Respuesta al artículo "El Gestell totalitario capitalista en crisis (sus dieciséis leyes)
No había tenido yo la oportunidad de leer antes al Sr. Veraza, pero, su artículo del 15/09/11 en Rebelión me pareció extraordinario, sobretodo en estos tiempos en que casi nadie está leyendo nada, peor a Carlos Marx y otros autores de esa línea de pensamiento.
Permítanme llamar la atención sobre algunos tópicos del mencionado artículo:
a) Si como lo señaló en su tiempo Marx y lo confirma el Sr. Veraza, la competencia despiadada, obliga a los empresarios a ahorrar para adquirir en el momento en que sea posible, innovaciones científico—técnicas que aplicadas al quehacer productivo y en tanto en cuanto la jornada de trabajo se mantenga igual, cada unidad mercantil producida, contendrá menos valor, lo que se expresará en menor precio, por otro lado, los nuevos mecanismos transitan a formas cada vez más sofisticadas: de la mecanización, a la robotización y a la informatización, necesariamente que será posible prescindir del trabajo humano, lo que aparentemente redunda en mayor ganancia empresarial, pues, habrá menos pagos de salarios, de seguridad social, de seguro contra accidentes, etc. etc., lo que traerá como consecuencia la disminución de la masa de valor, fuente única de toda forma de riqueza social, y aquí enfrentamos a la primera muerte del capitalismo, a renglón seguido sobreviene la caída de la masa de salario, sostén fundamental de la demanda mundial, lo que a su vez más temprano que tarde, sellará la muerte del precio, que es la relación social mas importante de la forma actual de capitalismo, (segunda muerte).
b) La Ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, expuesta por Marx, funciona a plenitud, en tanto en cuanto la competencia sigue siendo despiadada y por otro lado la ciencia y la tecnología descubren nuevos conocimientos, mecanismos y equipos cada vez más baratos (efecto del aumento de la productividad, del reciclaje de la basura y del tránsito de los chips a los microchips, que requieren menos materia prima y menos fuerza de trabajo desde el mundo subdesarrollado), surgiendo el tiempo adicional negativo, creador de excedentes monetarios, que no vuelven a la producción e incrementan al capital especulativo-financiero, el cual, debe reproducirse, para mantenerse en la categoría de capital y lo hace en la especulación petrolera, minera y alimenticia, causando gran daño a las grandes mayorías populares, por el espectacular aumento de precios.
c) Veremos una colosal concentración, centralización y monopolización del capital en cada vez menos manos, (la codicia, puede más que la razón), recordemos el superávit alemán del año antepasado, el ministro Oscar Lafontaine, pidió a su gobierno distribuir el excedente monetario en los salarios y el gobierno prefirió prestar ese excedente a los países periféricos europeos, aumentando aun mas, su respectiva deuda externa. No se consideró que el aumento de salarios hubiese aumentado a la demanda, realizando aun más a la oferta empresarial, incluso, con el nuevo poder adquisitivo, las grandes mayorías alemanas, hubiesen demandado más producción europea y mundial, con lo que ganábamos todos.
d) La concentración, centralización y monopolización del capital se caracteriza en las actuales circunstancias por ser PRIVADA, mayoritariamente, es decir, la propiedad privada sobre la producción, el comercio y sobre el capital (bancario y/o financiero) es la causa fundamental de la actual debacle capitalista: la apropiación particular y abusiva de la producción colectiva del valor, no puede continuar.
e) La solución política a este gravísimo problema económico, procede del ejemplo dado ya por el pueblo islandés: la estatización de la banca, la eliminación del capital financiero y la prisión para los banqueros irresponsables.
f) Añado a lo dicho: ¿no será hora de eliminar a la deuda externa? De todos los países, los cuales, deberán incluir en sus respectivas constituciones un nuevo artículo: “que el Estado jamás volverá a garantizar ninguna deuda privada” que no será nunca prestamista de última instancia, como ya lo hizo Ecuador, en años recientes.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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