Rebelión
“La Crítica a la Religión es la condición necesaria de toda Crítica” (Marx)
La descomposición del Hegelianismo se acelera en el mismo momento en que Marx se convierte en Jungerhegelianer. Suscribirse mecánicamente a la ecuación “Crítica de los Evangelios=Crítica progresista-liberal” es erróneo, ya que la Kritik a los Dogmas religiosos es consustancial al Protestantismo más conservador de lengua alemana a lo largo de los siglos XVIII-XIX. [1] Recordemos que David Friedrich Strauss no encontró la menor aprobación por parte de los hegelianos berlineses, incluso Marx no fue deslumbrado por la aparente novedad de su crítica hermeneútica a la Cristología, ya que en realidad retomaba el trabajo que ya había realizado con más profundidad y radicalidad dos siglos antes Spinoza. [2] Marx, a través de su estudio detallado de Spinoza [3] , ya estaba pertrechado para iniciar una crítica a Hegel in toto, aunque Strauss le demostró la potencia subyacente a un uso crítico de la filosofía hegeliana. Pero incluso desde la crítica textual de las fuentes de los Dogmas, Strauss estaba por detrás de Spinoza. [4] En suma: el joven Marx estaba más allá de Strauss antes de conocer a Strauss. Pero no sólo se trataba de luchas abstractas en la vida mental de Karl Marx. El abandono de su cosmovisión romántica e idealista fue para el joven Marx un proceso doloroso, extremo y humillante: “A causa de mi defección, me fue imposible pensar durantes varios días. Me paseaba por el jardín como un lunático junto a las sucias aguas del Spree… a causa de la futilidad de mis trabajos fallidos y malogrados, consumido por la vejación de tener que hacer un ídolo de la concepción que tanto odiaba, caí enfermo… Durante mi enfermedad, estudié de cabo a rabo a Hegel y a la mayoría de sus discípulos…” [5] Marx le confiesa a su padre que “me dediqué a buscar la Idea en la realidad misma. Y si antes los dioses vivían en la Tierra, ahora la Tierra se transformaba en el centro mismo.” En su frustración se dedica a estudiar lo que llama irónicamente positive Studien (estudios positivos): derecho penal (Savigny, Feuerbach, Grolmann, Cramer, Wening-Ingenheim, Mühlenbruch), derecho eclesiástico, antiguo derecho germano. Intenta practicar su latín escolar traduciendo la Retórica de Aristóteles y el libro De augmentis scientiarum de Francis Bacon. Planea editar una revista de crítica teatral haciendo participar a “todas las celebridades estéticas de los jóvenes hegelianos”, incluso envía un plan estratégico-financiero de la publicación a una casa editorial, Wunder, que jamás le contestará. [6] Y siguen las esperanzas de poder acceder a una plaza universitaria como außerordentlicher Professor, profesor extraordinario. También le anuncia a su padre que quiere abandonar la carrera de Derecho, pasarse a la de Filosofía, y le pide un encuentro personal para discutir este cambio radical. Una grave enfermedad mortal que afectaba a su padre le dificultó este proyecto y durante finales de 1837 e inicios de 1838 siguió estudiando Derecho. En su lecho de muerte, el padre de Marx le redactó un plan para un libro sobre el conflicto entre el Arzobispo de Colonia y el gobierno prusiano, llamada en la época Kölner Kirchenstreit, que, en su opinión, le valdría a Karl los “favores” del gobierno prusiano. Heinrich exponía que esta lucha, nacida a propósito de la figura jurídica de matrimonios mixtos, ponía en juego la soberanía del estado prusiano y que debía señalarse la absoluta legitimidad del monarca en recurrir a medidas contrarias al derecho común. Marx nunca escribió el libro, aunque prepararía para la impresión, como homenaje póstumo, los papeles escritos por su padre entre marzo y abril de 1838. [7] Pero tras su muerte, el 10 de mayo de 1838, Marx se aplicó decididamente a estudiar Filosofía, abandonó la Jurisprudencia empezando a preparar su Disertación doctoral. [8] Además tuvo suerte de ser exceptuado del duro servicio militar prusiano por una enfermedad cardíaca y la vista muy débil. [9]
En Stralow también será donde tome contacto personal con hegelianos de izquierda, que lo introdujeron en el DoktorKlub, el círculo más radical y combativo del Hegelianismus. [10] En el mismo pueblo vivía el mismo Eduard Gans, quién estaba editando inéditos de Hegel para su publicación, aunque no se conoce si se encontraron en persona. [11] Marx le cuenta a su padre que “a través de algunos amigos con quienes me reuní en Stralow, fui a dar con un Club de Doctores, entre ellos algunos profesores de la Universidad y el más íntimo de mis amigos berlineses, el doctor Rutenberg. En las discusiones con ellos sostenidas se han revelado algunas ideas polémicas, y me he sentido cada vez más encadenado a la actual Filosofía del Mundo a la que había pretendido poder sustraerme…” Es obvio que la que llama con el título soberano de die jetzige Weltphilosophie es a la filosofía de Hegel y su escuela; notable además que confiese haber “abandonado el Idealismo (Idealismus)… que había cotejado y nutrido con el kantismo y el fichteanismo…”, con lo que se infiere para el joven Marx que Hegel no podía ser considerado un idealista. El “Club de Doctores” había sido creado en 1837, lo componían entre otros el lector de Teología en la Universidad de Berlín Bruno Bauer, el profesor de historia en el Gymnasium Karl Friedrich Köppen y el profesor de geografía y periodista Adolf Rutenberg, usualmente se reunían en un bar de vinos llamado Weinstube Hippel. [12] Un miembro del DoktorKlub lo recuerda así: “Entre aquellos jóvenes que buscaban la luz, reinaba aquel idealismo, aquella entusiasta necesidad de conocimiento y aquel espíritu liberal de que entonces estaba animada aún la juventud. En el curso de las reuniones se leían poemas y trabajos compuestos por los miembros y se criticaban, pero sobre todo, se elaboraba, con enorme fervor, la filosofía hegeliana. El Hegelianismo se encontraba aún en su plenitud y dominaba prácticamente el mundo del pensamiento. Pero contra aquel sistema se levantaban ya voces aisladas, y entre los propios hegelianos se dibujaba una escisión entre la derecha y la izquierda hegeliana.” [13]
Marx había comenzado conociendo al liberal Adolph Rutenberg, su padrino en el Klub (en carta a su padre le llama su amigo más íntimo), quién ya había pasado por las cárceles prusianas debido a la nefasta influencia que ejercía sobre sus alumnos. Se había transformado, a pesar de ser un poco superficial, carente de erudición y poco aplicado, en uno de los publicistas republicanos más destacados de Berlín y de toda Alemania. [14] En el club conoció y trabo cierta amistad, gracias a Bruno Bauer, con toda una personalidad de la cultura clásica alemana: Bettina von Arnim, la última socialista romántica, íntima amiga de Goethe, que creía en la posibilidad de una monarquía popular (Volkskönigs), cuyo Salonnière literario en la elegante avenida Unter den Linden acogía gente de todo tipo y pelaje: jóvenes escritores, ancianos críticos literarios, viejos generales, políticos liberales y conservadores, periodistas judíos, ministros ortodoxos, anarquistas y ateos. [15] Parece que Marx también frecuentaba el salón literario liberal del escritor demócrata Karl August Varnhagen von Ense, casado con la salonnière judía Rahel Levin, que era la anfitriona del salón literario más importante de Berlín. [16]
Karl Friedrich Köppen, por el contrario, era un hombre distinto: profesor de Historia poseía un capital teórico extenso y sólido. Fue el primer en analizar la Gran revolución francesa, la necesidad del Terror sin prejuicios reaccionarios y evolucionó hasta ser un importante historiador de las religiones. [17] Köppen llamará al joven Marx “un verdadero depósito de ideas”. [18] Tiene un lugar en la historia social de Alemania como hombre político progresista y pionero del Socialismo, junto con Moritz Hess. En la revolución de 1848, Köppen tomará parte activamente en la formación de las primeras organizaciones y coaliciones obreras en Berlín. Permaneció fiel a sus ideales y su amistad con Marx sobreviviría a todas las vicisitudes. [19]
Es indudable que la figura intelectual más importante de aquel grupo era el teólogo Bruno Bauer. Si Strauss fue el responsable de exhibir las contradicciones y las miserias del Hegelianismus, el ateísmo humanista y al teología revolucionaria de Bauer obligaron al estado prusiano a publicar un decreto prohibiendo a los hegelianos enseñar ninguna materia en la Universidad, salvo estética. Entre 1828-1834 estudia Teología y Filosofía con H. G. Hoto y Marheineke, ganando a la edad de veinte años el premio del mejor ensayo de filosofía en latín convocado por el mismo Hegel por un trabajo sobre la estética de Kant. [20] En 1834, a los veinticinco años, es nombrado profesor de Teología (Privat-Dozent) [21] en la Universidad de Berlín, y es una reconocida figura en el milieu hegeliano, participando en el trabajo de edición de la Estética y de la Filosofía de la Religión de Hegel. Su primer debut fue, como ya vimos, desde el corazón de la ortodoxia más conservadora del Hegelianismus: además de criticar a Strauss, fue editor entre 1836 y 1839 de la Zeitschrift für spekulative Theologie. A partir de su libro Crítica de la Historia de la Revelación, [22] Bauer se transformó en el blanco principal de la derecha hegeliana y de la teología antihegeliana al unísono, beneficiándose de la protección del ministro de Cultura, Instrucción y Cultos prusiano, el liberal Karl August von Altenstein, quién lo nombra maestro de conferencias de la Universidad de Bonn en octubre de 1839. Altenstein había sido el mismo que había traído con mucho revuelo y resistencia de conservadores y reaccionarios a Hegel a ocupar la cátedra de filosofía de la Universidad de Berlín en 1818 dejada vacante por la muerte de Fichte. [23] Altenstein, con sus reformas, había llevado al límite la forma-estado de la monarquía prusiana.
Su primera intervención en la nueva dirección del DoktorKlub tuvo lugar en 1837 y 1838, en la época en que Marx formaba parte ya del grupo. Bauer tenía entonces veintiocho años, una figura que muchos describen como napoleónica, abstraída, “un hombre profundamente decidido, que aunque exteriormente parezca frío, arde en su interior. No conocerá ningún obstáculo y será mártir de sus propias convicciones.” [24] La mayoría de los estudios sobre el joven Marx minimizan o directamente ignoran el rol de la teología revolucionaria de Bruno Bauer sobre su formación filosófico-política (Marx lo consideraba uno de sus maestros y Bauer su más cercano coequiper) [25] , así como la estrecha colaboración intelectual de ambos entre 1837 y 1842 y la posterior ruptura. [26] Un filósofo influyente en la izquierda hegeliana, decía en 1842 que “si uno quería decir que Bruno Bauer no fue un fenómeno científico importante, entonces esto sería tan ridículo como afirmar que la Reforma no fue un acontecimiento significativo… Bruno Bauer brilla en el horizonte del conocimiento.” [27] A Bauer sus contemporáneos lo consideraban un Culminationspunkt, y la consecuencia directa de la lectura correcta del propio método revolucionario de Hegel. Para Bauer la unión de Pensamiento y Ser, la única verdad de toda filosofía, alcanza en Hegel su punctum saliens, a pesar de las deficiencias de sus descripciones institucionales y de su forma-estado. El System hegeliano, con un adecuado compromiso interior (idealismo ético) y las adecuadas correcciones conceptuales, podría ser salvado y no abandonado (que lo diferencia de la postura de Feuerbach o del propio Marx de 1843).
En el Vörmarz alemán, anterior a 1848, Bauer puede ser considerado como el tribuno de un republicanismo muy peculiar basado en la filosofía política hegeliana. Bauer en estos momentos estaba desarrollando su crítica a los Evangelios (y al propio Hegel y a la crítica a medias de Strauss), en la cual llegaría a la conclusión que el cuarto Evangelio (el de Juan) había sido copiado del de Lucas, y que tanto Lucas como Mateo habían a su vez partido del único texto original, el de Marcos. Una sola narración histórica y tres imitaciones o plagios. Las conclusiones bauerianas eran radicales porque, al mejor estilo de Spinoza, sobre la base de un análisis filológico-documental (y no del dogma metafísico) negaba la historicidad de Cristo, además de su supuesta divinidad, “como individuo real, jamás existió.” Rechazaba además la idea de una creación mítica e inconsciente de los Evangelios por una suerte de psicología del Volksgeist judío, analizando los propósitos personales y políticos de cada profeta-escritor y finalmente sostenía que se debía calificar a los profetas y evangelistas en la misma categoría que a Homero. Las consecuencias eran devastadoras: si Hegel tímidamente había demolido la base filosófica de toda Religión, Bauer destruía para siempre la base histórica del Cristianismo. Ya no se trataba de abolir sólo una limitación del espíritu humano, una unilateralidad, una mala unidad, sino todas las limitaciones: no sólo una determinada religión (el Cristianismo para Bauer era simplemente un Ansatzpunkt), sino todas: die Religion schlechthin wird von der Kritik gestürzt (La Religión es absolutamente derrocada por la Crítica). [28] La Religión, dirá Bauer, Sie will Freiheit geben, aber gibt sie nicht nur nicht, sondern vielmehr die Ketten der Sklaverei (Desea dar Libertad, pero sólo nos entrega las cadenas de la Esclavitud). [29] Y el vacío dejado por el fantasma religioso no debe ser reemplazado por nada, ya que nada más ha desaparecido el velo de una ilusión alienante (para Bauer una dolencia psíquica). El único principio verdadero y sólido, al que podamos prestar una obediencia sin fisuras es el mismo principio de la crítica a todo lo existente. Una vez disuelto el dogma religioso en la solución lógica de la crítica, todo lo humano se desarrollará en total libertad: “Después de aniquilada la Religión, el problema ya no es filosófico, sino humano. Los diversos bienes de la Humanidad, el Estado, el Arte y la Ciencia, forman un todo sistemático, en el que ningún particular gobierna de manera absoluta y exclusivista… No pueden gobernar así, si están dispuestos para evitar nuevos desastres. Todos ellos, después de haber sido perseguidos a muerte por la Religión, serán por fin libres y podrán lograr su desenvolvimiento sin trabas.” [30] Es el rol de la dimensión radical de toda filosofía, la Liberalität der Philosophie, como le llama. Si Strauss intentaba volver a la idea de sustancia divina de Spinoza, Bauer representaba un retorno a la filosofía crítica y creativa de la autoconciencia (Selbstbewusstsein) de Fichte.
La campaña oficial del estado prusiano contra el Hegelianismus, desencadenada desde 1835, empujó a los jóvenes profesores a la oposición política inconsciente. Hasta esa fecha la actitud política de los jóvenes hegelianos era la de una oposición franca pero leal: confiaban en que sus ideales podían realizarse dentro de la unidad del estado prusiano. En 1839 el Klub tomó la iniciativa peligrosa de una serenata de estudiantes universitarios y de jóvenes de institutos de Berlín con motivo de la muerte del hegeliano socialista Eduard Gans. El entierro de Gans (como el de Hegel) dio ocasión a una manifestación multitudinaria, llena de consignas liberales, evidente y enérgica Esta demostración pública rendía homenaje no sólo al valeroso polemista y defensor del espíritu crítico de Hegel, sino a toda una actitud liberal ante los retrocesos continuos del estado monárquico. Por lo que sabemos parece que era Rutenberg era el más vehemente a la hora de pasar de la Kritik a la praxis, de las palabras a la calle, a la participación activa del Klub en la limitada vida política alemana. Bauer le respondía negativamente, que no podía hablarse de una “acción” sin haberse consolidado la teoría crítica, y menos podían lanzarse a acciones inmediatas. Su convicción, entonces compartida por el joven Marx, era que la tarea y el único medio de ejercer una influencia sobre el mundo era el de hacer una revolución en las conciencias por medio de la crítica. Destruir para construir: la aniquilación de los viejos valores en el ámbito del espíritu era el paso necesario y previo a la destrucción material y práctica. El lema del Klub en forma de epigrama coherentemente afirmaba: Unsere Taten sind Worte bis jetzt und noch lange/Hinter die Abstraktion stellt sich die Praxis von selbst (“Nuestras Acciones son palabras hasta ahora y por mucho tiempo más, detrás de la Abstracción la Praxis se asienta por sí misma”).
Bauer pretendía aplicar su Kritik a otros dominios. Para este fin conocemos que Bauer, junto a Marx, proyectaba fundar una sociedad ateísta con su correspondiente revista filosófica. Bauer denominaba a su Methode como “ateísta”, porque negaba toda forma de autoridad externa, ya sea institucional, doctrinal o de la tradición, la Crítica con mayúsculas no admite pre-juicios: Reine Kritik heisse Voraussetzungslos (“Crítica Pura significa ausencia de presupuestos”), escribía en plena sintonía su hermano Edgard. [31] Al principio se había discutido, sobre todo, acerca de Cristología y dogmas religiosos. Primero contra la deformación institucional del Cristianismo, tanto por la mitología como por la superstición, superable mediante una nueva síntesis y asimilación con el racionalismo. Luego se pasó en una lucha radical contra la Religión sans phrase. Pero incluso en el tema teológico más abstracto, los miembros del DoktorKlub no se declararon abiertamente ateos hasta una fecha tan tardía como 1842. A inicios de 1839 la amistad con los Bauer se profundiza y Marx visita con frecuencia su casa en el barrio de Charlottenburg. Incluso después de octubre de 1839, cuando había abandonado la Universidad de Berlín para trasladarse a Bonn, una medida para su protección planeada por el ministro liberal Altenstein, Bauer siguió siendo fiel a los puntos de vistas radicales del Doktorklub y añorando el espíritu crítico berlinés. Y sintiendo una profunda nostalgia por su amigo y camarada intelectual Marx. En una carta a Marx, 11 de diciembre de 1839, Bauer le confiesa: “Frecuento aquí un círculo de profesores que se reúne en el Hotel de Trier, pero nada puede compararse con nuestro Club, que siempre estaba animado por su interés en problemas espirituales. ¡Ay, esos tiempos pasados que no vuelven!” [32] En enero de 1840 vuelve a escribirle a su fiel Marx: “¿Pero dónde están las rosas de antaño? Ya no florecerán hasta el momento en que vengas a verme. No me faltan aquí diversiones, y tengo oportunidad de reírme, aunque nunca me divierto como en Berlín, cuando atravesaba contigo una calle.” [33] Durante 1840 Bruno Bauer publicará varios escritos de enorme importancia, un opúsculo Die evangelische Landeskirche Preussens und die Wissenschaft (La Iglesia Evangélica prusiana y al Ciencia) [34] y un libro titulado Crítica de la Historia Evangélica de Juan [35] , aplicando de manera radical el punto de vista de la “infinita Autoconciencia”, partiendo de la unidad hegeliana entre Form und Inhalt, forma y contenido (materia). Bauer afirmará que la conciencia religiosa se opone, como conciencia alienada y unilateral, a la conciencia libre y a la eticidad (la Sittlichkeit hegeliana que se componía de Familia y Estado). La conciencia religiosa reduce y reprime el yo alienado en sí mismo. Cristo, que nació y vivió contra la Naturaleza del Mundo, dirá Bauer, y no pertenece ni a familia ni a estado alguno, es justamente la esencia objetivada del hombre libre de toda potencia sustancial, símbolo de la pura Ichheit, de la pura yoidad, del extravío del subjetivismo y, por tanto, cima de todas las religiones. El terrorismo teológico de Bauer tenía como presupuesto que “después de aniquilada la Religión, el problema ya no será filosófico, sino humano…” y la Kritik es “la crisis que saca al hombre del delirio y lo lleva a un reconocimiento de sí mismo”. El ateísmo crítico tiene como lógica consecuencia, el libre desarrollo, sin ataduras ni formas perversa de vida alienada, de la naturaleza humana y sus instituciones, al haberlas desembarazado de cualquier cosa extraña al proceso espiritual de la Vida y la Razón. Ocultado por el velo de una mitología trascendentalista, el hombre se encontrará por fin, gracias al trabajo de zapa de la crítica pura, con un núcleo transparente basado sólidamente en la experiencia. Pero Bauer no daba el paso necesario y lógico: se negaba a fundamentar desde el idealismo especulativo de la reinen Kritik una unidad transitoria entre teoría y práctica. Si Bauer era un filósofo laico o un ateo intransigente, en el fondo en realidad, jamás sostuvo posiciones de izquierda (ni siquiera tibiamente liberales), como lo demostró luego su propia evolución filosófica y política: nunca dejó de ser un hegeliano de derecha. El propio Marx demolerá sus posiciones conservadoras tanto en la polémica sobre la “Cuestión Judía” de 1843, como en el libro escrito junto con Engels en 1844, La Sagrada Familia. [36] Una carta de Marx a Engels del 10 de mayo de 1861 evoca los Affranchis berlineses, sus ex-camaradas del Doktorklub, y la reaccionaria evolución intelectual de su antiguo maestro el teólogo Bruno Bauer: “En Berlín visité a Friedrich Köppen… ha engordado y se ha puesto enorme… me enseño sus dos volúmenes de su trabajo sobre Buda… Rutenberg fue asignado por Manteuffel a Schwerrin como una pieza de inventario expresamente garantizada. Ahora se la arregla con unas tijeras en el Staatszeitung, que ya nadie lee. Este diario es una especie de London Gazzette. Bruno (Bauer), quien, según me dicen, ha tenido tiempos terriblemente duros, se ha ofrecido, en vano, al actual Ministerio prusiano para continuar su colaboración con el órgano oficial, la Preussische Zeitung. Por el momento es el colaborador principal del Staatslexicon publicado por Hermann Wagener de la Kreuzzeitung. También es agricultor en Rixdorf.” [37] La Kreuzzeitung de la que habla Marx es el sobrenombre del diario oficial de los sectores reaccionarios prusianos, Neue Preussische Zeitung, medio surgido del ambiente contrarevolucionario post-1848 en Alemania, resueltamente antisemita y conservador. El periódico, que se oponía al tibio populismo de Bismarck, llevaba en el centro de su titular una cruz de hierro teutónica (la máxima condecoración de guerra de Prusia, la Eisernes Kreuz) con el siguiente motto: “¡Adelante, con Dios por el Rey y por la Patria!” [38] Bruno Bauer terminaría sus días repudiando a Hegel (después de las revoluciones de 1848), colaborando en la revista semanal antisemita berlinesa Berliner Revue. Historisch-Politische Blätter y en otro órgano de la prensa liberal-conservador, Die Post. No es casualidad que entre el viejo teólogo Bauer y el filólogo Nietzsche se establecieran profundas afinidades electivas. El reaccionario Bauer de fines del siglo XIX llamará a Nietzsche “una síntesis germana de Montaigne, Pascal y Diderot”, y Nietzsche comentará este elogio diciendo que “hay poca sutileza en este elogio, por lo tanto: ¡hay poco que alabar!”. [39] Nietzsche reconocía su cercanía intelectual y ética con el alten hegelianer Bruno Bauer al confesarle a su amigo Reinhardt von Seydlitz: “yo tengo básicamente tres lectores, a saber: Bruno Bauer, Jakob Burckhardt, Henri Taine, y el primero de ellos está muerto.” [40] En otra carta de 1887 al historiador reaccionario francés Hyppolite Taine, Nietzsche vuelve a repetir que “tengo devotos lectores de mis obras, entre ellos, como por ejemplo Richard Wagner, el viejo hegeliano Bruno Bauer, mi venerado colega Jakob Burckhardt y el poeta suizo…Gottfried Keller…” [41] Bauer había partido de las cercanías de la izquierda hegeliana y Marx para terminar su parábola negativa en el riñón más reaccionario, antiliberal y antisemita del IIº Reich.
Nicolás González Varela
Notas:
[1] Desde Ziegler, Bertholdt pasando por Schleiermacher, hasta el mismo Strauss, que se definía como conservador. Lo mismo puede aplicarse a la Kritik de la religión cristiana de un reaccionario como Nietzsche.
[2] Por ejemplo la inicial fascinación de Engels por el libro, al que calificaba de obra panteísta “irrefutable”. Hasta bien entrado 1844, Engels no desperdició ninguna ocasión para manifestar su adhesión y admiración por Strauss. Sus primeras cartas desbordan de elogios de alto vuelo, en una carta a su amigo W. Graeber de octubre de 1839 escribe: “He jurado fidelidad al pabellón de D. F. Strauss y me he convertido en un ‘Mitólogo’ de primera categoría. Te digo que Strauss es un tipo estupendo (herrliche Kerl) y un genio (Genie), y su sutilidad no pueden compararse con nadie.”; en: Karl Marx, Friedrich Engels; Gesamtausgabe. MEGA (2), Abt. 3: Briefwechsel, Bd. 1: Karl Marx / Friedrich Engels: Briefwechsel bis April 1846, Akademie Verlag, Berlín, 1975, p. 163. Incluso en 1886 Engels seguiría recordando que “en aquellos tiempos, la Política era una materia espinosa; por eso los tiros principales se dirigían contra la Religión; si bien es cierto que esa lucha era también, indirectamente, sobre todo desde 1840, una batalla política. El primer impulso lo había dado Strauss, en 1835, con su ‘Vida de Jesús’.” Engels incluía a Strauss en una línea de ruptura político-filosófica junto a Bruno Bauer, Feuerbach y Gans.
[3] El gran marxólogo Maximilien Rubel reconoce que “ello podría explicarse por la lectura que hizo del Tractaus teologicus politicus de Spinoza, verdadera revelación para él a juzgar por los numerosos extractos contenidos en uno de sus cuadernos de Berlín, en 1840. El Tractatus… de Spinoza, que fundamenta la crítica racional de la Biblia, se adelantaba en dos siglos a la época en que fue escrito.” Rubel, sin embargo, subestima las influencias anteriores de Spinoza sobre el joven Marx; el año de confección de los extractos que señala Rubel está equivocado: es 1841, no 1840. En: Rubel, Maximilien; Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Paidós, Buenos Aires, 1970, p. 32.
[4] Justamente Bauer criticaría a Strauss en su libro Kritik der evangelischen Geschichte der Synoptiker sostener un punto de vista misterioso, falto de lógica y teñido de no poca religiosidad.
[5] Dice Marx: Während meines Unwohlseins hatte ich Hegel von Anfang bis Ende, samt den meisten seiner Schüler, kennengelernt. En: Werke, Band 40, Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1973, p. 10.; existe una traducción con errores al español: Carlos Marx/Federico Engels, Obras fundamentales. Marx: Escritos de Juventud, FCE, México, 1982, pp. 5-13. Es un poco dudoso que en pocos meses (abril-octubre) Marx, a pesar de ser un lector voraz, asimilase todos los escritos de Hegel más las de todos sus discípulos importantes. En la biblioteca de Marx se encuentran dos obras de Hegel que adquirió y estudió en este período: 1) Vorselungen über die Philosophie der Geschichte, con introducción de Eduard Gans, edición de 1837; Grundlinien der Philosophie des Rechts, edición de 1821; cf: Kaiser, Bruno; Das Schicksal der Bibliothek von Marx und Engels; Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1967, p. 227. Es muy fácil seguir la evolución de Marx durante su primer año en Berlín, ya que la describe en detalle en una carta a su padre de noviembre de 1837, por cierto la única carta que se conserva de Marx como estudiante. Este documento excepcional para comprender su evolución intelectual, en el cual informa del curso de sus investigaciones durante el primer año de su estancia en Berlín, su distanciamiento del idealismo clásico kantiano y fichtano, y su lento embrujo por Hegel, fue publicada por primer vez, con una introducción, por su hija Eleanor en el órgano de la Socialdemocracia alemana: Die Neue Zeit, 1897, XVI, p. 4 y ss. En la introducción Eleanor indica que “he tenido que vencer una gran resistencia para dar a publicidad una carta como esta, destinada únicamente a su amado padre… Aunque la carta lleva simplemente como fecha de 10 de noviembre, sin indicación de año, no es difícil establecerlo. Fue escrita, sin duda, antes de 1838, ya que habla de Bruno Bauer en Berlín, y en 1838 sabemos que ya estaba en Bonn. La carta fue escrita, por tanto, en 1836 0 1837. Y aunque al principio me inclinaba por la primera de estas dos fechas, un cotejo cuidadoso de los años me ha llevado al convencimiento de que debe optarse por la segunda… No nos equivocamos si asignamos a esta carta la fecha de noviembre de 1837, en que Marx tenía diecinueve años…No cabe duda que la carta es asombrosa, si se tiene en cuenta que fue escrita por un joven de tan solo diecinueve años. Vemos en ella al joven Marx en proceso de desarrollo, al muchacho que anuncia ya al hombre del mañana. La carta nos revela aquella capacidad casi sobrehumana de trabajo y aquella laboriosidad que caracterizaron a Marx a lo largo de su vida entera… lo vemos escribir docenas de pliegos y destruir luego sin la menor vacilación todo lo escrito, preocupado tan solo por ‘poder ver claro ante sí mismo’, hasta llegar a esclarecer y dominar por completo los problemas que lo torturaban; lo vemos criticarse y criticar severamente lo que hace. Y encontramos… al lector infatigable que todo lo abarca y todo lo devoraba, sin dar jamás prueba de estrechez o unilateralidad. Todo, Jurisprudencia, Filosofía, Historia, Poesía, Arte, era buena agua para su molino; en nada de lo que emprendía se quedaba nunca a medias.”
[6] El intermediario fue el librero Otto Wigand de Leipzig, que le respondió con evasivas. Fue el más célebre de los editores de la izquierda hegeliana, que funcionaba desde un “reino independiente” (Sajonia) para evitar la censura prusiana. Wigand editará a Bauer, Engels, Feuerbach, Hess, Stirner. Sobre el rol de los editores y la difusión de la izquierda hegeliana, véase: Lacascade, Jean-Louis; Les métamorphoses du jeune Marx, PUF, Paris, 2002, p. 47 y ss.
[7] La rara composición de seis folios, editada y corregida por Karl Marx, se titula Über den Kölner Kirchenstreit. La primera edición en: MEGA (1), I/1,2, pp. 231-233. No hay traducción al español.
[8] Es sintomático que en el verano de 1837 Marx en dos semestres siguiera únicamente los cursos de Heffter sobre Derecho Canónico y Procedimiento Criminal, un hegeliano liberal de la línea de Gans. Cf.: MEGA (1), I, t 1/2, p. 248. Cursos seguidos por Marx en el semestre de verano de 1838: Lógica (Gabler, discípulo de Gans); Geografía (Ritter); Derecho Prusiano (Gans); en el semestre de invierno de 1838: Derecho de Sucesión (Rudorff). Durante los dos últimos años de permanencia en la Universidad de Berlín, Marx no se inscribió más que en tres clases, de las que sólo una era de Jurisprudencia. Cornu señala que las clases de Geografía de Ritter, inspiradas en la Filosofía de la Naturaleza de Schelling, podían también ser fuente de inspiración de un incipiente materialismo; cf.: Cornu, Auguste; Karl Marx. El Hombre y la Obra. Editorial América, México, p. 51. Un investigador soviético subraya el rol destacado de las clases que Marx tomó con Heffter: “El profesor Heffter, que, como Gans, era un hegeliano liberal, también influyó sobre Marx. Los tres cursos a los que asistió Marx durante el semestre de verano de 1837 (Derecho Canónico, Procedimiento Civil alemán general, Procedimiento Civil prusiano) fueron dictados precisamente por Heffter, así como el único curso al que Marx asistió en el semestre de invierno 1837-1838 (Procedimiento penal).”, en: Lapin, N.; El joven Marx, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 51.
[9] Véase la carta de Henriquetta Marx a Karl Marx del 15-16 de febrero de 1838, en: MEGA (1), I, Band I/2, p. 230 y ss. Marx sufría de dilatación cardíaca.
[10] Sobre el origen del DoktorKlub y el rol de uno de los hermanos Bauer, véase: Luft, Eric v. d.; “Edgar Bauer and the Origins of the Theory of Terrorism”, en: Douglas Moggach (Ed.), The News Hegelians. Politics and Philosophy in the Hegelian School , Cambridge University Press, New York, 2006, p. 138. Marx se incorpora al Hegelianismo en lo que se considera su segunda fase o período a partir de la muerte de Hegel, 1831-1839, centrado en las controversias teológicas. La clave y desarrollo de este período lo marca la publicación en el verano de 1835 del libro del teólogo y filósofo David Friedrich Strauss Das Leben Jesu, kritisch bearbeitet. Curiosamente uno de los críticos del libro desde la derecha hegeliana más vehemente fue, en 1835, Bruno Bauer, quién luego viraría a la izquierda. Por otro lado, no existe ninguna prueba ni evidencia que Marx fuera la “figura central” del Klub, como afirma temerariamente Rubel; cf.: Rubel, Maximilien; Karl Marx. Essai de biographie intellectuelle, Marcel Riviere, Paris, 1957, p. 28. En español: Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Paidós, Buenos Aires, 1970, p. 28.
[11] Paul Kägi señala que “en su proximidad podía ver cómo unos de sus profesores de Derecho, Eduard Gans, quién vivía en Stralow, donde Marx descansaba, y estaba terminando la publicación de la Filosofía de la Historia de Hegel, había sido estimulado por la filosofía de Hegel con fructíferas ideas en su ciencia. Gans, en contraposición con la ‘Escuela Histórica del Derecho’, había escrito una obra sobre El Derecho Hereditario en su evolución histórica. En el prólogo del primer tomo, de 1824, indicaba que la tarea de su tratado era ‘mostrar el movimiento necesario del Espíritu Universal dentro del campo del Derecho hereditario’. Puede que el profesor Gans… fuera para Marx, aunque él no lo diga explícitamente, el mediador entre sus estudios de Derecho y su descubrimiento repentino de Hegel.”; en: La génesis del Materialismo Histórico, Península, Barcelona, 1974. pp. 37-38. Efectivamente Gans fechó el prólogo a la primera edición el 8 de junio de 1837.
[12] El local se encontraba en la Französen Strasse, en el Gendarmenmarkt, en el corazón histórico y centro cultural de Berlín. Los miembros se reunían con frecuencia, incluso todos los días. El DoktorKlub cumplía funciones sociológicas de “universidad libre” o “cátedra paralela”.
[13] Recuerdo del escritor y doctor Max Ring, Erinnerungen, Berlin, 1898, Band I, p. 118. Sobre los salones literarios y cafés bohemios en Berlín, véase el trabajo de Petra Wilhelmy: Der Berliner Salon im 19. Jahrhundert (1780-1914); De Gruyter, Berlin/New York, 1989. Se ha editado una cuidada selección de textos: Bettine von Arnim : Romantik und Sozialismus (1831-1859), Vortrage von Hartwig Schultz, Heinz Hartl und Marie-Claire Hoock-Demarle gehalten anlasslich der Ausstellung im Studienzentrum Karl-Marx-Haus, Trier, von Juni bis August 1986. Todos los jóvenes hegelianos procedían de familias acomodadas, tanto de terratenientes como de la burguesía o de la alta clase media: Hess (refinería y comercio de azúcar); Ruge (terratenientes); Feuerbach y Marx (importantes jurisconsultos-funcionarios); Engels (fábricas textiles); Stirner (fábrica de instrumentos de música); los hermanos Bauer (fábrica de porcelana)…
[14] Rutenberg, que escribía en el diario liberal del escritor Karl Ferdinand Gutzkow Telegraph für Deutschland, sería nombrado a inicios de 1842 redactor del periódico Rheinische Zeitung, donde escribiría y sería luego ChefRedakteur el propio Marx. Rutenberg cayó cada vez más bajo y terminó sus días en el periodismo más amarillo y sórdido. Como curiosidad Gutzkow fue el descubridor de un joven talento llamado Friedrich Engels e hizo publicar sus artículos en el periódico.
[15] Desde el mismo von Savigny al copero mayor del rey, Pitt-Arnim, incluso asistía un joven radical ruso llamado Bakunin. Cf.: Petra Wilhelmy, op. cit.; pp. 194-195. Marx le dedicará a Bettina un acerado epigrama titulado “Romanticismo a la Moda”, en español: Marx, Karl, Poemas, Edición al cuidado de Francisco Fernández Buey, Editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2000, p. 70. Cuando la von Arnim tuvo que ir a Trier, Marx la acompañó de anfitrión durante una semana. Sobre la relación Marx-von Arnim, véase: Luise Dornemann, Jenny Marx: Der Lebensweg einer Sozialistin; Berlin, Dietz Verlag, 1968, p. 39 y ss.
[16] Los von Ense tenían una profunda relación de amistad con el poeta Heinrich Heine. Sobre von Ense, véase: Picket, Terry; The Unseasonable Democrat: Karl August Varnhagen von Ense, 1785-1858, Bouvier Verlag, Bonn, 1985; sobre su esposa: Arendt, Hanna; Rahel Varnhagen: The Life of a Jewess, The Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1997. Los salones literarios berlineses eran réplicas de los franceses pre-1789.
[17] Todavía mantiene su vigencia su estudio Die Religion des Buddha; Ferdinand Schneider, Berlin, 1857. Se han editado recientemente una compilación de sus escritos políticos-filosóficos: Ausgewählte Schriften in zwei Bänden, Akademie Verlag, Berlin, 2003.
[18] Carta de Köeppen a Marx del 3 de mayo de 1841; en: MEGA (1), ½, p. 257.
[19] En 1861 cuando Marx fue a verle a Berlín, encontró que su “viejo Köppen” no había cambiado en nada y, en carta a Engels, consideró una verdadera bendición las dos noches que pasó con él. Sobre Köppen, véase el trabajo de disertación del malogrado biógrafo Helmuth Hirsch: “Karl Friedrich Köppen - der intimste Berliner Freund Marxens”, en: IISG (Hrsg.): International Review of Social History, Heft 1, Leiden 1936 (Fassung der in Deutschland nicht eingereichten Dissertation) y la útil introducción a sus escritos de Heinz Pepperle, “Einleitung”, en: Koeppen, K. F.; Ausgewählte Schriften in zwei Bänden, Akademie Verlag, Berlin, 2003, p. 11.
[20] Bauer, Bruno; Üeber das Prinzip nach der kantischen Philosophie, Philosophenpreis, 1829.
[21] El Privat-Dozent (PD o Priv.-Doz. ) es en la institución académica alemana, un profesor que es pagado por los estudiantes que asisten a sus clases. Aunque científicamente preparado, con doctorado inclusive, todavía no se es profesor ordinario ni titular.
[22] Bauer, Bruno; Kritik der Geschichte der Offenbarung, Band I-II, Ferdinand Dümmler, Berlin, 1838.
[23] Altenstein fue miembro del gabinete de ministros del príncipe reformista Hardenberg, a quien Hegel le dedicará un ejemplar de su famosa y polémica Filosofía del Derecho como la cabeza de un “gobierno esclarecido” (erleuchte Regierung), basado en los principios de la Aufklärung. Sobre Hegel y Altenstein, véase: D’Hondt, Jacques; Hegel en son temps, Editions Sociales, Paris, Chapitre IV “Les protecteurs”, p. 71.
[24] Varnhagen von Ense, Karl August; Tagebücher, Brockhaus, Leipzig, 1861, Band I, pp. 340-341. Sobre Bauer: Barnikol, Ernst; Bruno Bauer. Studien und Materialen. Aus dem Nachlass ausgewählt und zusammengestellt von P. Reimer und H-M. Sass, Van Gorcum, Assen, 1972. También su libro Der junghegelianer Bruno Bauer im Vörmarz, Inauguraldissertation, Freie Universität, Berlin, 1959. Con un criterio más actual: Moggach, Douglas, The Philosophy and Politics of Bruno Bauer, Cambridge UP, Cambridge, 2009. En una reciente biografía sobre el joven Marx de David Leopold: The Young Karl Marx: German Philosophy, Modern Politics, and Human Flourishing, Cambridge University Press, Cambridge, 2007, se dedica todo un capítulo a la relación de adhesión/enfrentamiento de Bauer-Marx, capítulo III “Modern Politics”, pp. 100-182. También destaca el rol decisivo de Bauer, junto a Feuerbach y Hess, el libro de Daniel Brudney, Marx’s Attempt to Leave Philosophy, Harvrd University Press, London, 1998, capítulo “Bruno Bauer”, pp. 109-142.
[25] En dos cartas a A. Ruge, Bauer de diciembre de 1841, le llama a Marx su fiel escudero.
[26] Sobre el tema sigue estando vigente el trabajo clásico de Rosen, Zvi; Bruno Bauer and Karl Marx. The Influence of Bruno Bauer on Marx's Thought, Nijhoff, The Hague, 1977; además el de Waser, Ruedi; Autonomie des Selbstbewußtseins. Eine Untersuchung zum Verhältnis von Bruno Bauer und Karl Marx (1835–1843), Francke Verlag, Tübingen, 1994. Una rara excepción en la tradicional Marxologie es el bien documentado libro del filósofo Sidney Hook, La génesis del pensamiento filosófico de Marx. De Hegel a Feuerbach; Barral Editores, Barcelona, 1974, quién le dedica el capítulo III, “Bauer y Marx”, p. 127-157. Hook trabajó en los manuscritos inéditos de Marx, el Nachlass, en la década de los años 1920 en el Instituto Marx-Engels de Moscú, bajo la protección de David Riazanov, el primer editor de las obras completas de Engels y Marx. En su introducción de 1936 agradece a “D. Riazanov, antiguo director del Instituto Marx-Engels de Moscú, y cuya muerte reciente en un campo de concentración en Rusia significó un rudo golpe para la investigación marxista, le estoy en deuda por una invitación que se transformó en un fructífera visita de un verano en el instituto.”, en: ibidem, p. 23. En realidad Riazanov seguía vivo, sería ejecutado el 21 de enero de 1938 en Saratov. Sobre Hook y su trabajo sobre los inéditos de Marx y los jóvenes hegelianos, véase: Phelps, Christopher; Young Sidney Hook: Marxist and Pragmatist, University of Michigan Press, Michigan, 2005, p. 47-48. Sobre Riazanov y su papel como difusor editorial de un Marx desconocido, mi artículo “Riazanov, editor de Marx, disidente rojo”, on-line: http://fliegecojonera.blogspot.com/2006/09/riazanov-editor-de-marx-disidente-rojo.html.
[27] “Wenn man sage wollte, dass Bruno Bauer keine bedeutende wissenschaftliche Erscheinung sei, so heiss dies eben so viel, als wenn man behauptete, die Reformation wäre kein bedeutendes Ereigniss gewesen.” El filósofo era August Cieszkowski, del que ya hablaremos, lo decía en su libro Gott und Palingenesie, E. H. Schroeder, Berlin, 1842, p. 93. El libro, su segunda obra filosófica, era una defensa de la inmortalidad personal bien spinoziana contra las ideas de Dios de C. L. Michelet.
[28] Cf.: Bauer, Bruno; Feldzüge der reinen Kritik, Nachwort von Hans-Martin Sass, Suhrkamp Verlag, Frankfurt/M, 1968, p. 178. El libro reúne nueve artículos de Bauer de su época de la reinen Kritik, hasta 1843.
[29] Cf.: ibidem, pp. 175-195.
[30] Cf.: Bauer, Bruno; Die gute Sache der Freiheit und meine eigene Angelegenheit, Verlag des literarischen Comptoirs, Zurich-Winthertur, 1842, p. 203. En esta obra Bauer utiliza la famosa metáfora de la Religión como opio de los Pueblos en la página 213. Sobre la relación entre izquierda hegeliana y la Bibelkritik, véase: Röttgers, Kurt; Kritik und Praxis: zur Geschichte des Kritikbegriffs von Kant bis Marx, De Gruyter, New York-Berlin, 1975, pp. 190-224.
[31] Sobre la reinen Kritik en Bauer: Koch, Lothar; Humanistischer Atheismus und gesellschaftliches Engagement. Bruno Bauers ‘Kritische Kritik’” , Verlag Kohlhammer, Stuttgart, 1971, especialmente Kap. III, pp. 82-124.
[32] Cf.: MEGA (1), I, Band I/2, p. 235.
[33] Ibidem ; I, Band I/2, p. 236. Sobre el medio universitario y el clima político en la Universidad de Bonn, muy diferente al de Berlín, son esclarecedoras las cartas de Bauer a Marx del 1 de marzo y 5 de abril de 1840. Sobre los años de Bauer en Bonn, el trabajo biográfico inconcluso de Gustaaf Adolf van den Bergh van Eysinga: Bruno Bauer, sein Leben und seine theologische Bedeutung, “Aus einer unveröffentlichten Biographie von Bruno Bauer. Bruno Bauer in Bonn 1839-1842”, Estratto dagli Annali dell`Ìstituto Giangiacomo Feltrinelli, Anno Sesto, Feltrinelli, Milano, 1963, p. 362 y ss.
[34] Anónimo (Bauer, Bruno); Die evangelische Landeskirche Preussens und die Wissenschaft , Otto Wigand, Leipzig, 1840.
[35] Bauer, Bruno; Kritik der evangelischen Geschichte des Johannes, Schünemann, Bremen, 1840.
[36] Sobre la crítica del joven Marx a Bauer, véase la obra de Sidney Hook; La génesis del pensamiento filosófico de Marx. De Hegel a Feuerbach, Barral, Barcelona, 1974, p. 143 y ss.
[37] Karl Marx / Friedrich Engels; MEGA (2), Abt. 3: Briefwechsel, Bd. 11: Karl Marx / Friedrich Engels: Briefwechsel, Juni 1860 bis Dezember 1861, Akademie Verlag, Berlin, 2005, pp. 469-471.
[38] Sobre Hermann Wagener y su rol en diversas empresas periodísticas y culturales en el antisemitismo a fines del siglo XIX, véase: Levy, Richard (editor); Antisemitism. A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution , ABC-Clio, Santa Barbara, 2005, voz: “Hermann Wagener”, p. 749.
[39] Sobre las relaciones entre Bruno Bauer y Nietzsche, véase: D. Tschizewskij, “Hegel et Nietzsche”; en: Revue d’histoire de la philosophie, III (1929), pp. 321–47; Zvi Rosen, “Bruno Bauers und Friedrich Nietzsches Destruktion der bürgerlich-christlichen Welt”; en: Jahrbuch des Instituts für Deutsche Geschichichte, ed. W. Grab, (1982), pp. 151–172; E. Benz, “Nietzsches Ideen zur Geschichte des Christentums, IV. Nietzsche und Bruno Bauer”; en: Zeitschrift für Kirchengeschichte, no. 56, (1937), pp. 259–277. Un especialista como el teólogo Ernst Barnikol llega a sugerir que Nietzsche “tomó” prestado de Bruno Bauer (y de Max Stirner) casi todo su arsenal teórico; cf.: Das entdeckte Christentum im Vormärz. Bruno Bauers Kampf gegen Religion und Christentum und Erstausgabe seiner Kampfschrift , Eugen Diederichs, Jena, 1927, p. 134. Sobre el antisemitismo de Bauer, véase a Leopold, David; “ The Hegelian Anti-Semitism of Bruno Bauer ”, en: History of European Ideas, Nº 25, pp. 179–206, además la voz “Bruno Bauer” en: Levy, Richard (editor); Antisemitism. A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution, ABC-Clio, Santa Barbara, 2005, p. 60-62.
[40] Nietzsche, Friedrich: Briefwechsel. Kritische Gesamtausgabe, Band 3, Briefe von Friedrich Nietzsche Januar 1885-Dezember 1886, De Gruyter, Berlin-New York, 1982, pp. 269-270. Nietzsche se equivoca en el nombre de Taine: es Hyppolite, y no Henri. En el círculo íntimo nietzscheano se lo consideraba “lector” a quién Nietzsche envíaba personalmente y con dedicatoria sus obras, acompañada de una carta personal. Bauer fue un deleitado lector de la Primera Intempestiva de Nietzsche precisamente contra David F. Strauss.
[41] Nietzsche, Friedrich; Sämtliche Briefe. Kritische Studienausgabe, Band 8, De Gruyter, Berlin/New York, 1986, pp. 106-107. Existen más cartas de esta época donde puede comprobarse la cercanía política y empatía intelectual entre Nietzsche y el viejo Bauer. El Nietzschéisme ignora, minimiza o reprime las relaciones e influencia de Bauer sobre Nietzsche.
La descomposición del Hegelianismo se acelera en el mismo momento en que Marx se convierte en Jungerhegelianer. Suscribirse mecánicamente a la ecuación “Crítica de los Evangelios=Crítica progresista-liberal” es erróneo, ya que la Kritik a los Dogmas religiosos es consustancial al Protestantismo más conservador de lengua alemana a lo largo de los siglos XVIII-XIX. [1] Recordemos que David Friedrich Strauss no encontró la menor aprobación por parte de los hegelianos berlineses, incluso Marx no fue deslumbrado por la aparente novedad de su crítica hermeneútica a la Cristología, ya que en realidad retomaba el trabajo que ya había realizado con más profundidad y radicalidad dos siglos antes Spinoza. [2] Marx, a través de su estudio detallado de Spinoza [3] , ya estaba pertrechado para iniciar una crítica a Hegel in toto, aunque Strauss le demostró la potencia subyacente a un uso crítico de la filosofía hegeliana. Pero incluso desde la crítica textual de las fuentes de los Dogmas, Strauss estaba por detrás de Spinoza. [4] En suma: el joven Marx estaba más allá de Strauss antes de conocer a Strauss. Pero no sólo se trataba de luchas abstractas en la vida mental de Karl Marx. El abandono de su cosmovisión romántica e idealista fue para el joven Marx un proceso doloroso, extremo y humillante: “A causa de mi defección, me fue imposible pensar durantes varios días. Me paseaba por el jardín como un lunático junto a las sucias aguas del Spree… a causa de la futilidad de mis trabajos fallidos y malogrados, consumido por la vejación de tener que hacer un ídolo de la concepción que tanto odiaba, caí enfermo… Durante mi enfermedad, estudié de cabo a rabo a Hegel y a la mayoría de sus discípulos…” [5] Marx le confiesa a su padre que “me dediqué a buscar la Idea en la realidad misma. Y si antes los dioses vivían en la Tierra, ahora la Tierra se transformaba en el centro mismo.” En su frustración se dedica a estudiar lo que llama irónicamente positive Studien (estudios positivos): derecho penal (Savigny, Feuerbach, Grolmann, Cramer, Wening-Ingenheim, Mühlenbruch), derecho eclesiástico, antiguo derecho germano. Intenta practicar su latín escolar traduciendo la Retórica de Aristóteles y el libro De augmentis scientiarum de Francis Bacon. Planea editar una revista de crítica teatral haciendo participar a “todas las celebridades estéticas de los jóvenes hegelianos”, incluso envía un plan estratégico-financiero de la publicación a una casa editorial, Wunder, que jamás le contestará. [6] Y siguen las esperanzas de poder acceder a una plaza universitaria como außerordentlicher Professor, profesor extraordinario. También le anuncia a su padre que quiere abandonar la carrera de Derecho, pasarse a la de Filosofía, y le pide un encuentro personal para discutir este cambio radical. Una grave enfermedad mortal que afectaba a su padre le dificultó este proyecto y durante finales de 1837 e inicios de 1838 siguió estudiando Derecho. En su lecho de muerte, el padre de Marx le redactó un plan para un libro sobre el conflicto entre el Arzobispo de Colonia y el gobierno prusiano, llamada en la época Kölner Kirchenstreit, que, en su opinión, le valdría a Karl los “favores” del gobierno prusiano. Heinrich exponía que esta lucha, nacida a propósito de la figura jurídica de matrimonios mixtos, ponía en juego la soberanía del estado prusiano y que debía señalarse la absoluta legitimidad del monarca en recurrir a medidas contrarias al derecho común. Marx nunca escribió el libro, aunque prepararía para la impresión, como homenaje póstumo, los papeles escritos por su padre entre marzo y abril de 1838. [7] Pero tras su muerte, el 10 de mayo de 1838, Marx se aplicó decididamente a estudiar Filosofía, abandonó la Jurisprudencia empezando a preparar su Disertación doctoral. [8] Además tuvo suerte de ser exceptuado del duro servicio militar prusiano por una enfermedad cardíaca y la vista muy débil. [9]
En Stralow también será donde tome contacto personal con hegelianos de izquierda, que lo introdujeron en el DoktorKlub, el círculo más radical y combativo del Hegelianismus. [10] En el mismo pueblo vivía el mismo Eduard Gans, quién estaba editando inéditos de Hegel para su publicación, aunque no se conoce si se encontraron en persona. [11] Marx le cuenta a su padre que “a través de algunos amigos con quienes me reuní en Stralow, fui a dar con un Club de Doctores, entre ellos algunos profesores de la Universidad y el más íntimo de mis amigos berlineses, el doctor Rutenberg. En las discusiones con ellos sostenidas se han revelado algunas ideas polémicas, y me he sentido cada vez más encadenado a la actual Filosofía del Mundo a la que había pretendido poder sustraerme…” Es obvio que la que llama con el título soberano de die jetzige Weltphilosophie es a la filosofía de Hegel y su escuela; notable además que confiese haber “abandonado el Idealismo (Idealismus)… que había cotejado y nutrido con el kantismo y el fichteanismo…”, con lo que se infiere para el joven Marx que Hegel no podía ser considerado un idealista. El “Club de Doctores” había sido creado en 1837, lo componían entre otros el lector de Teología en la Universidad de Berlín Bruno Bauer, el profesor de historia en el Gymnasium Karl Friedrich Köppen y el profesor de geografía y periodista Adolf Rutenberg, usualmente se reunían en un bar de vinos llamado Weinstube Hippel. [12] Un miembro del DoktorKlub lo recuerda así: “Entre aquellos jóvenes que buscaban la luz, reinaba aquel idealismo, aquella entusiasta necesidad de conocimiento y aquel espíritu liberal de que entonces estaba animada aún la juventud. En el curso de las reuniones se leían poemas y trabajos compuestos por los miembros y se criticaban, pero sobre todo, se elaboraba, con enorme fervor, la filosofía hegeliana. El Hegelianismo se encontraba aún en su plenitud y dominaba prácticamente el mundo del pensamiento. Pero contra aquel sistema se levantaban ya voces aisladas, y entre los propios hegelianos se dibujaba una escisión entre la derecha y la izquierda hegeliana.” [13]
Marx había comenzado conociendo al liberal Adolph Rutenberg, su padrino en el Klub (en carta a su padre le llama su amigo más íntimo), quién ya había pasado por las cárceles prusianas debido a la nefasta influencia que ejercía sobre sus alumnos. Se había transformado, a pesar de ser un poco superficial, carente de erudición y poco aplicado, en uno de los publicistas republicanos más destacados de Berlín y de toda Alemania. [14] En el club conoció y trabo cierta amistad, gracias a Bruno Bauer, con toda una personalidad de la cultura clásica alemana: Bettina von Arnim, la última socialista romántica, íntima amiga de Goethe, que creía en la posibilidad de una monarquía popular (Volkskönigs), cuyo Salonnière literario en la elegante avenida Unter den Linden acogía gente de todo tipo y pelaje: jóvenes escritores, ancianos críticos literarios, viejos generales, políticos liberales y conservadores, periodistas judíos, ministros ortodoxos, anarquistas y ateos. [15] Parece que Marx también frecuentaba el salón literario liberal del escritor demócrata Karl August Varnhagen von Ense, casado con la salonnière judía Rahel Levin, que era la anfitriona del salón literario más importante de Berlín. [16]
Karl Friedrich Köppen, por el contrario, era un hombre distinto: profesor de Historia poseía un capital teórico extenso y sólido. Fue el primer en analizar la Gran revolución francesa, la necesidad del Terror sin prejuicios reaccionarios y evolucionó hasta ser un importante historiador de las religiones. [17] Köppen llamará al joven Marx “un verdadero depósito de ideas”. [18] Tiene un lugar en la historia social de Alemania como hombre político progresista y pionero del Socialismo, junto con Moritz Hess. En la revolución de 1848, Köppen tomará parte activamente en la formación de las primeras organizaciones y coaliciones obreras en Berlín. Permaneció fiel a sus ideales y su amistad con Marx sobreviviría a todas las vicisitudes. [19]
Es indudable que la figura intelectual más importante de aquel grupo era el teólogo Bruno Bauer. Si Strauss fue el responsable de exhibir las contradicciones y las miserias del Hegelianismus, el ateísmo humanista y al teología revolucionaria de Bauer obligaron al estado prusiano a publicar un decreto prohibiendo a los hegelianos enseñar ninguna materia en la Universidad, salvo estética. Entre 1828-1834 estudia Teología y Filosofía con H. G. Hoto y Marheineke, ganando a la edad de veinte años el premio del mejor ensayo de filosofía en latín convocado por el mismo Hegel por un trabajo sobre la estética de Kant. [20] En 1834, a los veinticinco años, es nombrado profesor de Teología (Privat-Dozent) [21] en la Universidad de Berlín, y es una reconocida figura en el milieu hegeliano, participando en el trabajo de edición de la Estética y de la Filosofía de la Religión de Hegel. Su primer debut fue, como ya vimos, desde el corazón de la ortodoxia más conservadora del Hegelianismus: además de criticar a Strauss, fue editor entre 1836 y 1839 de la Zeitschrift für spekulative Theologie. A partir de su libro Crítica de la Historia de la Revelación, [22] Bauer se transformó en el blanco principal de la derecha hegeliana y de la teología antihegeliana al unísono, beneficiándose de la protección del ministro de Cultura, Instrucción y Cultos prusiano, el liberal Karl August von Altenstein, quién lo nombra maestro de conferencias de la Universidad de Bonn en octubre de 1839. Altenstein había sido el mismo que había traído con mucho revuelo y resistencia de conservadores y reaccionarios a Hegel a ocupar la cátedra de filosofía de la Universidad de Berlín en 1818 dejada vacante por la muerte de Fichte. [23] Altenstein, con sus reformas, había llevado al límite la forma-estado de la monarquía prusiana.
Su primera intervención en la nueva dirección del DoktorKlub tuvo lugar en 1837 y 1838, en la época en que Marx formaba parte ya del grupo. Bauer tenía entonces veintiocho años, una figura que muchos describen como napoleónica, abstraída, “un hombre profundamente decidido, que aunque exteriormente parezca frío, arde en su interior. No conocerá ningún obstáculo y será mártir de sus propias convicciones.” [24] La mayoría de los estudios sobre el joven Marx minimizan o directamente ignoran el rol de la teología revolucionaria de Bruno Bauer sobre su formación filosófico-política (Marx lo consideraba uno de sus maestros y Bauer su más cercano coequiper) [25] , así como la estrecha colaboración intelectual de ambos entre 1837 y 1842 y la posterior ruptura. [26] Un filósofo influyente en la izquierda hegeliana, decía en 1842 que “si uno quería decir que Bruno Bauer no fue un fenómeno científico importante, entonces esto sería tan ridículo como afirmar que la Reforma no fue un acontecimiento significativo… Bruno Bauer brilla en el horizonte del conocimiento.” [27] A Bauer sus contemporáneos lo consideraban un Culminationspunkt, y la consecuencia directa de la lectura correcta del propio método revolucionario de Hegel. Para Bauer la unión de Pensamiento y Ser, la única verdad de toda filosofía, alcanza en Hegel su punctum saliens, a pesar de las deficiencias de sus descripciones institucionales y de su forma-estado. El System hegeliano, con un adecuado compromiso interior (idealismo ético) y las adecuadas correcciones conceptuales, podría ser salvado y no abandonado (que lo diferencia de la postura de Feuerbach o del propio Marx de 1843).
En el Vörmarz alemán, anterior a 1848, Bauer puede ser considerado como el tribuno de un republicanismo muy peculiar basado en la filosofía política hegeliana. Bauer en estos momentos estaba desarrollando su crítica a los Evangelios (y al propio Hegel y a la crítica a medias de Strauss), en la cual llegaría a la conclusión que el cuarto Evangelio (el de Juan) había sido copiado del de Lucas, y que tanto Lucas como Mateo habían a su vez partido del único texto original, el de Marcos. Una sola narración histórica y tres imitaciones o plagios. Las conclusiones bauerianas eran radicales porque, al mejor estilo de Spinoza, sobre la base de un análisis filológico-documental (y no del dogma metafísico) negaba la historicidad de Cristo, además de su supuesta divinidad, “como individuo real, jamás existió.” Rechazaba además la idea de una creación mítica e inconsciente de los Evangelios por una suerte de psicología del Volksgeist judío, analizando los propósitos personales y políticos de cada profeta-escritor y finalmente sostenía que se debía calificar a los profetas y evangelistas en la misma categoría que a Homero. Las consecuencias eran devastadoras: si Hegel tímidamente había demolido la base filosófica de toda Religión, Bauer destruía para siempre la base histórica del Cristianismo. Ya no se trataba de abolir sólo una limitación del espíritu humano, una unilateralidad, una mala unidad, sino todas las limitaciones: no sólo una determinada religión (el Cristianismo para Bauer era simplemente un Ansatzpunkt), sino todas: die Religion schlechthin wird von der Kritik gestürzt (La Religión es absolutamente derrocada por la Crítica). [28] La Religión, dirá Bauer, Sie will Freiheit geben, aber gibt sie nicht nur nicht, sondern vielmehr die Ketten der Sklaverei (Desea dar Libertad, pero sólo nos entrega las cadenas de la Esclavitud). [29] Y el vacío dejado por el fantasma religioso no debe ser reemplazado por nada, ya que nada más ha desaparecido el velo de una ilusión alienante (para Bauer una dolencia psíquica). El único principio verdadero y sólido, al que podamos prestar una obediencia sin fisuras es el mismo principio de la crítica a todo lo existente. Una vez disuelto el dogma religioso en la solución lógica de la crítica, todo lo humano se desarrollará en total libertad: “Después de aniquilada la Religión, el problema ya no es filosófico, sino humano. Los diversos bienes de la Humanidad, el Estado, el Arte y la Ciencia, forman un todo sistemático, en el que ningún particular gobierna de manera absoluta y exclusivista… No pueden gobernar así, si están dispuestos para evitar nuevos desastres. Todos ellos, después de haber sido perseguidos a muerte por la Religión, serán por fin libres y podrán lograr su desenvolvimiento sin trabas.” [30] Es el rol de la dimensión radical de toda filosofía, la Liberalität der Philosophie, como le llama. Si Strauss intentaba volver a la idea de sustancia divina de Spinoza, Bauer representaba un retorno a la filosofía crítica y creativa de la autoconciencia (Selbstbewusstsein) de Fichte.
La campaña oficial del estado prusiano contra el Hegelianismus, desencadenada desde 1835, empujó a los jóvenes profesores a la oposición política inconsciente. Hasta esa fecha la actitud política de los jóvenes hegelianos era la de una oposición franca pero leal: confiaban en que sus ideales podían realizarse dentro de la unidad del estado prusiano. En 1839 el Klub tomó la iniciativa peligrosa de una serenata de estudiantes universitarios y de jóvenes de institutos de Berlín con motivo de la muerte del hegeliano socialista Eduard Gans. El entierro de Gans (como el de Hegel) dio ocasión a una manifestación multitudinaria, llena de consignas liberales, evidente y enérgica Esta demostración pública rendía homenaje no sólo al valeroso polemista y defensor del espíritu crítico de Hegel, sino a toda una actitud liberal ante los retrocesos continuos del estado monárquico. Por lo que sabemos parece que era Rutenberg era el más vehemente a la hora de pasar de la Kritik a la praxis, de las palabras a la calle, a la participación activa del Klub en la limitada vida política alemana. Bauer le respondía negativamente, que no podía hablarse de una “acción” sin haberse consolidado la teoría crítica, y menos podían lanzarse a acciones inmediatas. Su convicción, entonces compartida por el joven Marx, era que la tarea y el único medio de ejercer una influencia sobre el mundo era el de hacer una revolución en las conciencias por medio de la crítica. Destruir para construir: la aniquilación de los viejos valores en el ámbito del espíritu era el paso necesario y previo a la destrucción material y práctica. El lema del Klub en forma de epigrama coherentemente afirmaba: Unsere Taten sind Worte bis jetzt und noch lange/Hinter die Abstraktion stellt sich die Praxis von selbst (“Nuestras Acciones son palabras hasta ahora y por mucho tiempo más, detrás de la Abstracción la Praxis se asienta por sí misma”).
Bauer pretendía aplicar su Kritik a otros dominios. Para este fin conocemos que Bauer, junto a Marx, proyectaba fundar una sociedad ateísta con su correspondiente revista filosófica. Bauer denominaba a su Methode como “ateísta”, porque negaba toda forma de autoridad externa, ya sea institucional, doctrinal o de la tradición, la Crítica con mayúsculas no admite pre-juicios: Reine Kritik heisse Voraussetzungslos (“Crítica Pura significa ausencia de presupuestos”), escribía en plena sintonía su hermano Edgard. [31] Al principio se había discutido, sobre todo, acerca de Cristología y dogmas religiosos. Primero contra la deformación institucional del Cristianismo, tanto por la mitología como por la superstición, superable mediante una nueva síntesis y asimilación con el racionalismo. Luego se pasó en una lucha radical contra la Religión sans phrase. Pero incluso en el tema teológico más abstracto, los miembros del DoktorKlub no se declararon abiertamente ateos hasta una fecha tan tardía como 1842. A inicios de 1839 la amistad con los Bauer se profundiza y Marx visita con frecuencia su casa en el barrio de Charlottenburg. Incluso después de octubre de 1839, cuando había abandonado la Universidad de Berlín para trasladarse a Bonn, una medida para su protección planeada por el ministro liberal Altenstein, Bauer siguió siendo fiel a los puntos de vistas radicales del Doktorklub y añorando el espíritu crítico berlinés. Y sintiendo una profunda nostalgia por su amigo y camarada intelectual Marx. En una carta a Marx, 11 de diciembre de 1839, Bauer le confiesa: “Frecuento aquí un círculo de profesores que se reúne en el Hotel de Trier, pero nada puede compararse con nuestro Club, que siempre estaba animado por su interés en problemas espirituales. ¡Ay, esos tiempos pasados que no vuelven!” [32] En enero de 1840 vuelve a escribirle a su fiel Marx: “¿Pero dónde están las rosas de antaño? Ya no florecerán hasta el momento en que vengas a verme. No me faltan aquí diversiones, y tengo oportunidad de reírme, aunque nunca me divierto como en Berlín, cuando atravesaba contigo una calle.” [33] Durante 1840 Bruno Bauer publicará varios escritos de enorme importancia, un opúsculo Die evangelische Landeskirche Preussens und die Wissenschaft (La Iglesia Evangélica prusiana y al Ciencia) [34] y un libro titulado Crítica de la Historia Evangélica de Juan [35] , aplicando de manera radical el punto de vista de la “infinita Autoconciencia”, partiendo de la unidad hegeliana entre Form und Inhalt, forma y contenido (materia). Bauer afirmará que la conciencia religiosa se opone, como conciencia alienada y unilateral, a la conciencia libre y a la eticidad (la Sittlichkeit hegeliana que se componía de Familia y Estado). La conciencia religiosa reduce y reprime el yo alienado en sí mismo. Cristo, que nació y vivió contra la Naturaleza del Mundo, dirá Bauer, y no pertenece ni a familia ni a estado alguno, es justamente la esencia objetivada del hombre libre de toda potencia sustancial, símbolo de la pura Ichheit, de la pura yoidad, del extravío del subjetivismo y, por tanto, cima de todas las religiones. El terrorismo teológico de Bauer tenía como presupuesto que “después de aniquilada la Religión, el problema ya no será filosófico, sino humano…” y la Kritik es “la crisis que saca al hombre del delirio y lo lleva a un reconocimiento de sí mismo”. El ateísmo crítico tiene como lógica consecuencia, el libre desarrollo, sin ataduras ni formas perversa de vida alienada, de la naturaleza humana y sus instituciones, al haberlas desembarazado de cualquier cosa extraña al proceso espiritual de la Vida y la Razón. Ocultado por el velo de una mitología trascendentalista, el hombre se encontrará por fin, gracias al trabajo de zapa de la crítica pura, con un núcleo transparente basado sólidamente en la experiencia. Pero Bauer no daba el paso necesario y lógico: se negaba a fundamentar desde el idealismo especulativo de la reinen Kritik una unidad transitoria entre teoría y práctica. Si Bauer era un filósofo laico o un ateo intransigente, en el fondo en realidad, jamás sostuvo posiciones de izquierda (ni siquiera tibiamente liberales), como lo demostró luego su propia evolución filosófica y política: nunca dejó de ser un hegeliano de derecha. El propio Marx demolerá sus posiciones conservadoras tanto en la polémica sobre la “Cuestión Judía” de 1843, como en el libro escrito junto con Engels en 1844, La Sagrada Familia. [36] Una carta de Marx a Engels del 10 de mayo de 1861 evoca los Affranchis berlineses, sus ex-camaradas del Doktorklub, y la reaccionaria evolución intelectual de su antiguo maestro el teólogo Bruno Bauer: “En Berlín visité a Friedrich Köppen… ha engordado y se ha puesto enorme… me enseño sus dos volúmenes de su trabajo sobre Buda… Rutenberg fue asignado por Manteuffel a Schwerrin como una pieza de inventario expresamente garantizada. Ahora se la arregla con unas tijeras en el Staatszeitung, que ya nadie lee. Este diario es una especie de London Gazzette. Bruno (Bauer), quien, según me dicen, ha tenido tiempos terriblemente duros, se ha ofrecido, en vano, al actual Ministerio prusiano para continuar su colaboración con el órgano oficial, la Preussische Zeitung. Por el momento es el colaborador principal del Staatslexicon publicado por Hermann Wagener de la Kreuzzeitung. También es agricultor en Rixdorf.” [37] La Kreuzzeitung de la que habla Marx es el sobrenombre del diario oficial de los sectores reaccionarios prusianos, Neue Preussische Zeitung, medio surgido del ambiente contrarevolucionario post-1848 en Alemania, resueltamente antisemita y conservador. El periódico, que se oponía al tibio populismo de Bismarck, llevaba en el centro de su titular una cruz de hierro teutónica (la máxima condecoración de guerra de Prusia, la Eisernes Kreuz) con el siguiente motto: “¡Adelante, con Dios por el Rey y por la Patria!” [38] Bruno Bauer terminaría sus días repudiando a Hegel (después de las revoluciones de 1848), colaborando en la revista semanal antisemita berlinesa Berliner Revue. Historisch-Politische Blätter y en otro órgano de la prensa liberal-conservador, Die Post. No es casualidad que entre el viejo teólogo Bauer y el filólogo Nietzsche se establecieran profundas afinidades electivas. El reaccionario Bauer de fines del siglo XIX llamará a Nietzsche “una síntesis germana de Montaigne, Pascal y Diderot”, y Nietzsche comentará este elogio diciendo que “hay poca sutileza en este elogio, por lo tanto: ¡hay poco que alabar!”. [39] Nietzsche reconocía su cercanía intelectual y ética con el alten hegelianer Bruno Bauer al confesarle a su amigo Reinhardt von Seydlitz: “yo tengo básicamente tres lectores, a saber: Bruno Bauer, Jakob Burckhardt, Henri Taine, y el primero de ellos está muerto.” [40] En otra carta de 1887 al historiador reaccionario francés Hyppolite Taine, Nietzsche vuelve a repetir que “tengo devotos lectores de mis obras, entre ellos, como por ejemplo Richard Wagner, el viejo hegeliano Bruno Bauer, mi venerado colega Jakob Burckhardt y el poeta suizo…Gottfried Keller…” [41] Bauer había partido de las cercanías de la izquierda hegeliana y Marx para terminar su parábola negativa en el riñón más reaccionario, antiliberal y antisemita del IIº Reich.
Nicolás González Varela
Notas:
[1] Desde Ziegler, Bertholdt pasando por Schleiermacher, hasta el mismo Strauss, que se definía como conservador. Lo mismo puede aplicarse a la Kritik de la religión cristiana de un reaccionario como Nietzsche.
[2] Por ejemplo la inicial fascinación de Engels por el libro, al que calificaba de obra panteísta “irrefutable”. Hasta bien entrado 1844, Engels no desperdició ninguna ocasión para manifestar su adhesión y admiración por Strauss. Sus primeras cartas desbordan de elogios de alto vuelo, en una carta a su amigo W. Graeber de octubre de 1839 escribe: “He jurado fidelidad al pabellón de D. F. Strauss y me he convertido en un ‘Mitólogo’ de primera categoría. Te digo que Strauss es un tipo estupendo (herrliche Kerl) y un genio (Genie), y su sutilidad no pueden compararse con nadie.”; en: Karl Marx, Friedrich Engels; Gesamtausgabe. MEGA (2), Abt. 3: Briefwechsel, Bd. 1: Karl Marx / Friedrich Engels: Briefwechsel bis April 1846, Akademie Verlag, Berlín, 1975, p. 163. Incluso en 1886 Engels seguiría recordando que “en aquellos tiempos, la Política era una materia espinosa; por eso los tiros principales se dirigían contra la Religión; si bien es cierto que esa lucha era también, indirectamente, sobre todo desde 1840, una batalla política. El primer impulso lo había dado Strauss, en 1835, con su ‘Vida de Jesús’.” Engels incluía a Strauss en una línea de ruptura político-filosófica junto a Bruno Bauer, Feuerbach y Gans.
[3] El gran marxólogo Maximilien Rubel reconoce que “ello podría explicarse por la lectura que hizo del Tractaus teologicus politicus de Spinoza, verdadera revelación para él a juzgar por los numerosos extractos contenidos en uno de sus cuadernos de Berlín, en 1840. El Tractatus… de Spinoza, que fundamenta la crítica racional de la Biblia, se adelantaba en dos siglos a la época en que fue escrito.” Rubel, sin embargo, subestima las influencias anteriores de Spinoza sobre el joven Marx; el año de confección de los extractos que señala Rubel está equivocado: es 1841, no 1840. En: Rubel, Maximilien; Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Paidós, Buenos Aires, 1970, p. 32.
[4] Justamente Bauer criticaría a Strauss en su libro Kritik der evangelischen Geschichte der Synoptiker sostener un punto de vista misterioso, falto de lógica y teñido de no poca religiosidad.
[5] Dice Marx: Während meines Unwohlseins hatte ich Hegel von Anfang bis Ende, samt den meisten seiner Schüler, kennengelernt. En: Werke, Band 40, Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1973, p. 10.; existe una traducción con errores al español: Carlos Marx/Federico Engels, Obras fundamentales. Marx: Escritos de Juventud, FCE, México, 1982, pp. 5-13. Es un poco dudoso que en pocos meses (abril-octubre) Marx, a pesar de ser un lector voraz, asimilase todos los escritos de Hegel más las de todos sus discípulos importantes. En la biblioteca de Marx se encuentran dos obras de Hegel que adquirió y estudió en este período: 1) Vorselungen über die Philosophie der Geschichte, con introducción de Eduard Gans, edición de 1837; Grundlinien der Philosophie des Rechts, edición de 1821; cf: Kaiser, Bruno; Das Schicksal der Bibliothek von Marx und Engels; Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1967, p. 227. Es muy fácil seguir la evolución de Marx durante su primer año en Berlín, ya que la describe en detalle en una carta a su padre de noviembre de 1837, por cierto la única carta que se conserva de Marx como estudiante. Este documento excepcional para comprender su evolución intelectual, en el cual informa del curso de sus investigaciones durante el primer año de su estancia en Berlín, su distanciamiento del idealismo clásico kantiano y fichtano, y su lento embrujo por Hegel, fue publicada por primer vez, con una introducción, por su hija Eleanor en el órgano de la Socialdemocracia alemana: Die Neue Zeit, 1897, XVI, p. 4 y ss. En la introducción Eleanor indica que “he tenido que vencer una gran resistencia para dar a publicidad una carta como esta, destinada únicamente a su amado padre… Aunque la carta lleva simplemente como fecha de 10 de noviembre, sin indicación de año, no es difícil establecerlo. Fue escrita, sin duda, antes de 1838, ya que habla de Bruno Bauer en Berlín, y en 1838 sabemos que ya estaba en Bonn. La carta fue escrita, por tanto, en 1836 0 1837. Y aunque al principio me inclinaba por la primera de estas dos fechas, un cotejo cuidadoso de los años me ha llevado al convencimiento de que debe optarse por la segunda… No nos equivocamos si asignamos a esta carta la fecha de noviembre de 1837, en que Marx tenía diecinueve años…No cabe duda que la carta es asombrosa, si se tiene en cuenta que fue escrita por un joven de tan solo diecinueve años. Vemos en ella al joven Marx en proceso de desarrollo, al muchacho que anuncia ya al hombre del mañana. La carta nos revela aquella capacidad casi sobrehumana de trabajo y aquella laboriosidad que caracterizaron a Marx a lo largo de su vida entera… lo vemos escribir docenas de pliegos y destruir luego sin la menor vacilación todo lo escrito, preocupado tan solo por ‘poder ver claro ante sí mismo’, hasta llegar a esclarecer y dominar por completo los problemas que lo torturaban; lo vemos criticarse y criticar severamente lo que hace. Y encontramos… al lector infatigable que todo lo abarca y todo lo devoraba, sin dar jamás prueba de estrechez o unilateralidad. Todo, Jurisprudencia, Filosofía, Historia, Poesía, Arte, era buena agua para su molino; en nada de lo que emprendía se quedaba nunca a medias.”
[6] El intermediario fue el librero Otto Wigand de Leipzig, que le respondió con evasivas. Fue el más célebre de los editores de la izquierda hegeliana, que funcionaba desde un “reino independiente” (Sajonia) para evitar la censura prusiana. Wigand editará a Bauer, Engels, Feuerbach, Hess, Stirner. Sobre el rol de los editores y la difusión de la izquierda hegeliana, véase: Lacascade, Jean-Louis; Les métamorphoses du jeune Marx, PUF, Paris, 2002, p. 47 y ss.
[7] La rara composición de seis folios, editada y corregida por Karl Marx, se titula Über den Kölner Kirchenstreit. La primera edición en: MEGA (1), I/1,2, pp. 231-233. No hay traducción al español.
[8] Es sintomático que en el verano de 1837 Marx en dos semestres siguiera únicamente los cursos de Heffter sobre Derecho Canónico y Procedimiento Criminal, un hegeliano liberal de la línea de Gans. Cf.: MEGA (1), I, t 1/2, p. 248. Cursos seguidos por Marx en el semestre de verano de 1838: Lógica (Gabler, discípulo de Gans); Geografía (Ritter); Derecho Prusiano (Gans); en el semestre de invierno de 1838: Derecho de Sucesión (Rudorff). Durante los dos últimos años de permanencia en la Universidad de Berlín, Marx no se inscribió más que en tres clases, de las que sólo una era de Jurisprudencia. Cornu señala que las clases de Geografía de Ritter, inspiradas en la Filosofía de la Naturaleza de Schelling, podían también ser fuente de inspiración de un incipiente materialismo; cf.: Cornu, Auguste; Karl Marx. El Hombre y la Obra. Editorial América, México, p. 51. Un investigador soviético subraya el rol destacado de las clases que Marx tomó con Heffter: “El profesor Heffter, que, como Gans, era un hegeliano liberal, también influyó sobre Marx. Los tres cursos a los que asistió Marx durante el semestre de verano de 1837 (Derecho Canónico, Procedimiento Civil alemán general, Procedimiento Civil prusiano) fueron dictados precisamente por Heffter, así como el único curso al que Marx asistió en el semestre de invierno 1837-1838 (Procedimiento penal).”, en: Lapin, N.; El joven Marx, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 51.
[9] Véase la carta de Henriquetta Marx a Karl Marx del 15-16 de febrero de 1838, en: MEGA (1), I, Band I/2, p. 230 y ss. Marx sufría de dilatación cardíaca.
[10] Sobre el origen del DoktorKlub y el rol de uno de los hermanos Bauer, véase: Luft, Eric v. d.; “Edgar Bauer and the Origins of the Theory of Terrorism”, en: Douglas Moggach (Ed.), The News Hegelians. Politics and Philosophy in the Hegelian School , Cambridge University Press, New York, 2006, p. 138. Marx se incorpora al Hegelianismo en lo que se considera su segunda fase o período a partir de la muerte de Hegel, 1831-1839, centrado en las controversias teológicas. La clave y desarrollo de este período lo marca la publicación en el verano de 1835 del libro del teólogo y filósofo David Friedrich Strauss Das Leben Jesu, kritisch bearbeitet. Curiosamente uno de los críticos del libro desde la derecha hegeliana más vehemente fue, en 1835, Bruno Bauer, quién luego viraría a la izquierda. Por otro lado, no existe ninguna prueba ni evidencia que Marx fuera la “figura central” del Klub, como afirma temerariamente Rubel; cf.: Rubel, Maximilien; Karl Marx. Essai de biographie intellectuelle, Marcel Riviere, Paris, 1957, p. 28. En español: Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Paidós, Buenos Aires, 1970, p. 28.
[11] Paul Kägi señala que “en su proximidad podía ver cómo unos de sus profesores de Derecho, Eduard Gans, quién vivía en Stralow, donde Marx descansaba, y estaba terminando la publicación de la Filosofía de la Historia de Hegel, había sido estimulado por la filosofía de Hegel con fructíferas ideas en su ciencia. Gans, en contraposición con la ‘Escuela Histórica del Derecho’, había escrito una obra sobre El Derecho Hereditario en su evolución histórica. En el prólogo del primer tomo, de 1824, indicaba que la tarea de su tratado era ‘mostrar el movimiento necesario del Espíritu Universal dentro del campo del Derecho hereditario’. Puede que el profesor Gans… fuera para Marx, aunque él no lo diga explícitamente, el mediador entre sus estudios de Derecho y su descubrimiento repentino de Hegel.”; en: La génesis del Materialismo Histórico, Península, Barcelona, 1974. pp. 37-38. Efectivamente Gans fechó el prólogo a la primera edición el 8 de junio de 1837.
[12] El local se encontraba en la Französen Strasse, en el Gendarmenmarkt, en el corazón histórico y centro cultural de Berlín. Los miembros se reunían con frecuencia, incluso todos los días. El DoktorKlub cumplía funciones sociológicas de “universidad libre” o “cátedra paralela”.
[13] Recuerdo del escritor y doctor Max Ring, Erinnerungen, Berlin, 1898, Band I, p. 118. Sobre los salones literarios y cafés bohemios en Berlín, véase el trabajo de Petra Wilhelmy: Der Berliner Salon im 19. Jahrhundert (1780-1914); De Gruyter, Berlin/New York, 1989. Se ha editado una cuidada selección de textos: Bettine von Arnim : Romantik und Sozialismus (1831-1859), Vortrage von Hartwig Schultz, Heinz Hartl und Marie-Claire Hoock-Demarle gehalten anlasslich der Ausstellung im Studienzentrum Karl-Marx-Haus, Trier, von Juni bis August 1986. Todos los jóvenes hegelianos procedían de familias acomodadas, tanto de terratenientes como de la burguesía o de la alta clase media: Hess (refinería y comercio de azúcar); Ruge (terratenientes); Feuerbach y Marx (importantes jurisconsultos-funcionarios); Engels (fábricas textiles); Stirner (fábrica de instrumentos de música); los hermanos Bauer (fábrica de porcelana)…
[14] Rutenberg, que escribía en el diario liberal del escritor Karl Ferdinand Gutzkow Telegraph für Deutschland, sería nombrado a inicios de 1842 redactor del periódico Rheinische Zeitung, donde escribiría y sería luego ChefRedakteur el propio Marx. Rutenberg cayó cada vez más bajo y terminó sus días en el periodismo más amarillo y sórdido. Como curiosidad Gutzkow fue el descubridor de un joven talento llamado Friedrich Engels e hizo publicar sus artículos en el periódico.
[15] Desde el mismo von Savigny al copero mayor del rey, Pitt-Arnim, incluso asistía un joven radical ruso llamado Bakunin. Cf.: Petra Wilhelmy, op. cit.; pp. 194-195. Marx le dedicará a Bettina un acerado epigrama titulado “Romanticismo a la Moda”, en español: Marx, Karl, Poemas, Edición al cuidado de Francisco Fernández Buey, Editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2000, p. 70. Cuando la von Arnim tuvo que ir a Trier, Marx la acompañó de anfitrión durante una semana. Sobre la relación Marx-von Arnim, véase: Luise Dornemann, Jenny Marx: Der Lebensweg einer Sozialistin; Berlin, Dietz Verlag, 1968, p. 39 y ss.
[16] Los von Ense tenían una profunda relación de amistad con el poeta Heinrich Heine. Sobre von Ense, véase: Picket, Terry; The Unseasonable Democrat: Karl August Varnhagen von Ense, 1785-1858, Bouvier Verlag, Bonn, 1985; sobre su esposa: Arendt, Hanna; Rahel Varnhagen: The Life of a Jewess, The Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1997. Los salones literarios berlineses eran réplicas de los franceses pre-1789.
[17] Todavía mantiene su vigencia su estudio Die Religion des Buddha; Ferdinand Schneider, Berlin, 1857. Se han editado recientemente una compilación de sus escritos políticos-filosóficos: Ausgewählte Schriften in zwei Bänden, Akademie Verlag, Berlin, 2003.
[18] Carta de Köeppen a Marx del 3 de mayo de 1841; en: MEGA (1), ½, p. 257.
[19] En 1861 cuando Marx fue a verle a Berlín, encontró que su “viejo Köppen” no había cambiado en nada y, en carta a Engels, consideró una verdadera bendición las dos noches que pasó con él. Sobre Köppen, véase el trabajo de disertación del malogrado biógrafo Helmuth Hirsch: “Karl Friedrich Köppen - der intimste Berliner Freund Marxens”, en: IISG (Hrsg.): International Review of Social History, Heft 1, Leiden 1936 (Fassung der in Deutschland nicht eingereichten Dissertation) y la útil introducción a sus escritos de Heinz Pepperle, “Einleitung”, en: Koeppen, K. F.; Ausgewählte Schriften in zwei Bänden, Akademie Verlag, Berlin, 2003, p. 11.
[20] Bauer, Bruno; Üeber das Prinzip nach der kantischen Philosophie, Philosophenpreis, 1829.
[21] El Privat-Dozent (PD o Priv.-Doz. ) es en la institución académica alemana, un profesor que es pagado por los estudiantes que asisten a sus clases. Aunque científicamente preparado, con doctorado inclusive, todavía no se es profesor ordinario ni titular.
[22] Bauer, Bruno; Kritik der Geschichte der Offenbarung, Band I-II, Ferdinand Dümmler, Berlin, 1838.
[23] Altenstein fue miembro del gabinete de ministros del príncipe reformista Hardenberg, a quien Hegel le dedicará un ejemplar de su famosa y polémica Filosofía del Derecho como la cabeza de un “gobierno esclarecido” (erleuchte Regierung), basado en los principios de la Aufklärung. Sobre Hegel y Altenstein, véase: D’Hondt, Jacques; Hegel en son temps, Editions Sociales, Paris, Chapitre IV “Les protecteurs”, p. 71.
[24] Varnhagen von Ense, Karl August; Tagebücher, Brockhaus, Leipzig, 1861, Band I, pp. 340-341. Sobre Bauer: Barnikol, Ernst; Bruno Bauer. Studien und Materialen. Aus dem Nachlass ausgewählt und zusammengestellt von P. Reimer und H-M. Sass, Van Gorcum, Assen, 1972. También su libro Der junghegelianer Bruno Bauer im Vörmarz, Inauguraldissertation, Freie Universität, Berlin, 1959. Con un criterio más actual: Moggach, Douglas, The Philosophy and Politics of Bruno Bauer, Cambridge UP, Cambridge, 2009. En una reciente biografía sobre el joven Marx de David Leopold: The Young Karl Marx: German Philosophy, Modern Politics, and Human Flourishing, Cambridge University Press, Cambridge, 2007, se dedica todo un capítulo a la relación de adhesión/enfrentamiento de Bauer-Marx, capítulo III “Modern Politics”, pp. 100-182. También destaca el rol decisivo de Bauer, junto a Feuerbach y Hess, el libro de Daniel Brudney, Marx’s Attempt to Leave Philosophy, Harvrd University Press, London, 1998, capítulo “Bruno Bauer”, pp. 109-142.
[25] En dos cartas a A. Ruge, Bauer de diciembre de 1841, le llama a Marx su fiel escudero.
[26] Sobre el tema sigue estando vigente el trabajo clásico de Rosen, Zvi; Bruno Bauer and Karl Marx. The Influence of Bruno Bauer on Marx's Thought, Nijhoff, The Hague, 1977; además el de Waser, Ruedi; Autonomie des Selbstbewußtseins. Eine Untersuchung zum Verhältnis von Bruno Bauer und Karl Marx (1835–1843), Francke Verlag, Tübingen, 1994. Una rara excepción en la tradicional Marxologie es el bien documentado libro del filósofo Sidney Hook, La génesis del pensamiento filosófico de Marx. De Hegel a Feuerbach; Barral Editores, Barcelona, 1974, quién le dedica el capítulo III, “Bauer y Marx”, p. 127-157. Hook trabajó en los manuscritos inéditos de Marx, el Nachlass, en la década de los años 1920 en el Instituto Marx-Engels de Moscú, bajo la protección de David Riazanov, el primer editor de las obras completas de Engels y Marx. En su introducción de 1936 agradece a “D. Riazanov, antiguo director del Instituto Marx-Engels de Moscú, y cuya muerte reciente en un campo de concentración en Rusia significó un rudo golpe para la investigación marxista, le estoy en deuda por una invitación que se transformó en un fructífera visita de un verano en el instituto.”, en: ibidem, p. 23. En realidad Riazanov seguía vivo, sería ejecutado el 21 de enero de 1938 en Saratov. Sobre Hook y su trabajo sobre los inéditos de Marx y los jóvenes hegelianos, véase: Phelps, Christopher; Young Sidney Hook: Marxist and Pragmatist, University of Michigan Press, Michigan, 2005, p. 47-48. Sobre Riazanov y su papel como difusor editorial de un Marx desconocido, mi artículo “Riazanov, editor de Marx, disidente rojo”, on-line: http://fliegecojonera.blogspot.com/2006/09/riazanov-editor-de-marx-disidente-rojo.html.
[27] “Wenn man sage wollte, dass Bruno Bauer keine bedeutende wissenschaftliche Erscheinung sei, so heiss dies eben so viel, als wenn man behauptete, die Reformation wäre kein bedeutendes Ereigniss gewesen.” El filósofo era August Cieszkowski, del que ya hablaremos, lo decía en su libro Gott und Palingenesie, E. H. Schroeder, Berlin, 1842, p. 93. El libro, su segunda obra filosófica, era una defensa de la inmortalidad personal bien spinoziana contra las ideas de Dios de C. L. Michelet.
[28] Cf.: Bauer, Bruno; Feldzüge der reinen Kritik, Nachwort von Hans-Martin Sass, Suhrkamp Verlag, Frankfurt/M, 1968, p. 178. El libro reúne nueve artículos de Bauer de su época de la reinen Kritik, hasta 1843.
[29] Cf.: ibidem, pp. 175-195.
[30] Cf.: Bauer, Bruno; Die gute Sache der Freiheit und meine eigene Angelegenheit, Verlag des literarischen Comptoirs, Zurich-Winthertur, 1842, p. 203. En esta obra Bauer utiliza la famosa metáfora de la Religión como opio de los Pueblos en la página 213. Sobre la relación entre izquierda hegeliana y la Bibelkritik, véase: Röttgers, Kurt; Kritik und Praxis: zur Geschichte des Kritikbegriffs von Kant bis Marx, De Gruyter, New York-Berlin, 1975, pp. 190-224.
[31] Sobre la reinen Kritik en Bauer: Koch, Lothar; Humanistischer Atheismus und gesellschaftliches Engagement. Bruno Bauers ‘Kritische Kritik’” , Verlag Kohlhammer, Stuttgart, 1971, especialmente Kap. III, pp. 82-124.
[32] Cf.: MEGA (1), I, Band I/2, p. 235.
[33] Ibidem ; I, Band I/2, p. 236. Sobre el medio universitario y el clima político en la Universidad de Bonn, muy diferente al de Berlín, son esclarecedoras las cartas de Bauer a Marx del 1 de marzo y 5 de abril de 1840. Sobre los años de Bauer en Bonn, el trabajo biográfico inconcluso de Gustaaf Adolf van den Bergh van Eysinga: Bruno Bauer, sein Leben und seine theologische Bedeutung, “Aus einer unveröffentlichten Biographie von Bruno Bauer. Bruno Bauer in Bonn 1839-1842”, Estratto dagli Annali dell`Ìstituto Giangiacomo Feltrinelli, Anno Sesto, Feltrinelli, Milano, 1963, p. 362 y ss.
[34] Anónimo (Bauer, Bruno); Die evangelische Landeskirche Preussens und die Wissenschaft , Otto Wigand, Leipzig, 1840.
[35] Bauer, Bruno; Kritik der evangelischen Geschichte des Johannes, Schünemann, Bremen, 1840.
[36] Sobre la crítica del joven Marx a Bauer, véase la obra de Sidney Hook; La génesis del pensamiento filosófico de Marx. De Hegel a Feuerbach, Barral, Barcelona, 1974, p. 143 y ss.
[37] Karl Marx / Friedrich Engels; MEGA (2), Abt. 3: Briefwechsel, Bd. 11: Karl Marx / Friedrich Engels: Briefwechsel, Juni 1860 bis Dezember 1861, Akademie Verlag, Berlin, 2005, pp. 469-471.
[38] Sobre Hermann Wagener y su rol en diversas empresas periodísticas y culturales en el antisemitismo a fines del siglo XIX, véase: Levy, Richard (editor); Antisemitism. A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution , ABC-Clio, Santa Barbara, 2005, voz: “Hermann Wagener”, p. 749.
[39] Sobre las relaciones entre Bruno Bauer y Nietzsche, véase: D. Tschizewskij, “Hegel et Nietzsche”; en: Revue d’histoire de la philosophie, III (1929), pp. 321–47; Zvi Rosen, “Bruno Bauers und Friedrich Nietzsches Destruktion der bürgerlich-christlichen Welt”; en: Jahrbuch des Instituts für Deutsche Geschichichte, ed. W. Grab, (1982), pp. 151–172; E. Benz, “Nietzsches Ideen zur Geschichte des Christentums, IV. Nietzsche und Bruno Bauer”; en: Zeitschrift für Kirchengeschichte, no. 56, (1937), pp. 259–277. Un especialista como el teólogo Ernst Barnikol llega a sugerir que Nietzsche “tomó” prestado de Bruno Bauer (y de Max Stirner) casi todo su arsenal teórico; cf.: Das entdeckte Christentum im Vormärz. Bruno Bauers Kampf gegen Religion und Christentum und Erstausgabe seiner Kampfschrift , Eugen Diederichs, Jena, 1927, p. 134. Sobre el antisemitismo de Bauer, véase a Leopold, David; “ The Hegelian Anti-Semitism of Bruno Bauer ”, en: History of European Ideas, Nº 25, pp. 179–206, además la voz “Bruno Bauer” en: Levy, Richard (editor); Antisemitism. A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution, ABC-Clio, Santa Barbara, 2005, p. 60-62.
[40] Nietzsche, Friedrich: Briefwechsel. Kritische Gesamtausgabe, Band 3, Briefe von Friedrich Nietzsche Januar 1885-Dezember 1886, De Gruyter, Berlin-New York, 1982, pp. 269-270. Nietzsche se equivoca en el nombre de Taine: es Hyppolite, y no Henri. En el círculo íntimo nietzscheano se lo consideraba “lector” a quién Nietzsche envíaba personalmente y con dedicatoria sus obras, acompañada de una carta personal. Bauer fue un deleitado lector de la Primera Intempestiva de Nietzsche precisamente contra David F. Strauss.
[41] Nietzsche, Friedrich; Sämtliche Briefe. Kritische Studienausgabe, Band 8, De Gruyter, Berlin/New York, 1986, pp. 106-107. Existen más cartas de esta época donde puede comprobarse la cercanía política y empatía intelectual entre Nietzsche y el viejo Bauer. El Nietzschéisme ignora, minimiza o reprime las relaciones e influencia de Bauer sobre Nietzsche.
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