miércoles, 6 de enero de 2010

Yo, comunista

Por: Los abajo firmantes
Fecha de publicación: 04/01/10

Hoy es un lugar común el debate por la recomposición de la izquierda aescala global. Cuando nos aprestamos a esta tarea, especialmente en elEstado español pero no sólo en él, desde distintas ópticas se pone enduda el papel que podemos jugar los comunistas. Con ocasión delCongreso del PCE se desató una clara ofensiva anticomunista, de la queel grupo Prisa fue adalid, escandalizándose de que existan jóvenescomunistas . En pleno siglo XXI, cuando la humanidad se enfrenta a unacrisis global, lo que debería extrañar no es que una joven de 26 añosque vive de su trabajo crea en el comunismo, lo que deberíaescandalizarnos es que haya gente adulta que defienda el mundo tal ycomo es hoy.
¿Qué cómo es hoy el mundo? Basta mirar las primeras páginas de laprensa y ver como el que pomposamente fue llamado "nuevo ordenmundial", deja un rastro de desastres, de inestabilidad, de violacionesmasivas de los derechos humanos: Irak, Afganistán, el muro de lavergüenza en Palestina, África destrozada por el hambre y elsida: ¿dónde está el progreso? ¿Acaso en esta economía que haesquilmado ya los recursos sobre los que se basa no sólo la vida humanasino toda la vida del planeta, que produce el comercio de sereshumanos, la explotación y la prostitución infantil...y todo ello paraque un pequeño puñado viva en la abundancia?
Ese es el único sentido de tantas guerras, tanta hambre y tantasmuertes: mantener los privilegios de una parte ínfima de ricos. Porque,no lo olvidemos, cuando nacieron las ideas emancipadoras de losprimeros comunistas se fundamentaron en la existencia de una claseobrera explotada, fundamentalmente en Europa. Hoy esa clase obrera esmucho más numerosa que en el siglo XIX porque más que nunca vivimos enun mundo sin fronteras para la explotación económica, con la librecirculación del capital para enriquecerse a costa del proletariado másnumeroso que jamás haya existido.
Creo que no es escándalo, sino miedo lo que sienten ante el futuro.Creo que al escuchar que las ideas que han defendido los comunistas alo largo de la historia siguen vivas provoca miedo a quienes sí tienenalgo que perder en un mundo socialista. Pero, pensadlo un momento,mirad más allá de las fronteras de vuestro barrio lujoso, la realidaddel mundo hoy, tomado en su conjunto, es la misma que cuando Marx yEngels dijeron "No tienen nada que perder salvo sus cadenas y todo unmundo que ganar" Y esto sí es el comunismo. Éste representa una meta,una sociedad en la que la propiedad de la riqueza que generamos connuestro trabajo sea propiedad de quienes la crean y no quede en manosde un pequeño puñado de parásitos que limita nuestras vidas y organizaguerras a su antojo.
Es cierto que las experiencias que han tratado de liberar a lahumanidad han tenido siempre sus lados positivos y sus lados negativospero no seré yo quien rechace el avance que supuso la RevoluciónFrancesa para el progreso de la humanidad, a pesar de todos suserrores. No seré yo quien rechace el avance que supuso la contienda queabolió la esclavitud en Norteamérica, a pesar del horror de la guerra.La historia no se desarrolla como en los cuentos infantiles. Lahistoria es violenta, es cruda, pero puede desarrollarse para favorecerlos intereses de una minoría o para avanzar en las conquistas de lainmensa mayoría de la sociedad. Los comunistas siempre estaremos dellado de los avances en la justicia y en la igualdad a pesar de toda suhumana imperfección. Ni somos diletantes intelectuales que criticantodo y no hacen nada ni vamos a tirar por el desagüe al niño al arrojarel agua sucia del baño.
¿Qué significa hoy ese compromiso comunista? El comunismo, podríamosdecir también socialismo, no sólo es un objetivo de sociedad es,fundamentalmente, el programa para conseguir alcanzar esa sociedad. Senos tacha a menudo de utópicos, en el sentido despectivo de la palabra,es decir, pretender algo que no es viable. Lo realmente utópico yreaccionario es pensar que la sociedad actual puede garantizar lasupervivencia de la Humanidad, tanto en lo inmediato como en lo futuro.Los jóvenes en esta sociedad podemos aspirar a contratos temporales,como el mío (de cinco meses de duración con salario de mil euros) acargo no de IU, sino del CJE (Consejo de la Juventud), accediendo aviviendas indignas y ultracompartidas o a una hipoteca de por vida; y,por supuesto, si te atreves a decir lo que otros no se atreven,aspiramos a ser los cabezas de turco del pensamiento único. Y digo, enel mejor de los casos, porque ni siquiera a eso pueden aspirar lamayoría de los jóvenes de la superficie del planeta. ¿Y a largo plazo?Porque claro, si estos sacrificios sirvieran para garantizar el futurode la humanidad, aún podrían justificarse, pero salvo para quienessiguen pensando que el ser humano surge de un acto divino, todo indicaque la evolución de la humanidad es implacable e imparable bajo estesistema capitalista, hacia la destrucción del medio.
¡Qué escándalo! ante esta situación los comunistas proponemos expropiara unos pocos para satisfacer las necesidades del conjunto de lahumanidad. Lo que debería ser un escándalo es lo contrario, porque hoyla mayoría de la población mundial ha sido expropiada. Y, en muchoscasos, literalmente, arrojada de sus viviendas, despedida de suspuestos de trabajo, expulsada de sus tierras, abocada a lanzarse al marjugándose la vida para llegar a las playas europeas para encontrarse alos Berlusconis.
¡Errores! Claro, que se han cometido errores. Errores en la URSS, enCuba, en Nicaragua... pero el mayor error es permanecer impasible. Elmayor error era dejar pasar las tropas fascistas en Madrid, el mayorerror era dejar avanzar a Hitler por Europa, el mayor error era elgobierno colaboracionista de Vichy. Los comunistas estuvimos allí, encada caso, en primera línea.
En definitiva, el error que nunca cometeremos será ser cómplices de lamiseria y la explotación. Y claro que aprendemos de los errores delpasado, considerándolos nuestros, porque tenemos un sentido colectivode la historia, y la mayor lección debe ser que la economía planificadade propiedad social ha demostrado ya que es el único camino paraliberarnos de la esclavitud económica, pero, también que no basta sólocon eso, sino que al eliminar el mercado como medio brutal deregulación de la economía, resulta imprescindible el controldemocrático de la vida política económica y administrativa de lasociedad. Las palabras de Rosa Luxemburgo, fundadora del PartidoComunista Alemán, y asesinada por la socialdemocracia, expresan conrotundidad esta idea:
"…Siempre hemos distinguido el contenido social de la forma política dela democracia burguesa, siempre supimos ver la semilla amarga de ladesigualdad y de la sujeción social que se oculta dentro de la dulcecáscara de la igualdad y la libertad formales, no para rechazarlas,sino para incitar a la clase obrera a no limitarse a la envoltura, aconquistar antes el poder político para llenarlo con un nuevo contenidosocial. La misión histórica del proletariado, una vez llegado al poder,es crear, en lugar de una democracia burguesa, una democraciasocialista y no abolir toda democracia".
Y, que a nadie le quepan dudas, sí que somos persistentes. El optimismohistórico es un rasgo del marxismo porque sabemos que los oprimidos delmundo siempre se levantan de nuevo a pesar de las derrotas, como Anteohijo de la tierra, toman de nuevo fuerza de sus caídas, y la crisisglobal que vive el capitalismo alumbrará un nuevo y vigoroso movimientode la clase trabajadora luchando por alcanzar el socialismo.
Yo, comunista, nosotros, comunistas, siempre estaremos entre los que selevantan contra la miseria para conseguir una sociedad en que lapropiedad sea común y el Estado deje de ser el instrumento de opresiónde una clase social sobre otra y se convierta en la simpleadministración de las cosas.Eso es ser comunista.Firman este artículo, además: Alberto Arregui (integrante de laPresidencia Federal de IU), Víctor Domínguez (miembro del ComitéFederal del PCE y del Consejo Político Federal de IU), Henar Moreno(Coordinadora de IU-La Rioja y del Comité Federal del PCE) y FedericoSabater (Responsable de Organización comarcal del PCPV del Alacantí).

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