulten ridículas y crueles a la vez:
como imperio dirigido por las democracias occidentales, en particular Estados Unidos, su sostén moral es liberal y democrático. [48] .
Basta citar cuan democrático puede ser Bahréin (la sede de la Quinta Flota) y su clan monárquico, o cuanta libertad de expresión y de acción política se ejerció en Latinoamérica en los años sesenta y setenta del siglo XX, o acaso cual era el trato dado a los opositores de gobiernos como el de Suharto en Indonesia, o el Egipto de Mubarak hasta hace unos días.
Las piruetas conceptuales realizadas por quienes ideologizan las actuaciones imperiales son bastante grotescas, debido a que deben apelar a la omisión de la historia, esbozando deseos como preceptos científicos, a tomar cifras incontrastadas como dogmas. La ‘democracia americana’ en este contexto puede ser una trapacera anécdota:
La gasolinera estadounidense… es un lugar mucho más eficiente: el cliente es el rey. La gasolinera no tiene una función social y su único propósito es vender más combustible al precio más bajo. Si es posible hacerlo sin empleados, pues, mucho mejor. En un mercado laboral flexible ya encontrarán trabajo en otra parte. ¿Demasiado cruel? Quizá, pero, este listo o no el mundo, este es el modelo que se le pide que imite cada vez más [49] .”
A nivel interno, en general el debate sobre los principios de la política exterior estadounidense es muy bajo teniendo en cuenta los conocidos daños causados externamente. En los centros de pensamiento que resultan ser las universidades, las conclusiones impuestas por el establecimiento oligárquico no son cuestionadas, la opinión propia de los profesores y alumnos es desalentada insistentemente, en ejercicio pleno de una censura no oficial y por ello muy efectiva. De tal manera, con los clichés afincados en centros de pensamiento e investigación como las universidades no existe debate trascendente, no son generados elementos masivos e independientes de opinión, pues los poderes oligárquicos copan todos los espacios de opinión [50] .
Sin discusión abierta no es posible sino asentir y respaldar el ditirambo de los áulicos del gobierno y el de los miembros de este, los cuales forman un único aparato de propaganda, siempre dando cohesión a retórica explicativa y justificatoria de los crímenes imperiales. Es imposible evitar no recordar en este momento a Alexis de Tocqueville, cuando manifestaba la carencia de verdadera libertad de expresión y de crítica en los EE.UU. a inicios del siglo XIX. [51] Al parecer la situación se ha mantenido.
No obstante, en veces no se puede impedir bajo el aplastante peso de los hechos y la desfachatez, que la retórica oficial se desnude fugazmente y trasluzca la realidad de todas las muertes y formas opresivas extendidas por el extranjero o incluso internamente; entonces se manifiesta expresamente que es necesario para el devenir de los negocios la brutalidad sin límites. Es lo presentado como costos del poder imperial, naturalmente no pagados por este, como escuetamente lo afirmaba la entonces embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas Madeleine Albright, al declarar que la muerte de quinientos mil niños en Irak a causa de las sanciones impuestas a este país durante la década de los años noventa, e impulsadas por su nación, ‘ciertamente es una decisión difícil, pero creemos que el precio vale la pena’ [52] .
A esta altura, cualquier retórica justificatoria sólo puede limitarse a la procacidad, al impudor de la deshumanización. El resto del mundo debe callar ante la desvergüenza. El discurso por fin coincide con la realidad.
Pero esto no es muy frecuente, debiendo escucharse en el presente para la situación en Libia y otras intromisiones similares, la recurrente retórica: debemos intervenir para ayudar a causa de la "continua violación de derechos humanos, el trato brutal a su pueblo y las atroces amenazas" [53] .
Poco o nada pueden esperar quienes sean objeto de algún discurso imperial de la ayuda sempiternamente invocada como motivación para acciones de guerra; aquella significa realmente otra cosa muy distinta en la vida cotidiana de los pueblos auxiliados.
Quienes vociferan este discurso se postulan a sí mismos como amos universales, y por ello con las palabras suelen contradecir los hechos, impunemente, por ahora.


Notas
[3] Michael Ignatieff. El Nuevo Imperio Americano. Ediciones Paidos Ibérica S.A. Barcelona 2003. Pag.100
[4] Robert D. Kaplan. La Anarquía que Viene. Ediciones B S.A. 2000. Pag. 65
[5] Ignatieff. Pag 11
[6] Ver por ejemplo a Chalmers Johnson. Amenazas del Imperio. Editorial Crítica 2005. Barcelona 2005. Especialmente en el Capítulo 6: ‘El Imperio de Las Bases’. Pag. 173 ss.
[7] Ibidem
[9] Hobsbaum. Pag. 103
[10] Casa Blanca. Ibidem.
[11] Ibidem.
[12] Ibidem
[13] Ibidem
[15] The Nation. Ibidem.
[17] Ibidem.
[18] Propósitos Fundamentales de los EE.UU. II http://www.fas.org/irp/offdocs/nsc-hst/nsc-68-2.htm
[20] Noam Chomsky. Lo Que Decimos se Hace. Ediciones Península. Barcelona 2008. Pag.172
[21] El ideario neoconservador en la política exterior de Estados Unidos. Presencia y permanencia. Luis Fernando Ayerbe. http://www.ieei-unesp.com.br/portal/wp-content/uploads/2010/07/Pensamiento-Propio-jul10-Luis-Fernando-Ayerbe.pdf
[22] Ensayos Políticos. Ediciones Orbis. Barcelona 1985. Pag.60,61.
[23] Martin Green. Dreams of Adventure Deeds of Empire. 1979. Cita de William Appleman Williams en Imperio Como Forma de Vida. Fondo de Cultura Económica. Méjico 1989. Pag.15.
[24] Jaime García Neumann. Neoconservadores y Choque de Civilizaciones. Editorial Comares. Granada 2008. Pag.124.
[25] García Neumann. Pag.115
[26] García Neumann. Pag.218
[27] El Fin de la Historia y el Último Hombre. Francis Fukuyama. Editorial Planeta. Bogotá 1992. Pag.89, 90.
[28] Citado en Garrett Mattingley. Renaissance Diplomacy. Chapelhill. North Carolina University Press , 1955. Pag.290. Ziauddin Sardar, Merryl Wyn Davies. ¿Porqué la Gente Odia a los Estados Unidos? Editorial Gedisa S.A. Barcelona 2003. Pag. 222
[29] José María Tortosa. Democracia Made in Usa: Un Modelo en Cuestión. Icaria Editorial S.A. Barcelona 2004. Pag. 59.
[30] W. Kistol. R. Kagan. Contra el Eje del Mal. Editorial Almuzara. Córdoba 2005. Pag.18
[31] Mariano Aguirre, Phillis Bannis. La Ideología Imperial: La Crisis del EE.UU. con Irak. Icaria Editorial. S.A. Barcelona 2003. Pag.23
[33] Contra el Eje del Mal: Programa Para la Pax Perpetua Americana. W. Kristol, R. Kagan. Editorial Almuzara. Córdoba 2005. Pag. 23
[35] Aguirre, Bannis. Pag.12.
[36] Alberto Rojas Andrade. Los Imperios de Las Águilas. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=107817
[37] Chomsky. Pag.173
[38] Marc Ferro. Colonialismo: una Historia Global. Siglo XXI Editores. México 2000. Pag. 37
[39] W. Kristol R. Kagan. Peligros Presentes.. Editorial Almuzara. Códoba 2005. Pag. 64
[40] Tradición Versus Innovación. Thomas L. Friedman. Editorial Atlantida. Madrid 1999. Pag. 380.